domingo, 26 de febrero de 2006

Máscaras



Estamos en Carnavales y anoche, por dónde yo salí, no se notaba demasiado. Si, había algún despistado disfrazado o con alguna de esas pelucas horteras de colorines, pero poco más. Una amiga, que era la única que quería disfrazarse, estuvo toda la noche protestando “¡Qué poco espíritu de Carnaval! ¡Ni una triste máscara!”
¡Cómo que ni una máscara! Si casi todo el mundo tiene una que viste para ocultar sus pensamientos más íntimos, para afrontar la realidad tras la ventaja que da el anonimato o simplemente por miedo.
Yo no sabría decir en qué momento empecé a usarlas, pero si sé cuál es mi excusa (el miedo a que me hicieran daño, al rechazo, a la soledad…) y también lo que hizo que empezara a cansarme de vestirlas.
Con el accidente de mis padres, empecé a preguntarme si tanta protección no había hecho más que echar de mi lado a los que he querido y si merecía la pena pagar el precio, pero la verdadera revelación vino el año pasado. La verdad es que tus planteamientos cambian bastante después de que te han tenido de rodillas con una pistola apuntando a tu cabeza y tu vida y la de tu familia está a merced del capricho de otra persona. Fue un ‘cara a cara’ con mi propia mortalidad (que aunque sepas que te puedes ir al otro barrio en cualquier momento, no lo piensas) y mentiría si dijera que ahí empecé a plantearme la vida de otro modo. Los días (y semanas) que siguieron al incidente, estaba demasiado acojonada para pensar en planteamientos vitales. Pero poco a poco, el miedo fue atenuándose y llegó la desazón.
“Mierda, si te tienes que ir al otro barrio, por lo menos, aprovecha tu paso por éste”.
Y me dí cuenta que no lo he aprovechado todo lo que podía. Esas máscaras me han hecho ser muchas veces espectadora de mi propia vida y me he perdido cosas estupendas.
Así que me dije a mí misma que ya era hora de ir desembarazándose de esas máscaras. Supongo que el tomar esa decisión es lo que ha hecho que yo últimamente esté con tantos ánimos (me siento como si me estuviera quitando una losa de encima).
Soy realista y no me engaño. Sé que no va a ser fácil. Es una costumbre que tengo demasiado arraigada y no sé si al primer revés, no voy a volver a las andadas, pero al menos tengo que intentarlo. Porque sé que si vuelvo a tener otro cara a cara (que sea dentro de muchos años, por favor) como ese, no quiero reprocharme las cosas que he perdido por no haberlo intentado.

jueves, 23 de febrero de 2006

Soy agente de viajes

Mi colega Raquel me ha mandado este correo. No sé quien es el autor, pero lo ha bordado (supongo que a la gente ajena al sector, no le hará gracia).

Un recordatorio para la próxima vez que llame a su agente de viajes:

Soy Agente de Viajes... Tengo una master en Contabilidad, Relaciones Públicas, Marketing, Administración de Empresas, Ingenieria Informática, Ingeniería Civil y en Swahili.

Soy Agente de Viajes... Claro que recuerdo la reserva que usted me hizo hace seis años, aunque usted no recuerde su número de confirmación y crea que se hizo bajo un apellido que comienza con "T"

Soy Agente de Viajes... Y no es ningún problema conseguirle siete suites comunicadas, con vistas al mar, en área de no fumadores, y cada una de ellas con dos camas King size, y estoy totalmente de acuerdo con usted que es mi culpa que el hotel no tenga zona para aterrizaje de helicópteros.

Soy Agente de Viajes... Hablo todos los idiomas y he visitado todos los destinos del mundo. Estoy siempre de vacaciones permanentes.

Soy Agente de Viajes... Claro que es obvio para mí que cuando usted hace una reserva para viernes en realidad la quiere el sábado.

Soy Agente de Viajes... Claro que estoy mintiendo cuando le digo que ya no quedan lugares en la tarifa barata.

Soy Agente de Viajes... No, no hay ningún problema para nosotros en construir unas habitaciones más, en el hotel que Vd. prefiera, y en esta ocasión no olvidaremos hacer la zona de aterrizaje de helicópteros.

Soy Agente de Viajes... Soy capaz de chequear la tarifa para tres personas, tomar cinco reservas y contestar quince llamadas, todo al mismo tiempo.

Soy Agente de Viajes... Siempre sé dónde encontrar un restaurante vegetariano, un Kosher o un Mongol.

Soy Agente de Viajes... Sé perfectamente lo que hay que hacer en cualquier ciudad sin necesidad de gastar un euro.

Soy Agente de Viajes... Me hago responsable por la comida del avión, por los excesos de trafico aéreo, por huelgas, por pinchazos en las ruedas del coche de alquiler, por el clima, por la localización de los hoteles, por el tipo de cambio y hasta por la economía nacional.

Soy Agente de Viajes... Nunca me siento molesto u ofendido porque después de haberme pasado más de "10 horas" montando su itinerario, me dice usted que "ya lo reservó solo, a través de Internet y que se ahorró mas de la mitad del viaje".

Y claro que nunca me enfurezco cuando recibo una llamada para decirme que la tarifa que usted compró en Internet estaba sobrevendida o que esta usted tirado "in the middle of nowhere" (en medio de la nada) ya que le cancelaron el vuelo y no puede llamar al proveedor de Internet para que lo proteja en otro vuelo.

Soy Agente de Viajes... Me encanta cuando la gente se acerca a mi a la mitad de una fiesta y me deja verdaderamente sorprendido cuando espera que me sepa de memoria la tarifa aérea de Madrid a Katmandú.

Soy Agente de Viajes... Me encanta cuando todo mundo asume que viajo a cualquier lugar del mundo "de gratis", y cuando pretendo aprovecharlo la gente dice que no está bien, y asume que gano millones en este trabajo.

Soy Agente de Viajes... No se preocupe en decirme las fechas o los destinos ya que sé leer la mente y de inmediato tengo las reservas en mi bola de cristal antes de que usted me lo llegue a decir.

Yo sonrío, empatizo, simpatizo, consuelo, engatuso, cambio, subo, bajo, cruzo, canto, bailo y arreglo la impresora. Saludos y Gracias por confiar en nosotros.

Petición de ayuda

Esta mañana, tomando café, leí en La Razón esta noticia.
La verdad es que me quedé atónita. Así que buscando a ver si encontraba más sobre la noticia, encontré estas otras referencias en el Comercio digital y una editorial en el diario Nueva España, pero sigo sin encontrar el famoso folleto.
Y la verdad, es lo que me gustaría leer. Tengo curiosidad por saber si se han sacado frases de contexto o si realmente alguno de los autores ha hecho prácticas antes de escribirlo. Así que si alguien puede conseguirme una versión en pdf y mandármela por mail, se lo agradeceré eternamente.

miércoles, 22 de febrero de 2006

Vacaciones

Yo me iba a ir de vacaciones en noviembre, pero por unas cosas u otras, estamos casi acabando febrero y no me he ido aún. El sitio lo tengo decidido:éste, y me quiero dedicar a conocer un poco la zona, a la vida contemplativa y a la buena mesa.
La Semana Santa, que en principio me iba ir a Orense, se ha torcido y no sé que haré finalmente, pero creo que me voy a quedar en Madrid. La verdad es que sólo la he pasado un año aquí, pero no ví las procesiones y tengo curiosidad (me han dicho que hay un par de pasos muy interesantes). Además, con menos gente, podré dedicarme a pasaear por esos sitios de mi ciudad que tanto me gustan.
Después llega la época fuerte de trabajo y los viajes se reducen a escapadas que tengo que planificar con meses de antelación para organizarme.
En agosto y si no se tuerce nada, me iré a Mollina a las TDN. UnaNada me ha tentado hace un momento con la Fiesta de la Historia que tiene muy buena pinta (y ya estoy haciendo cábalas para ver como ir y volver en dos días).
Y cuando acabe el verano, llegan las vacaciones "fuertes". A ver si cuadro fechas con mi amiga Silvia para irnos a Italia y creo que me iré de crucero, pero aún no se las fechas.
Seguro que se tuerce alguno de estos planes (hace dos años me iba a ir a Florencia y acabé en Costa Rica), pero bueno, mientras la compañía sea buena, como si nos vamos de vacaciones al Escorial.

Encuestilla

Ya estoy mucho más relajada. La intervencion de mi madre ha salido bien (estamos esperando a ver si puede dormir esta noche en casa) y después de una mañana ajetreada, parece que toca tarde tranquilita. Recibí hace un momento una de esas encuestillas chorras y cómo no tengo nada más que hacer pues aquí la dejo.

1.- ¿Donde vives?
Madrid
2.- ¿Nombre de pila cómo consta en tu partida de nacimiento?
Silvia
3.- ¿Apodos?
Eloryn es mi nick en internet y en la vida real, suelen llamarme rubia, aunque casi todo el mundo usa mi nombre o abreviaturas.
4.- ¿Fecha en la que normalmente festejas tu cumpleaños?
Pues 13 de julio y sucesivos
5.- ¿Color de ojos?
Depende de quien los mire y del día: para unos azules, para otros verdes... algunos días grisáceos...
6.- ¿Color de pelo?
Rubio
7.- ¿Piercings?
Los agujeros de las orejas que me hicieron cuando era un bebé y uno en la nariz.
8.- ¿Tatuajes?
No, pero he visto algunos que me gustan y todo sea que un día me dé la ventolera...
9.- ¿Color favorito?
Siempre me han gustado el azul y el verde, aunque últimamente me gustan mucho los naranjas y rosáceos.
10.- ¿Olor favorito?
El olor de la tierra mojada, rosas, los cítricos, algunas colonias, el olor del mar.
11.- ¿Olor más desagradable?
Huevos podridos, bueno, en general, el de la podredumbre.
12.- ¿Sonido favorito?
La risa de los niños, un "te quiero" de la persona a la que quieres.
13.- ¿Mascotas?
Mi perra Linda
14.- ¿Cuánto te gusta tu trabajo?
Pues tengo la inmensa suerte de que mucho, aunque me gustaria probar alguno más.
15.- ¿Tú ciudad favorita que conozcas?
Todas los sitios en los que he estado tienen su encanto, pero a destacar: París,
Lisboa, Roma, Florencia, Santiago de Compostela, Barcelona, Burgos, Granada, Dubrovnik,Taormina, Brujas...
16.- ¿Has estado en África?
Sí, pero me quedé en el Norte.
17.- ¿Café o té?
Ahora me he pasado al Rooibos por temas de dieta, pero prefiero un café cargadito.
18.- ¿Vino tinto o tetra brik?>
Mientras sea bueno, el envase no me importa (no voy a bebérmelo).
19.- ¿Chocolate o vainilla?
Que manía con tener que elegir...chocolate con un poco de vainilla.
20.- Tu plato preferido?
Muchos, me gusta comer.
21.- Bebida alcohólica favorita?
Un buen vino ó ron añejo con un chorrito de limón natural y hielo.
22.- ¿Película favorita?
Me gusta mucho el cine y tengo bastante películas que me apasionan: American Beauty, Cyrano de Bergerac, Tierras de Penumbra, Casino, El Silencio de los Corderos, Que bello es vivir, Arsénico por compasión, Sospechosos habituales, La Viuda de Saint Pierre y un largo etcétera.
23.- ¿Frase de película?
"El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces. Ese es el trato." (Tierras de penumbra)
"-En realidad, un beso, ¿qué expresa?
Un juramento cercano, una promesa sellada, un amor que se quiere confirmar. Un acento invisible sobre el verbo amar. Un secreto que confunde la boca con las orejas. Un instante infinito, un murmullo de abejas. Un sabor dulcísimo, una comunión. Una nueva forma de abrir el corazón, de degustar, al borde de los labios, el alma." (Cyrano de Bergerac)
24.- ¿Libro favorito?
Pues también muchos: "El señor de los Anillos" de Tolkien, "El principito" de Saint-Exupéry, "El romancero gitano" de Lorca; "Miguel Strogoff" de Verne, "La sonrisa etrusca" de Sampedro, "Cien años de soledad" de García-Márquez...
25.- ¿Qué libro estás leyendo actualmente?
Pues estoy a la vez con "El horla y otros cuentos fantásticos" de Maupassant, "Crónicas marcianas" de Bradbury y el último de Harry Potter.
26.- ¿Canción en este momento?
Depende del día. Dos de las que más escucho últimamente son "Pa'tí no estoy" de Rosana (que ya tiene sus añitos) y "Tu corazón" de Lena con Alejandro Sanz.
27.- ¿el Coyote o el Correcaminos?
¿Pero hay alguien que no caiga rendid@ ante el genio inventivo del Coyote? Además, el pajarraco ese sólo sabe correr y el ruidito ese asqueroso.
28.- ¿Has estado enamorad@ alguna vez?
Sí, lo he estado.
29.- ¿Has amado tanto como para llorar?

30.- ¿Lugar dónde lloraste la última vez?
De tristeza, en la ducha. De risa, ayer en la oficina.
31.- ¿La peor sensación del mundo?
La impotencia, la soledad no deseada, el desamparo
31.- ¿Lugar para qué te besen?
Pues depende de quien bese.
32.- ¿El vaso está medio lleno o medio vacío?
Pues en vez de perder el tiempo preguntándomelo, últimamente me levanto y lo lleno.
33.- ¿Dónde te ves en diez años?
Pues no tengo ni idea pero me gustaría que rodeada de gente interesante y de mis seres queridos.
34.- ¿Qué es lo más importante en esta vida?
El poder sentirse a gusto con lo que eres (yo estoy puliendo algunas cosillas) y el poder estar rodeado (y a gusto) con los que quieres. Ah, y el no perder la capacidad de asombrarse ni de aprender.
35.- Si pudieras entrevistarte con alguien (vivo o no), ¿con quién sería?
Judas Iscariote, Omar Jayyam, Cristina de Suecia, Jacques de Molay, Milady de Winter (vale, es ficticio, pero me encanta)...hay miles de personajes a lo largo de la historia. Aunque también me gustaría entrevistarme con gente de la calle de distintas épocas.
36.- Di algo positivo de la persona que te mando este email
Es buena gente.
37.- ¿Quien de los que ha leído este cuestionario es mas probable que responda?
Quien tenga tiempo y ganas.

martes, 21 de febrero de 2006

Ida de olla

Cuando he comenzado a escribir este post, no sabía bien como llamarlo. Sabía sobre que iba a escribir, pero dudaba entre llamarlo "Obligación vs devoción" o "Apretar los dientes" y como no me decidía, he puesto el título que he puesto.

Dentro de unas horas, operan a mi madre. Es una intervención menor, pero no puedo evitar preocuparme y me encantaría estar con ella en el hospital, pero tengo que hacer frente a mis responsabilidades laborales y no va a ser posible. Así que tendré que esperar toda la mañana, pendiente de la llamada telefónica de mi padre, diciendo que todo ha ido bien. Así podré relajar finalmente la mandíbula (ya estoy con ella apretada sólo pensando en la operación).

Todo el mundo se ha enfrentado en alguna ocasión a la disyuntiva obligación-devoción. En mi caso, toda mi familia espera que escoja lo primero. Bueno, no esperan, exigen. Es parte del rol que me asignaron hace tiempo.
Hace dos años, mis padres tuvieron un gravísimo accidente de tráfico. Mi padre se fracturó dos vértebras (estuvo postrado en una cama dos meses) y mi madre estuvo 18 días en la UCI, los tres primeros con un pie en el otro barrio. Y cuando yo lo único que quería era estar con mi madre, a su lado, no pude.
"Silvia, eres la mayor, eres fuerte ( y una mierda ) y tienes que ser la responsable (vale, aceptamos barco). Así que mañana, te vas a la oficina y trabajas que tienes que sacar eso adelante"
Eso es lo que dijo mi familia paterna. Y mi abuela materna, cuando vino, tres cuartos de lo mismo. Y sé que en parte tenían razón, pero una parte de mí no podía evitar preguntarse "¿y por qué yo y no mis hermanas?". Pero en vez de perder el tiempo en discusiones internas, apreté los dientes (mientras sentía como me quemaban las lágrimas en el fondo de los ojos), volví a adoptar el rol de "fuerte y responsable" y apechugué con lo que vino.

"Obligación 1 - Devoción 0"
Aunque creo que ese tanteo es más abultado, porque por más que trato de recordar, no sé ni cuando ni como me asignaron ese rol, pero sé que viene de lejos.
En parte tengo que agradecerle que me ayudara a enfrentarme a algunos miedos (y es que si te muestras "gallito" frente a algo y te desafían, eres esclavo de tus palabras si no quieres perder credibilidad), pero también es responsable (al tratar de desligarme de ese rol) de algunas de las imbecilidades que he hecho. Aunque a quien pretendo engañar...la única responsable de esas imbecilidades soy yo.

A veces me gustaría mandarlos a todos a freír espárragos, pero bueno, aprieto los dientes y sigo haciendo lo que tengo que hacer.

Fases de una borrachera

ETAPA PREVIA (indispensable):
La verdad es que no tengo muchas ganas de juerga hoy. Una copita, y me voy pa casa...


La de veces que yo he dicho eso...y la de veces que he acabado llegando a casa después de que amanezca

ETAPA 1:
Un trago leve en un vaso pequeño (si pasas a la siguiente fase tus recuerdos acaban aquí.)


ETAPA 2: UN TRAGO TRAS OTRO EN VASO LARGO.

ETAPA 3: EXALTACIÓN DE LA AMISTAD:
Mutuas gracias y virtudes (eres un cachondo, qué buen@ estás...); Te quiero como a un herman@; Antes me caías mal, pero ahora... ; Eres un tí@ de puta madre...


En todas las borracheras que he presenciado, siempre se ha dado esta fase. Puede ir aderezada con besos y abrazos, muchas risas e incluso alguna lagrimita, pero en sus distintas variantes, suele suceder :-)

ETAPA 4: CANTOS ALEGÓRICOS Y BAILES REGIONALES

Con su variedad de coreografiar canciones. Para mí, "En tu fiesta me colé" de Mecano ya no será igual desde cierta noche en Gijón .

ETAPA 5: LAS VERDADES Y LOS ME CAES BIEN.

Esta fase tiene su peligro. Porque en vez de desembocar en un resurgimiento de la fase de la exaltación de la amistad, puede acabar a tortas

ETAPA 6: AUMENTO DE LA TEMPERATURA Y ACOSO SEXUAL:
Auto presentación con desconocidos; Llamadas reveladoras a l@s ex: "No puedo dejar de pensar en ti"; Miradas de acoso a todas las chatis del lugar; "Manos largas" (o sea, cierta tendencia a volverse "pulpo"); Repentino impulso por darse "un piquito" con todo lo que se mueve por los alrededores; Obsesión superior a la normal por las conversaciones de sexo.


ETAPA 7: REVELACIÓN DE LA VERDADERA PERSONALIDAD:
El chistoso (normalmente, con chistes ya contados unas 500.000 veces); El superdotado (en cualquier aspecto q se pueda imaginar); El políglota ( o destrozador de diversos idiomas...); El corriente (la minoría, por desgracia); El viajero ("pos cuando yo estuve en...."); El depresivo ("la vida es una mierda, mi novi@ no me quiere, nada tiene sentido, bla, bla, bla, bla..."); El oprimido (por familia, sociedad, jefes, etc); El incomprendido ("mi mujer no me entiende, y bla, bla. bla....)


Está la variedad guerra de los sexos: "todos los hombres son unos cabrones" (Una amiga estando en esa fase le daba por soltar patadas a todos los hombres que se le acercaban mientras yo la sujetaba) o "todas las mujeres son unas zorras"

ETAPA 8: DEGRADACIÓN DEL IDIOMA:

ETAPA 9: Vituperios en contra del Clero y el Estado (y otros "poderes fácticos")

ETAPA 10: AUTOSUFICIENCIA MORAL Y ECONÓMICA:
Estoy de puta madre; Yo pago; Yo conduzco; Tengo un punto buenísimo


ETAPA 11: DESPLAZAMIENTO O TRANSMISIÓN DE LA CULPABILIDAD:
Es culpa del puto garrafón ese (qué curioso, SIEMPRE te han dado el garrafón a la 6ª copa o así, nunca en la primera); Es el hielo, algo raro tenía; Que me pusisteis en la copa, cabrones; Coño, es que estoy tomando antibióticos y no me acordaba; Si es que tenía que haber cenado, que sin comer no se puede beber...


ETAPA 12. REPENTINA PERDIDA DEL EQUILIBRIO

ETAPA 13. DESTRUCCION DEL INMUEBLE

ETAPA 14: DIFÍCIL DESALOJO DEL INMUEBLE
Yo no me quiero ir, este lugar si yo quiero lo compro; ¡Si es temprano!; Que no, que no, que yo estoy muy bien...; Otra copita y nos vamos...;¿Pero por qué coño han quitado la música?.

ETAPA 15: TAQUICARDIA Y DELIRIO DE PERSECUCION


ETAPA 16: AMNESIA, CRUDA REALIDAD Y JURAMENTOS POSTERIORES:
Que me besé con quién?; ¿Que me acosté con quién?; ¿En serio? no me acuerdo de nada...; Tengo un agujero negro en mi vida; ¿Pero estaba ahí ese tí@?


Mira que yo nunca he pasado por esa fase. Es más, me acuerdo perfectamente de todo...aunque a veces desearía no acordarme.
Esa fase es especialmente divertida cuando usas la amnesia de otros para gastarles bromas y ves la cara que ponen


ETAPA 17: RECUENTO DE LOS DAÑOS:
¿Y mi móvil?; ¿Quién me quemó la chaqueta con un cigarrillo?; ¿Y esta ostia?; ¿Y las llaves? ; ¿Dónde coño dejé el coche?; ¿Cómo he llegado a casa?; Me han robado el bolso, o la chaqueta, o.....; Joder, qué dolor de cabeza...
Y la más grave: ¿QUIÉN COÑO ES ESTE TI@ QUE ESTÁ EN MI CAMA?


Yo por esta tampoco he pasado, pero es que va asociada a la fase previa. Además, tengo la inmensa suerte de que no tengo resacas (ahora bebiendo agua mineral es bastante más complicado que las tenga)

ETAPA 18. NO VUELVO A BEBER... (CLASICO)

ETAPA 19. ¿POR QUE LES HICE CASO A LOS VAGOS? ME TENDRIA QUE HABER IDO A CASA TEMPRANO

lunes, 20 de febrero de 2006

Rubaiyyat

El último libro que ayer engrosó las filas de mi biblioteca (y que disminuyó las montañas del VIPS) fue una edición de las Rubaiyyat de Omar Jayyam (concretamente esta edición).
¿Cómo conocí a Jayyam? Pues pura chiripa. Me prestaron una novela sobre Hassan Sabbah, en la que se mencionaba la relación de amistad con el poeta y matemático. Fue un personaje que me llamó la atención y me hice con sus Rubaiyyat. Me encantaron desde el primer momento. Me identificaba bastante con las contradicciones en las que parecía sumido Jayyam y leer esas cuartetas era una especie de catarsis. Tanto me fascinaron que convencí a un amigo para que se las leyera y le presté mi libro (que no volví a recuperar).
Y años después, vuelvo a tenerlo. Anoche no pude evitar leerlas nuevamente todas, de un tirón. Hoy he ido saboreándolas, disfrutando las que más me gustan. Me sería díficil decantarme por una, pero bueno, aquí van algunas de mis favoritas:

A nadie le ha sido prometido un mañana.
Mantén en la dicha tu alma nostálgica.
Bebe el vino en el claro de luna, mi amor, que la luna
brillará muchas noches sin volver a encontrarnos.


Líbrate a la alegría porque la pena es inmensa.
Las estrellas volverán a citarse en sus lugares de siempre
y los ladrillos que cocerán con tu cuerpo
servirán para edificar el hogar de otros hombres.


No sometas tu cuerpo a la pena
para conquistar la plata y el oro.
Brinda con tus amigos antes de que tu aliento se enfríe.
Después de ti tus enemigos serán quienes brinden.


Un mundo entero te busca en su desamparo.
El derviche y el opulento no saben cómo encontrarte.
El rumor de tu nombre llega hasta todos, pero son sordos.
Estás presente a los ojos de todos, pero son ciegos.

domingo, 19 de febrero de 2006

Antros de perdición

Esta tarde había quedado en la Gran Vía para tomar un cafecito y como llegué pronto y llovía, me dije "Pasa a la FNAC, haces tiempo y miras un regalo para tu amiga Silvia que es su cumpleaños el mes que viene. Y compras unas pilas para el mando a distancia"
¡En qué hora he pensado en entrar! El resfriado era una opción mucho mejor, que soy una persona débil y en esos antros de perdición (la Cuesta de Moyanos, Media Markt y en general, todas las librerías de este planeta, lo son) caigo en la tentación.
Mira que he pasado por la planta de las películas y de la música mirando al suelo, pero ha sido llegar y ver los libros...y la jodimos.
Mi "Pepito Grillo" que estaba dándome la brasa, ha muerto aplastado por "El diccionario del diablo" de Ambrose Bierce. Y el angelote ese como en los dibujos animados...mi diablillo se lo ha cargado usando el "Vacas, cerdos, guerras y brujas" de Marvin Harris.
Al menos le compré el regalo a mi amiga Silvia (al fin y al cabo, soy mi amiga y me llamo Silvia. Vaale, mi cumpleaños no es el mes que viene, pero es... ¡¡Mi no cumpleaños!!)
Lo peor de todo, es que me gustan los antros de perdición. El VIPS era el lugar elegido para tomar el café y allí hay montañas de libros (bueno, después de que pasara yo, esas montañas eran un libro más bajas) y de películas.

sábado, 18 de febrero de 2006

Cocinar es un placer

Me encanta cocinar. (Y comer también, pero el problema es que entre mi constitución y mi hipotiroidismo, va todo a las lorzas). De hecho, me gustaría tener un restaurante o un bar. Por ahora, he empezado con una bodeguita, así que algún día si Dios quiere, tendré mi restaurante.
Cocinar me relaja y me ayuda a desconectar. Es ponerme el delantal y comenzar a olvidarme de las preocupaciones para centrarme en el plato y ponerle todo mi cariño, porque lo que más me gusta es cocinar para otros (dicen que me gusta cebar a la gente, pero son falacias y maledicencias). En la facultad, pásabamos muchos fines de semana en casa de unos amigos en la Sierra, y siempre acababa entre fogones. Y mis amigos tan felices, porque me liaba y les hacía comida para toda la semana.
¿De dónde me viene la afición? Pues como muchas otras cosas, de mis abuelos. Siempre andaba zascandileando por la cocina, viendo para aprender lo que ellas hacían, porque eran auténticas alquimistas. Pero no sólo ellas, porque los hombres de mi familia materna han sido grandes cocineros.
La especialidad de mi abuela Teresa, era la tortilla de patatas. No es orgullo de nieta, pero era la mejor tortilla de patatas del mundo. El huevo cuajado en su punto justo, siempre jugosas, con su cebollita y su patata bien hecha. También hacía unas migas que estaban de rechupete, los soldaditos de Pavía y algo que no he vuelto a comer desde antes de que falleciera: los sapillos (o repápalos que se llaman en Andalucía). La de tardes que me he pasado con mi abuelo Miguel, al que le encantaban, trasegando platos de sapillos mientras veíamos la tele.
Y luego mi abuela materna, Socorro, que hace las mejores judías estofadas con liebre del mundo. Y a las lentejas (que de pequeña aborrecía pero ahora me encantan) les da un puntito, rico, rico. Ah, lo olvidaba y lo que primero pedía cuando iba a Burgos: “sopa de gallina”. (Creo que esas fueron de las primeras palabras que aprendí).
Y que decir de mi abuelo Manuel. La de sopas de ajo que hemos hecho y nos hemos zampado juntos. O las perdices en escabeche o el bacalao a la vizcaína...
Tanta caza es gracias a mi tío (que también cocina genial), que es cazador y pescador. ¡Anda que no habré desplumado perdices y codornices de pequeña!
Con los años llegaron los viajes y el descubrimiento de otras técnicas y otros sabores. Mi primer descubrimiento internacional fue la cocina portuguesa, a la que caí rendida porque su ingrediente estrella, el bacalao, es uno de mis platos favoritos.
Ahora, siempre que voy fuera, me gusta comer la comida típica de ese país. Busco un ‘bareto’ donde haya bastante gente del lugar (y que cumpla un mínimo de limpieza) y allá que me voy. Si no tengo idea del idioma, pues pido al azar. Ya se sabe que lo que no mata, engorda.
Y si me gusta, quiero recrearlo en casa. Así que pregunto o busco en internet o en libros y luego experimento en casa (el tener Canal Cocina en mi televisor ayuda bastante). Ahora empiezo a hacer mis pinitos en la “cocina de vanguardia”, aprendiendo con las recetas de grandes jefes de cocina como Sergi Arola, Pedro Larumbe o Paco Roncero, por citar algunos. Y la verdad es que me está gustando mucho.
Me queda mucho por aprender y muchos sabores nuevos por descubrir, aunque tendrán que esperar, que por aquí ya reclaman la cena.

jueves, 16 de febrero de 2006

Belicosa

A raíz del anterior post y de otro reencuentro que tuve hoy, recordé que cuando era pequeña, me metí en muchas peleas.
Era una niña bastante tranquila, a la que le gustaba mucho leer un libro, jugar con sus cliks de playmóbil o con el resto de la chiquillería del bloque. También me gustaba sentarme a escuchar a mis abuelos contar batallitas o simplemente, ver la tele con ellos (si yo veo ocasionalmente una corrida de toros por la tele, es porque es una de las cosas que solia ver con mi abuelo Miguel, que era un gran aficionado). Pero mi problema es que siempre he tenido un pronto muy fuerte (que he ido apaciguando con los años) que sale ante las cosas que me molestan. Y entre esas cosas que me molestan, están los abusones o que hagan daño a los "míos".
Me tiré desde párvulos hasta quinto de E.G.B. zurrándome casi todos los días con un niño que siempre se metía con las niñas y claro, éstas recurrían a mí para que las defendiera (era de las más altas de la clase). En sexto, debió de descubrir que era más divertido llevarse bien con las chicas y se acabaron las peleas.
Luego estaban las peleas "institucionales". Aunque nos pegáramos entre las distintas clases de mi colegio, nos uníamos todos cuando venían a pegarnos los de otro cole. (Después, si nos quedaban ganas, volvíamos a las andadas). Ah, se solían "firmar treguas" entre colegios, cuando venían a pegarnos los del barrio de al lado, que entonces, íbamos todos los colegios juntos a por ellos. Me acordé de esto al ver la pelea de patio de colegio que tuvieron ayer en el Congreso y pensé que éramos más sensatos nosotros con ocho o diez años que PP y PSOE.
Y la otra pelea que recordé, fue a raíz de reencontrarme con una de las chicas con las que me zurré (una de las peleas más serias en las que me metí). Tendría yo doce o trece años, eran las fiestas de mi barrio y estaba en los coches de choque con mis hermanas. Y en esos mismos coches de choque, había un grupo de tres o cuatro gitanas que lo que hacían era ir todas a por un coche, para que el propietario, cansado de recibir estopa por todos los lados, dejara el coche y quedarse ellas con él por la cara. Y mis hermanas y yo fuimos uno de sus objetivos, con tan mala fortuna, que hicieron daño a mi hermana Noelia y comenzó a llorar. Y yo que ya estaba mosca, fue ver llorar a mi hermana y se me cruzaron los cables. Sí, bajé del coche, pero para cruzar toda la pista e irme a por una de las gitanas, sacarle por los pelos del coche y liarme a guantazos hasta que no le pidiera perdón a mi hermana. Y claro, vinieron las otras gitanas a canearme. Y yo cobré (y mucho), pero ellas se fueron calentitas a casa, porque mientras ellas me arañaban o me tiraban del pelo (como peleaban las niñas), yo pegaba puñetazos (que a base de pegarse con los chicos, espabilas) y bocados (otra de mis rivales tiene aún una marca de uno de mis bocados y se lo arreé hace veinticinco años). Al final, nos separaron los feriantes, mientras las gitanas me amenazaban con que iba a venir toda su familia y "me iban a rajar". Al final, no pasó nada y hoy ni siquiera me reconoció.
Me alejé sonriendo de ella y en un gesto inconsciente, me toqué una cicatriz que tengo en la barbilla, consecuencia indirecta de una pelea.
¡Pero que cafres éramos! Y a la vez tan inocentes...

Profesores

Esta mañana, antes de ir a la oficina, tuve que pasar por el banco y al salir, me encontré con mi profesor de francés del instituto. Como tenemos una buena relación y hacía bastante frío, nos fuimos a tomar un café juntos para charlar un ratillo. Y mientras charlábamos de todo un poco, se iba destapando la caja de los recuerdos y brotaron como un torrente. Hoy le tocó el turno a los profesores que he tenido a lo largo de mi vida académica.
El primero y al que recuerdo con más cariño (y eso que ya ha llovido mucho) es a mi profesor hasta 2º de E.G.B.. Se llamaba José Luis y todos los niños de su clase estábamos como locos con él. La de lágrimas que derramamos cuando se fue del colegio. Y es que sus clases eran geniales: nos hicimos nuestros propios libros (que aún conservo), pintamos los cristales de la clase (que duraron muchísimos años así pintados), nos llevaba de excursión...Comparado con el resto del profesorado de mi colegio, era más hippie. No sé que habrá sido de él, pero sus alumnos han sido niños afortunados.
Tras José Luis, llegaron Don Enrique y Don Fernando. Hombres más mayores, muy serios y siempre trajeados, más clásicos en sus métodos que José Luis. También guardo un excelente recuerdo de ellos. Eran excelentes personas y gracias a Don Enrique (que hasta me hizo un juicio delante de toda la clase por pegar a un niño), aprendí mucho sobre el sentido de la responsabilidad.
Y al llegar a 6º de E.G.B. llegó la novedad de un profesor para cada asignatura. Con cariño recuerdo a Don Hilario, el de mates, que hizo que me gustaran tanto que hacia ecuaciones por diversión y a Don Benito, que nos daba lengua y ética. Si alguno de mis compañeros del colegio lee esto, a lo mejor se sorprende de encontrar aquí a Don Benito y es que estábamos todo el día discutiendo en clase de ética, siempre enfrentados.
Y con la adolescencia, llegó el instituto. Aunque mantengo una relación bastante buena con Alberto, el de francés, mis mejores recuerdos son de otros profesores.
Gloria, la de historia de primero, que insistía en que contrastáramos fuentes y que gracias a los trabajos que nos mandó sobre Arte, hizo que me enamorara para siempre del Museo del Prado; de Dolores, que fue mi profesora de latín en segundo y de lengua en COU, que me metía caña y no dejaba que me durmiera en los laureles (nunca le di las gracias por una charla que tuvimos en un viaje nocturno a Granada y que me abrió mucho los ojos); de María, la de ciencias, que nos exigía mucho a todos y sobre todo, de Francisco Javier (alias "el Chomsky"), el de filosofía y ética de tercero.
Tenía fama de ser muy duro y de que nadie había sacado nunca ni notable ni sobresaliente con él en todos los años que llevaba en clase. Y yo, me aposté con una chica que iba a sacar sobresaliente. Y lo hice. Él ha sido con el único profesor que no he hecho nunca novillos y deseaba como loca que llegaran sus clases, sobre todo la de ética, en la que éramos doce personas, pero a la que sólo asistíamos asiduamente seis. Cada trimestre centrábamos las clases en la lectura de un libro y en los debates que se generaban sobre él. Casi siempre nos mandaba a Jesús (mi amor platónico durante todo el instituto) o a mí, que hicierámos trabajos para encuadrar la obra en su contexto histórico y social para exponerlos en clase. ¡Lo que aprendí con él y con las obras que escogimos! ("Edipo Rey" de Sófocles; el "Cándido" de Voltaire y por último, "El extranjero", de Albert Camus).
De los profesores de la universidad no guardo un buen recuerdo, pero no por ellos, sino porque yo estaba en una etapa de total imbecilidad de la que algún día a lo mejor hablo y la pifié.
La verdad es que he tenido mucha suerte. He tenido grandes profesores y aunque en ocasiones, haya ignorado lo que me enseñaron y haya metido la pata hasta el fondo, tengo mucho que agradecerles por la clase de persona que soy ahora.
¡Qué pena que no se les valore como se merecen!

Número de serie

Ya le incorporé el número de serie al blog.



La elección de los números no tiene nada que ver con el blog. Las dos primeras cifras coinciden con dos de mis números favoritos (y el día de nacimiento de dos personas a las que quiero mucho) y las cifras, pues son los cumpleaños de mis dos sobrinas (que no sé si se notará mucho, pero se me cae la baba con ellas)

lunes, 13 de febrero de 2006

Día de San Valentín

Ya es "San Valentín" en el Corte Inglés!!. (Y mira que se han encargado de recordarlo hasta en la sopa). Parece que todo el mundo tiene que tener pareja (no saben el estrés que generan con lo de "¿y tú cuándo vas a tener novio?")
Yo ahora mismo no estoy enamorada de ningún hombre, pero estoy enamorada de la vida, ¿cuenta para regalo? (bueno, yo por si acaso me lo he hecho y que me quite lo "bailao" jejeje)

Con motivo de este día y desde hace un par de años, nos juntamos la víspera un grupo de amigos y amigas que seguimos solteros y sin pareja. Este año coincidió que sólo éramos chicas y claro, empezamos a hablar de hombres. Cada una tenemos un gusto distinto (una suerte, nunca nos hemos peleado por un hombre) pero todas coincidíamos en algo. "Todos los hombres interesantes que conozco últimamente están casados (o con pareja) o son gays".

Hace poco, conocí en una cena al hombre ideal. Si te lo cruzas por la calle, te fijas en él. No es que sea muy guapo, pero es atractivo. Alto, se mantiene en forma, siempre bronceado y con una sonrisa que encandila, además de que tiene mucho estilo vistiendo. Pero lo mejor es cuando hablas con él: educado, culto, sensible, divertido...vamos la imagen de hombre perfecto salvo por un detalle: es gay y se va a casar esta primavera (vamos, que lo tiene todo).

Yo pensé que era cosa mía, que me había vuelto demasiado exigente o que lo que me llama verdaderamente la atención es lo que no puedo tener, pero tras la charla de hoy, parece ser que no. Porque además, camino de la oficina, me encontré con una compañera del colegio y me comenta algo parecido; llego a la oficina, reviso mi correo y una amiga de Ávila me dice lo mismo...¿será una epidemia?.

Mientras lo averiguo, os deseo un feliz día de los enamorados a todos aquellos que los estéis. Y a los que no, pues a seguir intentándolo.

martes, 7 de febrero de 2006

Familia

Hoy vino una de mis primas y estuvimos charlando mientras tomábamos un café, recordando algunas historias familiares. Ella comentaba que después de un problema que tuvo bastante serio, se había dado cuenta de lo importante que era la familia.
Yo no vengo de una familia muy extensa. Por parte de mi madre, sólo tengo a mi abuela y a un tío y una tía (solteros ambos) y por parte de mi padre, sus tres hermanos (con sus respectivas esposas) y siete primos (y sus parejas). Sé que mis padres tienen primos, pero como no los conozco, pues no les cuento.
La familia de mi madre siempre ha estado muy unida (si encima que son pocos estuvieran "de uñas", apaga y vámonos).
En la familia de mi padre, ahora están unidos pero no siempre ha sido así.
Cuando era pequeña y por una serie de malentendidos, mis tías se enfadaron entre ellas lo que hizo que no permitieran que mis primos se conocieran entre ellos. Mi madre, que siempre ha sido una mujer muy sensata y muy paciente, se mantuvo al margen lo que hizo que tuviera contactos con todos los bandos enfrentados. De hecho, la única vez que hemos estado todos reunidos mientras mis abuelos estaban vivos (salvo mi prima pequeña que no había nacido aún) fue en mi primera comunión.
A mí esa situación me molestaba, sobre todo por mi padre y mis abuelos. Y también por mis primos, porque no tenían porque pagar los "pecados" de sus padres.
Y como soy una cabezota y se me había metido entre ceja y ceja cambiar la situación, decidí tomar partido. El de mis abuelos.
Discutía con toda mi familia: con mis padres porque no querían que hubiera más movidas, con mis tías porque hablaba a mis primos unos de otros, con mis tíos porque cabreaba a mis tías...Con los únicos que no discutía era con mis abuelos.
Supongo que ese afán algo quijotesco por unir nuevamente a la familia, fue por lo que mi abuelo siempre decía que yo era su nieta favorita (nunca entendí porque lo decía, porque ni soy la más cariñosa ni la más efusiva de mis primos) cosa que en su momento, me costó otro buen montón de discusiones.
Durante años estuve "dando la brasa" a toda la familia. Mi padre, que es un bonachón, me echaba un cable con mis tíos; mi madre apaciguaba a mis tías y yo iba captando a mis primos para mi bando.
No fue hasta la muerte de mi abuelo primero y de mi abuela poco tiempo después, que mis tíos se sentaron a hablar y a acercar posturas.
Ahora quedan de vez en cuando para comer, se llaman a menudo...Sé que la pena de mi padre y de sus hermanos es no haberlo hecho cuando mis abuelos estaban vivos, pero al menos lo han arreglado.
Mi familia no es perfecta, pero es la que tengo. Y me gusta que ahora estén unidos.

lunes, 6 de febrero de 2006

Reyes Magos

Como el año pasado fui una niña buena (o por lo menos engañé a los Reyes Magos para que lo creyeran) y aunque han llegado con un mes de retraso (ya se sabe, pérdida de conexiones áereas, overbooking y demás) se han portado bien y me han regalado esto:



Ahora a remover los cd's para escoger canciones para llenarlo (aunque lo tengo díficil que dice que cogen unas 10.000 canciones, aunque varía según el tamaño) y espero que me dure más que los anteriores (con lo que me gustaba a mí mi ipod y una cabr... me lo robó en Barajas)

domingo, 5 de febrero de 2006

Me he quedado muerta

Estaba yo haciendo zapping entre los canales musicales de mi televisor, cuando al llegar a VH1, me he encontrado con esto.
Al principio, he pensado que era un "Así se hizo" de la serie "Aquellos maravillosos 70", pero no.
Pues no teníamos ya bastante con bodrios como Gran Hermano, que ahora se inventan esto. ¿Cuál será la próxima mierda?

sábado, 4 de febrero de 2006

Hero



Cuando fui al cine a ver esta película, la única referencia que me habían dado es que se parecía a “Tigre y Dragón” y como ésta me había gustado mucho, decidí ir a verla.
A los cinco minutos de comenzar la película, yo ya me sentía atrapada por ella, en gran medida gracias a la música de Dun Tan. Mientras oía de fondo las quejas de algunos que pensaban que iban a ver la última de tortas de Jet Li, yo disfrutaba de la belleza de las imágenes que me tenían extasiada y que hicieron que en más de una ocasión se me saltaran las lágrimas.

Hero (Ying Xiong) no es la típica película de artes marciales, tipo Steven Seagal o Jackie Chan, sino una muestra de wuxia“, a la que Yimou le añade poesía con su el uso de distintas gamas cromáticas durante las distintas escenas para contarnos una historia sobre el sacrificio personal en aras del bien común.



La historia se sitúa en la China hacia el final del período de guerras entre 481 y 221 a.C., Una China dividida en siete reinos inmersos en un gran conflicto por la supremacía. El rey del Norte, Quin, intenta unificar todos los reinos bajo su mandanto. Los otros reinos le envían poderosos asesinos, Espada Rota, Nieve y Cielo. Sin nombre, un humilde funcionario, entrega al emperador las armas de los tres asesinos y comienza el relato de como los venció.

El primero combate es con Cielo. Su derrota es la más sobria. Toda la escena se basa en la gama de los grises (salvo el traje de Cielo) pero tiene un elemento que me encanta. Durante gran parte del combate se oye tocar a un músico ciego y los movimientos están coreografiados a son de esa música.



Para el encuentro con Espada Rota y Nieve, usa distintos tonos de rojos y anaranjados. La pasión que sienten Espada Rota y Nieve, la agresividad que subyace en su relación, los celos…todo queda perfectamente contado con el uso del color.



Y para el combate entre las dos mujeres que se disputan el amor de Espada Rota, Luna y Nieve, usa los tonos amarillos. Un combate que es un baile en el que las hojas del bosque forman parte de la coreografía.



Después de que el guerrero acabe con su historia, llega la “versión” del emperador, en tonos azules que transmiten armonía y transparencia. Y con esos mismos tonos azules, llegamos en mi opinión, al combate más bello de la película. Un combate imaginario que enfrenta a Espada Rota y al protagonista, en un paisaje de ensueño. Un lago de aguas cristalinas que reflejan las montañas que lo rodean sirve como marco incomparable para esa “danza” que se marcan en honor a Nieve.



Después llega la tristeza representada por el blanco (color del luto para los chinos). Ese cromatismo se ve roto por un flashback en tonos verdes para ver el inicio de la relación entre Espada Rota y Nieve, unidos por la furia para asesinar al emperador (leí en algún sitio que el verde es color que representa la ira para los chinos y no es considerado como un color de buena suerte) y su intento frustrado de asesinar al emperador. Y al regresar al presente y a los tonos blancos, la tristeza de Nieve que no comprende la decisión de Espada Rota, el sacrificio de ambos...



Y al llegar al final y aunque predominan los tonos oscuros (la multitud de funcionarios enfundados en sus trajes negros que graznan sobre el destino de Sin Nombre), hay un crisol de colores: el rojo del ideograma que dibujó Espada Rota, el azul de las paredes desnudas del palacio, el rostros antes apagado de Sin Nombre lleno de vida, la lucha entre Espada Rota y Nieve, el dolor de Luna al perder a su amor y maestro...



Aunque he divagado sobre el aspecto visual de la película, quedan muchos más detalles que me dejo en el tintero (como el tratamiento de las escenas de multitudes como en la llegada de Sin Nombre al palacio o el ataque del ejército imperial a la escuela de caligrafía) pero creo que ya he reventado la película bastante.

viernes, 3 de febrero de 2006

De risa

En un post de hace unos días, dije que estaba de muy buen humor y que me resultaba muy fácil sonreír o reírme a carcajadas.

Una de las cosas que más atractivas me resultan en una persona es su sonrisa. No tiene porque ser especialmente bonita, pues no todos tenemos los labios de Angelina Jolie o una dentadura ”profidén”, pero tiene que transmitirme algo. Y para ver ese algo, tengo que mirar a los ojos de la persona que sonríe. Si sus ojos no me “sonríen” no me creo la mueca que dibujan sus labios y ya puedo tener ante mi la boca más bella de este planeta, que pasaré. Y con las risas me pasa tres cuartos de lo mismo. Me gustan esas risas que salen de la boca del estómago y que usan todo el cuerpo para reírse y que acaban siendo contagiosas.

Y si hay una sonrisa (o una risa) que para mí tenga un valor especial es la de los niños pequeños. Sí, ya sé que es muy típico, pero es algo que siempre me ha reconfortado, aunque estuviera metida en el agujero más profundo. Y el que alguien le robe esa sonrisa a los niños, es la muestra de que les han robado su inocencia y es algo que me cabrea y que hace que salga una parte de mí que ya me ha costado algún problema en el pasado. Pero bueno, volvamos a cosas más ligeras que se me solivianta la “bestia” :
Unas de las cosas que más disfruto últimamente es reírme con mi sobrina Ainhoa. Comienzo a jugar con ella y a reírme y llega un momento en que ella te mira con esos ojazos brillantes y se une a mi risa. Y cuánto más la veo reírse, más me río yo, y nos vamos alimentando cada una de la risa de la otra hasta que solemos acabar con una guerra de cosquillas.

Mientras escribo esto, estoy recordando algunos grandes ataques de risa que he tenido.
Me he reído mucho y con mucha gente, pero en gran parte de esos grandes ataques de risa estaba Txiqui implicado. Aunque ahora no nos veamos como antes y hayamos tenido nuestras diferencias, siempre que hablamos, acabamos riendo. Yo que no me gusto en las fotos (agoté mi fotogenia en la primera comunión), tengo con especial cariño una en la que estamos ambos riéndonos en su casa (ese día fue uno de esos grandes ataques) y en la que me gusto porque sé que en ese momento éramos muy felices..

Por cierto, al pensar en Txiqui, me he acordado de cuando te da un ataque de risa y no puedes reírte en condiciones porque no es el momento. Normalmente suelo aguantarme sin que me cueste demasiado, pero ha habido dos ocasiones en las que he tenido que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad (y de cierta ayuda divina) para no soltar una carcajada a destiempo.

La primera fue, como no, con Txiqui. Un año, por Reyes, fuimos varios amigos a verle a casa de su familia y nos invitaron a comernos el roscón con ellos. Estábamos disfrutando de la tarde cuando vino de visita un cura que conocían y se sentó con nosotros.
Primero fue el tabaco. No se había traído y le metía unos viajes a nuestros paquetes de impresión. Y eso que decía que fumaba poco!!.. Después fue la copa. “Nada de anís que eso es para las monjitas, tú trae orujo” dijo el buen hombre. La verdad es que a mí el cura empezaba a recordarme al de “La escopeta nacional” de Berlanga, aunque sin boina. Mientras seguía dándole al orujo y a nuestro tabaco empezó a charlar con nosotros. Yo estaba sentada entre Txiqui y su padre y preguntó Tú quién eres, ¿la novia del chico? Txiqui y yo le explicamos que éramos sólo amigos (cosa que aunque cierta, él parecía no creerse) y cuando me preguntó mi nombre, saltó “Anda, yo tuve de mozo una novia que se llamaba Silvia” (dichosa casualidad) y a divagar sobre ella, aunque no recuerdo lo que dijo. Lo que sí que recuerdo es que le oí a David decir algo así “como se lo montaría con ella en el pajar”, cosa que sólo parecimos oír los amigos y empezamos a sonreír. Yo sabía que como les mirara mucho, iba a empezar a reírme así que miré al plato mientras me comía el roscón. Y entonces llegó el acabóse.
El buen hombre le dice a Txiqui “¿Y tú te llamabas?. “Paco, como mi padre” contesta Txiqui y saltó el cura “Qué coño como tú padre, Paco como el caudillo”.
Yo me quedé a cuadros. Me parecía que en cualquier momento iba a aparecer Luis Escobar y cada vez me costaba aguantar más la risa. Sé que al resto de mis amigos le pasaba lo mismo, aunque volví a fijar la vista en el plato para no mirarles y así hasta que se fue el buen hombre. Lo pasé fatal porque estaba en una casa ajena y la verdad es que el padre de Txiqui imponía.

La segunda vez, fue en noviembre pasado, en un viaje. Estábamos cenando y el político de turno dándonos un discurso. En un momento, dijo algo totalmente inocente para el resto, pero que tenía que ver con algo que habíamos bromeado la noche anterior. Yo pensé que era la única que le había sacado punta al asunto, pero al mirar a Ciara y a Chano, supe que los tres habíamos pensado en lo mismo. Y ese conocimiento y la sonrisa en sus caras encendieron la mecha. El político seguía con su discurso (insistiendo en lo que tanta gracia nos hizo) y yo, para evitar reírme, vuelta a mirar a un plato. Como eso no funcionaba, porque les oía reírse por lo bajo, apreté los puños, clavándome las uñas en las palmas y ni por esas. Yo notaba como me estaba riendo con el cuerpo y como las lágrimas, me caían a raudales por las mejillas. Mientras rezaba porque acabara ya con el discurso, me mordía el puño para no reírme. Cuando ya pensé que no podía más, acabó el político y tras los aplausos de rigor, toda nuestra mesa estalló en carcajadas. Hasta el camarero, que había visto nuestro “sufrimiento”, se reía.

Dicen que reírse alarga la vida, cosa de lo que no estoy segura, pero de lo que sí lo estoy es que la endulza y la hace más llevadera. Una sonrisa abre muchas puertas y reconforta cuando uno lo necesita.

Así que, sonría, por favor. Tiene efectos beneficiosos para su salud y para la de los que le rodean.



miércoles, 1 de febrero de 2006

Perro semihundido


Perro semihundido. Francisco de Goya, 1821/23


El cuadro que se ve arriba es uno de mis cuadros favoritos. Pintado por un Goya viejo (y supongo que desencantado) cuando estaba en su quinta a orillas del Manzanares forma parte de las llamadas "Pinturas negras" aunque su estilo es completamente diferente. No me siento capacitada para analizar este cuadro desde el punto de vista "académico" ya que los conocimientos sobre arte que tengo los tengo algo oxidados, así que me limitaré a hacerlo desde los sentimientos que en mi despierta, sentimientos que han cambiado desde la primera vez que lo ví.
Aunque ya había estado en el Prado más veces (con el cole en EGB), la primera vez que ví este cuadro fue a principios del año 90, por "culpa" de un trabajo de historia de 1ª de BUP, que daba con mis huesos en el Museo del Prado muy a menudo. Ese trimestre Goya no formaba parte del trabajo, pero un día curioseando por las distintas salas, llegué a la sala de las pinturas negras.
La verdad es que fue el último cuadro en el que me fijé, pero fue ponerle los ojos encima y sentirme atrapada por él. El pobre animal atrapado en esa arena que lo rodeaba y que parecía querer engullirlo y sumirlo en el olvido, me recordaba a mí misma. Hacía poco más de un mes que había muerto mi abuelo Manuel (la persona a la que más he querido hasta el momento en mi vida y de la que un día hablaré por aquí), era una adolescente y sentía que me iba hundiendo en mi propia tristeza. No sé cuánto tiempo estuve parada delante del cuadro, sintiendo una extraña hermandad con el perro, ajena a todo lo que me rodeaba.
A partir de ese día y en las frecuentes visitas que teníamos que hacer por ese trabajo, siempre me escapaba a ver el cuadro. Y si en un principio sólo me fijé en lo que ahogaba, poco a poco fui fijándome en la lucha del perro, con la cabeza erguida, desafiante, intentando salir de esa trampa mortal. Supongo que esa percepción del cuadro fue pareja a mi recuperación anímica.
Ahora, cada vez que me siento ahogada, a punto de ceder y hundirme, me hago una escapada al Prado a ver a mi viejo "amigo". Y frente a su mirada, me recuerdo a mi misma que tengo que seguir luchando, aunque parezca que me vaya a hundir y que la única responsable de ese "hundimiento" seré en última instancia yo, por rendirme.

La extraña pareja


Eran conocidos en las calles del barrio,
conocidos en todos los bares y tabernas.
Él tan alto, tan serio, tan pálido y delgado,
ella morena y frágil, tan graciosa y pequeña.
Él rondaba, más o menos, los cincuenta,
y ella debía tener no más de veinticuatro.
Él daba clases, creo, en alguna academia,
y ella estudiaba, creo, un curso de italiano.
Bebían y se amaban, o eso parecía,
discutían a veces, a veces sonreían,
se besaban y odiaban, pero nadie es perfecto,
el amor es difícil y extraño en estos tiempos.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.

Él entró una noche en el bar de costumbre,
iba vestido todo de riguroso luto,
venía borracho y solo, traía el gesto serio,
y en las manos una corona de difuntos.
Ella le había dejado, nos explicó sereno,
y había decidido considerarla muerta,
y brindar por su olvido y su descanso eterno,
y celebrar su entierro de taberna en taberna.
Así que allá nos fuimos, y para qué contaros:
vasos vinos y risas, alguna vomitona,
abrazos de amistad, eterna aquella noche.
Requiescat y brindemos por ella y su memoria.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.

Al salir de El Almendro ya iba muy borracho,
se desplomó en el asfalto y me incliné a su lado.
Supe que estaba muriéndose de golpe,
dijo algo en mi oído, se deshizo en mis brazos.
Se lo llevó la ambulancia con su corona y todo,
y yo me fui a cumplir con su encargo maldito.
Llegué hasta el bar que él me había indicado
y busqué a la muchacha entre el humo y el ruido.
Por fin la vi, bailaba muy despacio,
refugiada en el cálido pecho de un muchacho.
Le conté, me escuchó, se abrazó a su pareja.
Yo no sé si lloró, no se veía apenas.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.


Ismael Serrano
, album "Atrapados en azul"