domingo, 30 de abril de 2006

Otra de libros: Heinlein

Pensando que con dos millones de madrileños fuera de la comunidad, no iba a haber tanta gente en el centro, decidí irme de compras. Hoy le iba a dar un gustazo al cuerpo (vaaale, lo hago a menudo, pero al fin y al cabo, yo trabajo para pagarme los vicios).
Pero antes, fuí a la tienda de deportes Decathlon. Tras más de diez años sin hacer más deporte que "levantamiento de vidrios" y "barra fija" (de bar, se entiende), llevo un tiempo yendo al gimnasio a diario y tenía que pertrecharme con algunas cosillas.Con la cartera algo más ligera, una amiga y yo nos dimos un garbeo por la Plaza Mayor (que es uno de los sitios que me reconciliaron con Madrid) y nos dirigimos a Sol. Allí les dejé un poquito de mi sangre a los vampiros (el médico me ha piropeado diciendo que tenía unos ojos muy bonitos) y visto que en El Corte Inglés no tenían lo que andaba buscando, me he dirigido rauda y veloz (todo lo rauda y veloz que se podía esquivando a cientos de personas) a la Casa del Libro.
Aquellos que más o menos seguís esta bitácora, aparte de ganaros el cielo, os habréis dado cuenta de que me encanta leer. Me gusta poseer los libros, para poder sumergirme en sus páginas cuantas veces quiera con solo estirar un brazo hasta la estantería y no depender así de nadie.
El libro que estaba buscando hoy, es uno al que le llevaba siguiendo la pista mucho tiempo, pero que estaba díficil de conseguir al estar descatalogado. Ese libro es Tiempo para Amar de Robert A. Heinlein. Desde que me lo leí, quise conseguirlo y lo busqué por todas partes. Finalmente lo encontré en una librería de Barcelona, hace no mucho, en una edición en pasta blanda de principios de los años 70 por la que me pedían 60 euros. Ya estaba yo con la VISA preparada para hacer la compra, cuando me enteré de casualidad que los chicos de La factoría de ideas lo reeditaban.
La verdad es que no he leído mucha ciencia ficción. Quién me inició en el género, fue mi ex. Era un gran aficionado y me prestó algunos relatos cortos de Asimov, Clarke y Bradbury (Crónicas Marcianas es ahora otro de mis libros favoritos). Después llegó Frank Herbert con su saga de Dune y el gran descubrimiento que supuso para mí Heinlein.
En Estados Unidos, durante décadas, se le ha considerado el mejor en el género y para mi, con mis escasos conocimientos, lo es.Leí todo lo que cayó en mis manos. Me gusta porque sus novelas no son 'asépticas', como otras del mismo género llenas de descripciones (pseudo)científicas y algo frías. Él también mete esas descripciones, pero siempre integradas en el texto. Sus personajes no son planos y hablan y se comportan con los mismos miedos e inquietudes que los humanos de 'a pie'. Además, habla de todo tipo de temas en sus obras: política, religión, costumbres sociales de la época en la que vivía, de sexo, lingüistíca...
A Heinlein se le tilda de muchas cosas, algunas contradictorias entre sí. Esa contradicción es otra de las cosas que hacen que me guste. Algunos le consideran fascista y militarista por la sociedad que describe en "Tropas del espacio" o en "Amos de títeres"; progresista y contrario a las convenciones sociales por "Forastero en tierra extraña" ('biblia' oficiosa del movimiento hippie); feminista, machista, liberal, socialista...
No sé que será cierto de todo eso, pero si un escritor pone parte de él en lo que escribe, para mí el bueno de Heinlein era alguien tremendamente vital. Sus personajes 'estrujan' la vida yluchan para buscar su sitio y demostrar lo que cada uno vale. Y esa vida, no es fácil ni cómoda, sino dura, pero a la vez, increíblemente fascinante.

jueves, 27 de abril de 2006

Modales

Con la LOE habrá una asignatura que se llamará "Educación por la ciudadanía". No sé si será algo parecido a la ética que estudié yo (aunque me temo que va a estar bastante politizada), pero no sería mala idea que dieran un poco de educación cívica.

Quizás estoy especialmente susceptible últimamente y me fijo más, pero los buenos modales escasean. Ya no son sólo los berridos que escupe la televisión cada dos por tres, sino algo tan simple como darle los "buenos días" a alguien. Un "gracias" o un "por favor" son artículos de lujo. Y eso que estamos en época de "talante" y "buen rollito"...

La semana pasada, entré en un ascensor, que estaba repleto. Saludé diciendo "buenas tardes" y se oía el silencio. Es posible que todos fueran sordos o que me vuelva invisible sin darme cuenta (¿por qué no se volverá invisible cierta parte de 'chicha' que me sobra?). Y al salir y despedirme con un "adiós, buenas tardes", otro silencio. En el gimnasio, me ha pasado lo mismo varias veces. Y es moneda habitual en los transportes públicos, bares, tiendas y un largo etcétera.
Yo me he planteado que soy rara y que me enseñaron mal en casa, porque al llegar a un sitio se dan los 'buenos días' (o lo que corresponda), ¿no? Y las cosas se piden "por favor", ¿verdad?

Trabajando cara al público, veo gente de todo tipo. Tengo suerte con la mayoría de mis clientes, que son un encanto, porque es muy desagradable tener que atender a alguien que te entra de modo prepotente o con malos modales.
Desde que trabajo cara al público, me he vuelto más paciente cuando soy cliente. Entiedo que todos podemos tener un mal día, aunque hay personas que viven en el mal día perpetuo. Supongo que influye bastante las condiciones laborales actuales (algo que personalmente, no me sirve como 'excusa'), aunque más bien son personas maleducadas y desagradables, que deberían buscarse otro trabajo o tomar unas cuántas clases de modales.

Lo triste es que hay gente que se 'enorgullece' de ser así. Hace no mucho, el 'lío' de un conocido me echó en cara, llamándome "estirada", simplemente por el hecho de que traté de usted a una camarera y que le pedí las cosas 'por favor', algo que yo veo absolutamente normal.
Yo me quedé mirando a esta chica, bastante sorprendida, y le pregunté ¿y cómo se lo pido?". "Pues "tráeme una botella de agua", que para eso le pagan".
Con lo que yo hablo, me quedé sin palabras. Y lo más patético es que esa chica trabaja en una tienda de ropa, cara al público.

martes, 25 de abril de 2006

La estupidez no tiene límites



Leí una vez una frase del cineasta francés Claude Chabrol que me resultó curiosa y de la que me acuerdo a menudo:
La estupidez es infinitamente mas interesante que la inteligencia. La inteligencia tiene límites; la estupidez no

Tengo muchas pruebas que demuestran la veracidad de esa afirmación, pero quiero creer que está equivocado y tengo la esperanza de que el ser humano alcance un día el límite y a partir de ahí, empiece a mejorar. Aunque noticias como esta, erosionan esa esperanza un poquito.

Emotivamente puedo llegar a comprender que una persona que ha perdido a un ser querido, con el dolor que eso conlleva, pueda recurrir a cualquier cosa. Y que se convierta de ese modo, en presa fácil para tanto 'magufo' que hay suelto por el mundo. Pero de ahí a pagar por ver en televisión una sesión de espiritismo con el espíritu de John Lennon...Como dijo cierto presidente del Congreso, ¡manda huevos!

Porque vale, cada uno con su dinero hace lo que le da la real gana, pero ¿por qué alguien se gastará dinero en algo así?
Si lo hacen porque les gusta Lennon, que se gasten los 10 dólares en un libro o un disco suyos.
¿Qué creen en el espiritismo? Una ouija casera sale más barata y seguro que es más divertido.
¿Qué les sobra el dinero? Les paso mi número de cuenta, que ya le encontraré yo uso rápidamente.

Y encima el 'espíritu' es un soseras. Porque pudiendo dar detalles 'jugosos' sobre los Beatles o sobre Yoko Ono, va y lanza un mensaje de paz. Puff, pues para eso, que hubieran puesto el 'Imagine'

domingo, 23 de abril de 2006

Más música

He descubierto de casualidad a una cantante mallorquina, de origen guineano, que se llama Concha Buika. Hace una mezcla de jazz, copla, flamenco, funky...
La verdad es que llega un momento que tanta mezcla me cansa, pero la primera y última canción de su segundo disco "Mi niña Lola" son una delicia, aunque muy diferentes. (Por cierto, tocaya, si lees esto, la segunda canción te la dedico).


Powered by Castpost
Mi niña Lola



Powered by Castpost
Jodida pero contenta

Y para acabar con la selección de hoy, una preciosa canción de (des)amor de James Blunt. ¡¡¡¡Ya tengo las entradas para el concierto!!!!


Powered by Castpost
Goodbye my lover

Espero que os gusten.

Cosas que hacer cuando no se puede dormir (y no se tiene pareja)

Llevo toda la semana teniendo insomnio, cosa que no me extrañaría demasiado, si no fuera distinto del habitual.
Yo cuando no duermo es porque empiezo a darle vueltas a algo en la cabeza y no logro conciliar el sueño. Pero es que esta semana, me duermo plácidamente y entre las cuatro y las cuatro y media de la madrugada, me despierto completamente despejada y sin rastro de cansancio.

El lunes por la noche, cuando me desperté, pensé que era más tarde de lo que realmente era y empecé a sacar el chándal y las deportivas para salir a dar un paseo antes de ir a trabajar. Cuando miré el reloj y ví que eran las cuatro y veinte de la madrugada, me quedé perpleja. Llevaba durmiendo poco más de tres horas y me encontraba genial. Aún así, me dije que tenía que dormir más, dejé el chándal en una silla y volví a la cama. Tras un buen rato dando vueltas en la cama, comprobé que no iba a dormir, encendí la luz y comencé a releer "Las flores del mal" de Baudelaire hasta el amanecer, que pertrechada con mi chandal y mis deportivas, me fui a dar una vuelta al parque con la perra.

El martes por la noche me dije a mi misma, "hoy caigo como un ceporro y duermo del tirón toda la noche". Pues no. Así que esa noche la dediqué a escuchar música mientras me daba por colocar una caja con papeles viejos (apareció alguna vieja carta que me puso algo tristona). Y más tarde, otra paseo matutino con la perra por el parque.

El miércoles cuando me desperté dije "no voy a hacer otra cosa que mirar el techo y me voy a dormir por aburrimiento". Al final, aburrida de contar manchitas del gotelé (he decidido que voy a cambiar la lámpara de mi habitación, que no me convence), me puse a hacer en el ordenador unas cosillas del trabajo.

El jueves por la noche, tras regresar de los actos de "La noche de los libros" (con dos nuevas adopciones bajo el brazo) y con los primeros síntomas de resfriado, dije, "esta es la mía, los virus van a hacer que duerma".
Mi hermana y mi madre me están muy agradecidas porque prepararé lasaña y se ahorraron el tener que preparar comida (Noelia alucinó cuando aparecí con una fuente de lasaña en su casa a las siete de la mañana).

El viernes, después de la sesión de cine de terror me fui a la cama. No había dormido ni quince horas en lo que iba de semana y mi resfriado (más bien bronquitis) estaba en su punto álgido, con lo que seguro que caía en esa ocasión.
Chocolat y "En América" no me ayudaron ni a dormir ni a que se me pasase la bronquitis, pero si a que llevara mucho mejor la mañana de ayer.

Anoche, después de una cena tranquila y una agradable conversación con un amigo, llegué a casa dispuesta a rendirme a los encantos de Morfeo.
Mi madre al levantarse esta mañana y tras recuperarse de la impresión, le ha dicho a mi padre que me lleve al hospital que tenía que estar muy grave y con la fiebre por las nubes. Porque en vez de encontrarse con el montón de ropa pendiente de plancha, se ha encontrado con todo perfectamente (bueno, no tan perfecto que no se me da muy bien) planchadito y listo para ser colocado en los armarios. Y planchar es una de las cosas que más odio en esta vida.

Lo mejor del tema es que a pesar de haber dormido algo más de veinte horas en toda la semana, me encuentro perfectamente (salvo la bronquitis). No estoy cansada, tengo la mente todo lo lúcida que yo puedo tenerla, me da tiempo a hacer cosas que me gustan (y hasta algunas que aborrezco) y mi perra está feliz porque pasea mucho más que antes. No sé lo que durará este trajín, pero espero que mucho tiempo.

sábado, 22 de abril de 2006

Cine fantástico y de terror

Aprovechando que mis padres estaban de cena con mis tíos y que yo, además de tener que currar esta mañana, tenía (y tengo) un resfriado considerable, improvisé anoche una sesión de cine de terror con unos amigos.

Me gusta mucho el cine en general, pero el género del cine fantástico y de terror es uno de mis favoritos. A mis padres también les gusta, así que cuando era pequeña y sabía que echaban una película de miedo en la tele (que ellos iban a ver), me hacía la dormida, me deslizaba en silencio y me veía la película escondida debajo de la mesa del salón. Mis padres me acabaron pillando porque no sé en que película, pegué tal bote con uno de los sustos, que me dí un buen coscorrón con la mesa. Además del chichón y del miedo que pasé, me castigaron.

Ayer tocaba el subgénero de zombies. Teníamos para escoger dos buenas películas.
"La noche de los muertos vivientes" de George A. Romero.
Es otra de las que ví desde mi 'refugio'. Mi madre siempre me dijo que cuando ella la vió de joven le dió mucho miedo, cosa que nunca entendí. Porque esos zombies eran tan lentos que si los protagonistas se hubieran echado una carrerita, habrían podido huir esquivándolos.
La otra opción, era "Amanecer de los muertos" de Zack Snyder. Aquí la cosa cambia, porque aparte de ser muchos zombies, éstos corren que se las pelan. Y 'piensan' más que el zombie medio (y que muchos vivos que conozco).

Pero finalmente hubo un cambio de planes a última hora. Y es que, mientras esperábamos las pizzas, nos pusimos a hablar de cine de serie B (algunas de esas películas de 'terror' son tan malas, que acabas riéndote un montón).

Algunos directores de este cine de terror de serie B, se han convertido en reputados directores de cine fantástico (¿quién se lo iba a decir a ellos, eh?)
Sam Raimi, el director de Spiderman o Darkman, es responsable también de la trilogía que se inició con Posesión infernal , continuó con "Terrorifícamente muertos" y finalizó con "El ejército de las tinieblas" (que esta ya es una ida de olla tras otra).
¿Y qué decir de Peter Jackson, archiconocido por su "El señor de los anillos" o "King Kong"? Empezó haciendo "Bad taste", aunque yo ví primero la genial Braindead (titulada en España "Tu madre se ha comido a mi perro"). ¿Cuántas toneladas de sangre de pega usarían para esta película? La verdad es que yo me muero de risa con alguna de las escenas de la película.
Yo, viendo la filmografía previa de Peter Jackson, me sigo preguntando que se habían fumado los directivos de New Line Cinema para darle el zurrón de pasta que le dieron para hacer "El señor de los anillos" y permitirle tanta la libertad de acción.

De las películas de serie B, pasamos a las de serie Z, que estas ya son malas a propósito y buscan la risa fácil. Uno de los presentes reconoció que no había visto ninguna película de la Troma y había que solucionarlo.
Porque uno no es un/a 'friki' en condiciones hasta que no has visto al menos una de las partes de "El vengador tóxico".
Eso sí, si sabes quien es el "Sargento Kabukiman" o has visto La ciudad de los zombies hambrientos lo tuyo es un caso grave y hay que hacérselo mirar.

Mi caso es grave y creo que ya no tiene solución. Y la culpa la tiene el dichoso jueguecito ese de adivinar películas a través de la mímica.
Cuando un amiguete me dijo al oído la película que tenía que representar mi primera reacción fue "hemos dicho que no valían pelis porno". Él me dijo que no era una peli porno (cosa que no creí) y a pesar de mis protestas, me tocó representarla como buenamente pude. Al acabar, exigí verla para comprobar que realmente no era porno.
La película en cuestión era "La bárbara ninfómana en el infierno de los dinosaurios". Después de esa, y aún en estado de shock, ví "El vengador tóxico", "El monstruo en el armario", "Abuelitas asesinas" y unas cuantas más.

Por lo menos, con estas serie Z sabes a que atenerte (te ríes porque sabes que son malas a propósito).
Lo peor son las intentan ser buenas, pero no llegan. Y de esas, me he tragado también una buena dosis.

Como "El fin de los días", la de Arnold Schwarzenegger (esta vez salvando al mundo de Satanás) y Gabriel Byrne.
Una amiga de mi ex (que me debía odiar y mucho) nos la recomendó y como ese tipo de cine de acción le gustaba, le acompañé al cine (lo que hace el amor...).
¡Qué horror! Estaba en el cine dudando entre levantarme e irme al bar, ponerme a llorar por un dinero tan mal gastado o reir a carcajadas con algunas 'perlas' que no tienen desperdicio. (¿Alguien me puede explicar como se come lo de "son una secta masónica de la Santa Sede" ?)

Creo que actualmente el género está un poco de capa caída. Salvo el cine oriental de terror, casi todo lo que se hacen son 'remakes' de películas clásicas y mucho 'gore', subgénero que no me hace especial gracia.

Pero ahora, gracias que una se pone el parche en el ojo de vez en cuando y coge el garfio, por lo menor no me gasto mis eurillos en ver bodrios (aunque el día menos pensado mi disco duro se va a suicidar si sigo metiéndole bodrios como "House of dead")

viernes, 21 de abril de 2006

Canciones

Llevo toda la mañana sola en la oficina y como siempre que estoy sola, engancho el reproductor de mp3 a los altavoces del ordenador y a escuchar musiquita mientras trabajo. En el reproductor hay de todo y es que más de 3.000 canciones dan para mucho. Puedo pasar de escuchar 'La Donna é mobile' al 'Sing for the moment' de Eminem por ejemplo.

Una de las canciones que más he escuchado esta mañana, ha sido 'One' interpretada por Mary J. Blige y U2. Me encanta la voz de Mary J. Blige (tiene tanta fuerza...)y la canción de U2 es una de mis canciones favoritas así que es una combinación perfecta.


Powered by Castpost

De 'Efecto Mariposa' había escuchado alguna canción en la radio y me gustaban pero no era una fan. Pero reconozco que desde la primera vez que escuché 'No me crees' que cantan con Javier Ojeda, me he hecho fan de esta canción.


Powered by Castpost

Y por último, la canción que ha hecho que esta mañana me pusiera colorada como un tomate y quisiera esconderme debajo de la mesa. Sé que no debería haberlo hecho, pero estaba sola, colocando un paquete de folletos, sonaba esta canción...y se han empezado a mover los pies y las caderas solos. Y justo cuando estaba yo más animada bailoteando, ha entrado por la puerta un comercial de una mayorista. Menos mal que me llevo genial con él y la vergüenza ha sido algo menor.


Powered by Castpost

Fascinación

Me considero una persona muy curiosa. Si no te preguntas e indagas sobre lo que te rodea, no aprendes y el aprendizaje es algo vital.

A veces, he pagado un precio muy alto por esa curiosidad, otras he ofendido o hecho daño (lo siento) a personas a las que aprecio y respeto, pero la mayoría de las veces es tremendamente gratificante.

Lo que más despierta mi curiosidad son las personas, por lo que supongo que, por eso, siempre me he decantado por profesiones en las que haya que interactuar con otras personas. Y es que esa complejidad y el cúmulo de contradicciones que somos me resulta fasciante. Capaces de realizar las atrocidades más terribles y a la vez, de crear belleza o de expresar ternura.

Me siento como si estuviera en una inmensa biblioteca. Cada persona es un libro que tiene una historia que contarme (adoro que me cuenten historias) y no sé por donde empezar. Algunas me hacen reír, otras llorar, otras me aburren, alguna me hace sentir miedo o asco...pero de todas aprendo.

Hoy me he levantado sintiendo que no podía pasar sin dar las gracias a todas esas personas que pasan (o han pasado) por mi vida y que me permiten meter un poquito la nariz en su vida. Pues eso, gracias.

jueves, 20 de abril de 2006

La noche de los libros

Ya he reconocido varias veces que uno de mis vicios son los libros. Mi cartera tiembla cada vez que me acerco a una librería, porque siempre pico y adopto un nuevo libro (o varios). Y es que están ahí...con sus páginas llenas de letritas que te invitan a descubrir una nueva historia y no hay quien se resista (por lo menos yo no me resisto).

Hoy, la comunidad de Madrid quiere convertir el hábito de lectura en una fiesta y para eso ha creado una iniciativa conocida como la noche de los libros . Desde las 5 de la tarde hasta las 2 de la madrugada, habrá tertulias, firmas de libros y actuaciones musicales en diversas librerías, teatros y bibliotecas. Se fomentará también el bookcrossing.
Y a partir de las 20.00 horas, las librerías participantes, harán un 10% de descuento en los libros (para espanto de mi economía, que ya noto como tiembla la cartera en el bolso).

Todo esto me parece genial, pero es una faena que empiece tan pronto, porque a muchas personas nos pilla en pleno trabajo. Y el hecho de que casi todo se realice en el centro de Madrid capital, es otro inconveniente, porque tendría que haber más actividades en los barrios de la periferia y en otras ciudades de la comunidad.

Pero bueno, me conozco y sé que acabaré de trabajar y saldré rápidamente para el centro de Madrid. Y es que seguro que hay un par de libros que están esperando a que los adopte.

sábado, 15 de abril de 2006

Semana Santa

Yo creo en Dios (aunque mi Dios pertenece a mi ámbito privado y no es como el que 'publicita' la iglesia Católica).

Estoy bautizada e hice la primera comunión (e incluso hubo una época en la que fui monaguillo), pero no soy una persona practicante. Jamás estudié religión en el colegio o instituto (soy de ética) y cuando tocó el turno de confirmarme, me abstuve de hacerlo porque habría mentido.
Y aunque no estoy de acuerdo con muchas de las doctrinas de la iglesia Católica, tampoco le tengo la manía que le tienen personas de mi entorno. Incluso en alguna ocasión, me ha tocado salir en su defensa, ya que veo muy hipócrita atacar algo empleando las armas que tanto te ofende que emplee tu enemigo.

¿A qué viene todo esto? Pues que a pesar de no considerarme católica, hay algo que siempre me ha atraído, desde pequeñita. Además de las iglesias y claustros (que me relajan), me encantan las ceremonias y rituales. Y sobre todo, la Semana Santa.

El domingo pasado, bajé a la iglesia para recoger un ramo para cada una de mis sobrinas. Son muy pequeñas y no se enteran, pero se lo pasaron muy bien (aunque su tía se llevó un par de zurriagazos con los ramos de no te menees).
El viernes iban a ver las procesiones en Burgos. Ainhoa se vuelve loca por una figurita que tengo en mi habitación de un cofrade, así que es posible que le haya gustado. O a lo mejor, se ha sentido intimidada como me pasaba a mí cuando era muy pequeña.

Pasada esa época de intimidación, reconozco que iba encantada a las procesiones.
Las bandas con los tambores y las cornetas, los cofrades cargando los pasos, algunos de los penitentes que han hecho promesas y están cumpliéndolas...y las imágenes de los pasos. Hay uno en Burgos, que se conserva en el museo de la Catedral, que me conmueve especialmente. Representa a Jesucristo, sólo y desvalido, atado a la columna dónde lo han flagelado y con todo el cuerpo cubierto de llagas, con la cabeza inclinada en un gesto de dolor y resignación...Era verla y se me saltaban las lágrimas.

Este año, he asistido por primera vez a una procesión en Madrid). Y ya que lo hice, lo hice en la más grande, la del Cristo de Medinaceli. Es una de las imágenes que más seguidores tiene en Madrid (tiene fama de milagrero) y el primer viernes de marzo, hay un besapies que congrega a muchos fieles. La verdad es que todos los viernes del año hay muchísimas colas en esa iglesia para ver la imagen.

Así que después de comer con un amigo, al que no convencí para que me acompañara y a pesar de la lluvia intermitente, me fui temprano para coger un buen sitio. Pero eso mismo debieron de pensar las miles de personas que ya estaban en la calle cuando llegué. A pesar de la gente, no he conseguido un mal sitio y he de reconocer que ha sido emocionante. Y eso que pensé que al ser más grande que las burgalesas, iba a perderse un poco de emoción, pero para nada.

Cuando he oído la saeta que le han dedicado al Cristo desde el Palace, se me han puesto 'los pelos como escarpias' y el ver a los penitentes, me he conmovido. He visto a una amiga de mi madre entre ellos. Durante dos años, llevó a diario el hábito de los fieles del Cristo y asistirá durante veinte años a la procesión como penitente. Da igual si está cansada por el trabajo (que se pega unas buenas palizas) o incluso algo 'pocha'. Dice que hizo una promesa y que éstas hay que cumplirlas.
Y aunque desde la lógica me puede parecer algo exagerado todo eso, por otro lado, me parece admirable.

Más tarde llegó el turno de la imagen.



Vale, no me conmueve tanto como mi Cristo burgalés, pero reconozco que tiene algo. Supongo que es la misma expresión de dolor y resignación.

Aunque quizás sea, que a pesar de ese dolor y esa resignación, encuentro un resquicio para la esperanza.

jueves, 13 de abril de 2006

Madrid

He recibido este mail y no puedo resistirme a ponerlo...

Pues no somos chulos ni ná....

1. Madrileño: Dicese dice de aquel que nace en la Región de Madrid,
sin discriminación de raza, sexo, religión o signo del RH.

2. Uno es de Madrid sea de dónde sea de la Comunidad de Madrid. Ya, ya sabemos que si eres de Hospitalet no eres de Barcelona. Pero aquí eres de Madrid tanto si naces en Guadalix de la Sierra como si vives en Móstoles. Eres de Madrid y punto.

3. Debido a lo anterior, la expresión "ir al pueblo" no es una frase despreciativa tintada de centralismo. El significado es "irse de vacaciones o pasar un fin de semana en el lugar de procedencia de la familia". Aunque tú sigas siendo de Madrid, tus padres y hermanos pueden ser de cualquier otro sitio; los pobres.

4. Es absolutamente falso que Madrid no tenga playa. Si no, visitad Torrevieja o Benidorm cualquier verano o puente.

5. La expresión "está ahí al lado" se traduce por "está a 10 minutos en coche o 20 andando", pero bueno ¿Tú sabes lo grande que es Madrid?. ¿No te digo que la playa la tenemos en Torrevieja?

6. Si vamos de visita a vuestras encantadoras ciudades provincianas y os preguntamos si el chorizo que estamos comiendo es de matanza, y en realidad es Campofrío, no hagáis chistes sobre el asunto. Ya nos gustaría veros a vosotros en el Metro.

7. Se pongan como se pongan los bilbaínos, el metro de Madrid es el más bonito de España. Y esas caracolas que tienen en Bilbao de diseño en las entradas del metro son como la caseta del perro con flores esa donde guardan cuadros. Una horterada.

8. En Madrid Ruiz Gallardón es el Bueno. 'La Espe' la mala. Y Feo no hay porque en Madrid somos todos muy guapos.

9. No os dejéis engañar. Los que pronuncian "Ej que" en vez de "Es que" no son madrileños, son barriobajeros madrileños, que es muy diferente. Qué aquí siempre ha habido clases hasta en los acentos.

10. Y finalmente y para terminar, no critiques a los madrileños porque se van todos los fines de semana de la ciudad porque no la aguantan. No, los que se van los fines de semana son los que NO SON DE MADRID y vuelven a casa. Los madrileños salimos en Puentes, los dos días del fin de semana no nos dan para alcanzar los confines de Madrid.

Porque eso sí, en Madrid no hay inmigrantes y si los hay, sus hijos son o serán madrileños...

¡¡Buenas vacaciones!!

miércoles, 12 de abril de 2006

Un paseo



Acabo de subir a casa tras dar un largo paseo con mi perra.

Es una noche agradable, pero apenas se ve gente por la calle a pesar de ser temprano. Algún trabajador que regresa a casa tras su jornada laboral y un par de borrachos de los "de toda la vida" que vienen del bar de Jesús.

Casi no se escuchan ruidos. El eco de un monopatín al caerse su propietario en el "halfpipe" cercano; las hojas barridas por el viento, algún ladrido ocasional de mi perra, un coche a lo lejos...El autobús llegó y le puse mala cara porque perturbó el silencio y cuando se fue, volví a estar relajada y tranquila.

La luz de la luna es lo único que ilumina la plaza, ya que todas las farolas están apagadas (supongo que estropeadas). Primero la veo entre las ramas y según voy paseando, se ve mejor. Tan perfecta e inmaculada en la lejanía. Es fascinante. ¿Qué tendrá ese astro que tanto me gusta?

viernes, 7 de abril de 2006

Post-insomnio



Esta mañana he salido de casa de muy mal humor. Me pasa siempre que me tiro toda una noche de insomnio, pensando en cosas que me preocupan. Intento sacar algo en claro del asunto, le doy vueltas y más vueltas y lo único que suelo sacar es un humor de perros la mañana siguiente porque tengo sueño.

Y encima se agravó a primera hora por las llamadas y visitas que recibí en la oficina. Todos los clientes que me caen peor han llamado o venido esta mañana. Y yo con la sonrisa falsa en la cara, mientras por dentro deseaba mandarles a tomar vientos.

Cuando acabé de atender a una de las que peor me cae, he murmurado entre dientes un "mevoyatomaruncafé", me he puesto los auriculares del mp3 y he salido de la oficina con cara de pocos amigos. Miré al cielo e iba a juego con mi día. Gris y con amenaza de lluvia.

Y de repente, las nubes se disiparon. Iba camino del bar cuando en mi mp3 ha sonado la canción "It's not unusual" de Tom Jones. Y me he acordado de mi amigo Carlitos (el nombre engaña, que es un tiarrón de más de metro noventa) bailando en plan el primo Carlton (el de "El príncipe de Bel Air") y he empezado a sonreír. Y ya estaba de mejor humor, cuando he presenciado una escena que me ha parecido totalmente surrealista y que ha hecho que estallara en carcajadas. Bueno, ha contribuido bastante el hecho de comentarlo con Ana, una cliente con la que me llevo estupendamente y que también lo ha presenciado. Al final, hemos acabado las dos llorando de risa, sentadas en un banco, mientras la gente que pasaba nos miraba 'raro'.

He regresado a la oficina aún riéndome, he ventilado todos los asuntos pendientes en poco más de media hora y me he dedicado a colocar el escaparate, a ver si me daban un poco los rayos de sol que lucen ahora.

Ahora sonrío con sinceridad. Encima me acaba de llamar un cliente que tengo que es un encanto (y que está para mojar pan), para decirme que viene esta tarde.

¿Qué más puedo pedir? Está siendo un día estupendo.

Enamorarse

Yo debería estar durmiendo, en vez de estar sentada delante del ordenador pensando en el enamoramiento.

Hace un momento recibí un mensaje en mi móvil de J. Dice que sube a Madrid en Semana Santa y que quiere pasarla conmigo. Y claro, yo estoy alucinando, porque no hace ni quince días me dijo que estaba saliendo con una chica.
Nuestra relación no ha sido una típica relación de pareja. No hemos sido novios (para mí, esa es una palabra muy seria), sino amigos 'con derecho a roce'.
En público, nos comportamos algo fríos y distantes, muy profesionales, aunque en privado, sea todo lo contrario. Hemos compartido muchas confidencias y muchas risas, en largas conversaciones. Me resulta fácil hablar con él y es que hay una complicidad que hacía mucho que no sentía con alguien.

Pero mi problema es que tengo pánico a enamorarme y cuando noto que esto me está pasando, pongo tierra de por medio. Vale, J. es un poco (bastante) golfo, pero no me ha pasado sólo con él.
Hace poco le reconocí a una amiga, que había estado muy enamorada de mi amigo Txiqui, más de lo que me quise reconocer a mí misma en el pasado. No es al hombre al que más he querido en mi vida, pero le he querido mucho. Y le sigo queriendo, pero no hay romance. En su caso, si no me arriesgué, fue porque tenía miedo (qué cobarde he sido) a perder su amistad y porque también estaba enamorada de otro hombre, mi novio de aquel entonces y no quería hacerle daño.
En septiembre del año pasado conocí a un hombre estupendo. Divertido, inteligente, cariñoso, teníamos gustos similares...y encima le gustaba. Estuvimos un tiempo viéndonos, pero en cuanto ví que podía sentir algo más fuerte por él, volvieron todas las inseguridades y miedos y "salí por patas". En noviembre, tres cuartas de lo mismo. Y mira que era un hombre que me resultaba tremendamente atractivo y con una concepción vital muy parecida a la mía. Pero nada, me volvió a entrar el miedo y carpetazo al asunto.

Hay una parte de mí que se da de cabezazos contra la pared cada vez que hago eso. Porque me gusto como soy cuando estoy enamorada (y mira que yo tengo algunos problemas para caerme bien a mi misma), porque ese sentimiento me hace intentar ser mejor persona. Pero por ahora, vence el miedo a sentirme otra vez vulnerable y a que me hagan daño. A ver si poco a poco...

Papeles viejos

Estaba buscando unos papeles que necesitaba, cuando me encontré con unos viejos papeles, grises y desgastados.

El primero de ellos, era mi ficha de recién nacida, la que le dieron a mi madre en el hospital. Me ha parecido curioso ver lo que medía con tan solo horas de vida. Y pobrecita mi madre, lo mal que lo tuvo que pasar. Porque encima de que era primeriza, ¡qué pedazo cabezón que tenía! (y sigo teniendo).

Además de ese papel, había una especie de acta de bautizo sellada por la iglesia donde me bautizaron. ¡Anda que no ha llovido desde entonces!

Y lo que más gracia me ha hecho, ha sido ver la factura de las fotos de mi bautizo y compararla con la factura de las fotos de mi primera comunión (que también estaba). Supongo que en el momento a mis padres les parecería una pasta, pero a mí ahora me parece gracioso. Y un chollazo, porque son de las pocos fotos que me gustan mías.

La verdad es que agradezco al azar el haber encontrado estos papeles. He pasado un rato divertido viendo eso y viejas fotos y la verdad, es que tras una semana algo complicada, me hacía falta echarme unas risas.

domingo, 2 de abril de 2006

Cantos de sirena

Cuando decides leer un libro, puede ser porque te atrae la temática, te gusta el autor o te lo recomendó alguien. O porque el libro te escoge a tí.

Pasé varias veces por la pared de letras doradas sin hacerle mucho caso. Solía ir charlando con gente y no tenía tiempo de pararme a leer lo que ponía.
Una de las tardes, mis ojos se posaron en un nombre: Kavafis. Me resultaba familiar, pero tenía prisa e ignoré los cantos de sirena de la pared.
A la noche siguiente, mientras esperaba el ascensor, me fijé en unos versos "As you set out for Ithaka hope your road is a long one".
Esta vez si me atrajeron los cantos de sirena, pero como me estaban esperando para cenar, tuve que irme. Pero regresé esa misma noche, más tarde. En los pasillos sólo se veía a los de la limpieza pasando la aspiradora por la moqueta de los salones, algún trasnocchador despistado...y a una chica rubia, con un par de copas de más en el cuerpo, que sentada en las escaleras, recorría con la mirada la pared que había frente a ella.

¿Por qué escribo hoy sobre este recuerdo? Porque esta mañana, en los puestos de libros de la cuesta de Moyanos (que están temporalmente en otro sitio) encontré a primera vista un libro de poemas de Kavafis, perdido entre una montaña de libros . Y estoy segura de que a pesar de ruido del tráfico y del olor a papel viejo del puesto, he olido el aroma del mar. y he escuchado unas voces seductoras. Sí, definitivamente este libro me ha escogido a mí.

Ítaca
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrígones, Cíclopes,
al colérico Poseidón - no temas:
nunca hallarás tales seres en tu camino,
nunca mientras elevados sean tus pensamientos,
mientras una extraña emoción
estimule tu alma y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
al fiero Poseidón, nunca encontrarás
a menos que en tu alma los lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga ante tí.
Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con gran placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
podrías detenerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas cosas,
coral y nácar, ámbar y ébano,
toda clase de perfumes sensuales...
adquiere tantos como puedas;
podrías visitar muchas ciudades egipcias
y no dejar de aprender de sus sabios.


Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
Ítaca te dió un maravilloso viaje.
Sin ella, no habrías partido.
Pero ya no tiene más que darte.
Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas.




Mosaico romano de "Ulises y las sirenas", siglo III d.C
Museo del Bardo, Túnez

Portugal: Sintra I

Visto que tendré que esperar un tiempo para regresar a Portugal en carne y hueso, recurro otra vez a los recuerdos. Mi siguiente destino iba a haber sido la región de Leiria-Fátima, pero Dianora me pidió algo sobre Sintra y aquí va. Espero que te sea útil.

Cuando voy a hablar sobre algunas cosas que considero muy especiales, siento algo de temor reverente. Y es que me siento más torpe de lo habitual y no sé si lo haré como se merece. Pero vamos allá...
Para mí, Sintra es cerrar los ojos y escuchar con la imaginación ecos de leyendas y rituales de antiguos druidas; es respirar profundamente y oler historias del pasado; es encontrar ese rincón en el que sabes que has cruzado al otro lado del espejo o el sentir como se te impregna cada poro del cuerpo de la magia que rodea esas montañas. Por un lado, me invita a pasear sola por su calles y por otro, me pide que me pierda del brazo de ese hombre especial y comparta confidencias al oído...

Podría recrearme durante horas en todas esas sensaciones, pero será mejor, por el bien de este artículo, que vuelva a terrenos menos 'farragoso' y continúe escribiendo.

Para llegar, lo más práctico es el tren. Normalmente se coge en la estación del Rossío, pero como ahora está en obras, lo mejor es consultar en turismo de Lisboa. Con la Lisboa Card ese tren es gratuito, así como la mayoría de monumentos de la región con lo que puede ser una elección muy acertada si os gusta 'ver piedras e iglesias'.

La línea que lleva a Sintra, pasa por Queluz, a sólo 15 kms. de Lisboa y si se dispone de tiempo, se puede parar a visitar el palacio.
Inicialmente fue un pabellón de caza, pero el rey Pedro III lo mandó ampliar y transformar en un palacio de verano, al estilo de Versalles (aunque más modesto). Merece la pena recorrer sus salas y dar un paseo por sus jardines, en los que Pilar Miró rodó parte de “El perro del hortelano”. Se usa como residencia para los jefes de estado extranjeros que visitan el país y si alguno quiere alojarse en el recinto, puede hacerlo en la Pousada Dona Maria I (las pousadas son una especie de paradores), situada en el edificio que ocupaba la Guardia Real de la Corte y degustar uno de los ricos platos del restaurante Cozinha Velha, en las antiguas cocinas (eso sí, hay que llevar buen monedero).

Llego a la Vila Velha y antes de perderme por sus calles y visitar el Palácio Nacional, opto por visitar el Palácio da Pena. Si se viaja en los meses de verano, conviene llegar temprano a la ciudad y que ese sea el primer destino, para evitar aglomeraciones.
Situado a 4 kilómetros monte arriba, está prohibido subir en coche particular (eso es la teoría, que yo he subido), teniendo que emplear el microbús municipal (número 434) o taxis (que si van cuatro personas, suele merecer la pena). La carretera es estrecha y en algunos tramos, cogen dos coches a duras penas, pero el viaje es maravilloso.
Entre los árboles, se ven palacetes y chalets, residencias de verano de aristócratas portugueses y europeos y refugio de poetas de otros tiempos.
Los árboles observan el paso del minibus y el silencio, roto por el ruido de los coches o de los pájaros, es una excelente banda sonora. ¿Estará vigilando el hada que aparece cada noche por estos parajes? Por si acaso, seré buena, que tengo muchos deseos que pedirle. Todo está rodeado de un halo mágico y es que esta sierra, conocida como Monte da Lua (monte de la Luna), ya era conocida en la antigüedad por la presencia de cultos astrológicos como atestiguan los restos arqueológicos.

Bajo antes de llegar al palacio para poder visitar el Castelo dos Mouros.. Una pequeña cuestecita (una de las múltiples que hay en la ciudad) y llego a la entrada principal.
El castillo lo fundaron los musulmanes, posiblemente en el siglo IX, y nunca se entabló ninguna batalla en él (Los habitantes se rendían sin más, ya que más que defensivo, tenía funciones de vigilancia). El paso del tiempo y el terremoto de 1.755 lo dejaron casi en ruinas, pero la restauración encargada por el rey consorte Don Fernando II lo dotaron del aspecto actual. Me gusta visitarlo en días algo neblinosos, cuando ésta se va disipando y los rayos del sol iluminan sus murallas.

Desando mis pasos hacia la carretera y el minibús me lleva hasta el Parque y Palácio da Pena. El autobús deja en una explanada, a unos 15 minutos caminando de la entrada del Palacio. Hay una especie de tranvía que te lleva (previo pago de su importe) hasta la entrada, pero creo que merece la pena más el paseo. Don Fernando II, el que reconstruyó el castillo, compró estos terrenos que formaban parte del antiguo "Mosteiro jerónimo de Nossa Senhora da Pena" para adaptarlo como palacete. Y a su alrededor, como jardines, construyó el Parque da Pena. Pero no son unos jardines tradicionales, con sus setitos y sus parterres de flores, no. Aquí todo está integrado con el entorno, siendo el marco perfecto para un cuento de hadas. Y claro, todo cuento de hadas que se precie,
necesita un castillo para que viva la princesa. Levantas un poquito la vista y ¡Deseo concedido!. Ahí está, con sus paredes grises, amarillas y rosadas, las murallas, ese tejado oriental que recuerda al palacio del sultán (¿estará Scherezade contándole una historia?), aquella otra torre adornada con detalles manuelinos...Y lo mejor está aún por llegar, al cruzar su portón principal. Vemos distintos estilos decorativos: arte egipcio, árabe, gótico, manuelino, renacentista...todo revivido gracias al afán romántico de Don Fernando. Y en cada una de sus veintiséis salas, se mantiene el ajuar y el mobiliario original, lleno de mravillosos detalles. ¡Qué peligro visitar el palacio con mi hermana Raquel! Si en el museo de los carruajes había que estar con mil ojos, aquí mil eran pocos, porque enseguida se nos despistaba para comenzar a jugar a las princesitas. Si hasta yo, que de pequeña prefería los piratas a las princesas, me sentía influida por el ambiente mientras paseábamos por sus salas. ¡Y lo que disfruté años más tarde buscando símbolos esotéricos! Decían que eran un lenguaje cifrado para masones y rosacruces y yo, que había alucinado con "El péndulo de Foucault" de Umberto Eco, me pasaba horas muertas siguiendo su rastro. Por cierto, este castillo sirvió como inspiración al rey Luis II de Baviera, el rey loco, para construir el célebre castillo de Neuchswanstein.

Regreso a la carretera para pasear hasta la Vila Velha. El trayecto es agradable y además, cuesta abajo. Dejo a un lado la "Quinta de Monte Sereno", de propiedad privada y casi al final de la 'Calçada da Pena', veo a a lo lejos la Igreja de São Pedro de Penaferrim , de origen medieval. Mis pasos me llevan por la Rua da Trindade, dónde está el Convento da Santíssima Trindade, ahora una residencia particular, pero hoy no me detendré aquí. Veo por encima de los tejados las famosas chimeneas del Palácio Nacional y me detengo ante la Iglesia de Santa María .
La iglesia fue mandada construir por el rey Don Afonso Henriques (el que conquistó Lisboa y Sintra) en el siglo XII, aunque sufrió remodelaciones en los siglos XIII y XIV y como no, tras el terremoto de 1.755. En los alrededores de la iglesia, se ha encontrado una necrópolis con tumbas que se remontan al siglo XV. Antes de llegar a la iglesia, busco con la mirada una placa en una de las casas que hay a la derecha, la Casa de Adro . Y es que en esa casa vivió Hans Christian Andersen, cosa muy lógica ya que uno de los mayores escritores de cuentos tenía que haber vivido un tiempo en un reino de hadas.

Bajo por la 'Calçada dos Clérigos' y acalorada como estoy con tanto paseo, aprovecho la excelente calidad de las aguas de la Fonte da Sabuga , de origen medieval aunque reconstruida en el siglo XVIII (el que adivine el motivo, está invitado a un travesseiro de "A Piriquita").

Se me ha abierto el apetito. Unos pasos más, desciendo unas escaleras y llego a la Rua das Padarias. ¡Qué bien huele! Y es que en esta calle, está la célebre fábrica A Piriquita , en la que hay que comerse un delicioso travesseiro o una rica queijada recién sacados del horno (hay que tener cuidado de no quemarse). Los travesseiros están hechos de hojaldre y la receta del relleno es secreta, pero creo que llevan almendra, huevos y cabello de ángel. Con mi pastel y una bica, repongo energías antes de mi próximo asalto: el Palácio Nacional.