domingo, 2 de mayo de 2010

Desde pequeña...

Hace un momento, tuve que bajar una de las cajas del maletero.
Entre papeles viejos, y algunos libros, estaba La armadura del dragón, un cuento que escribí en el cole cuando tendría nueve o diez años. Todo artesanal. Escrito pulcramente a mano, con los dibujos hechos por mí (con lo mal que se me da) y hasta la encuadernación.

Lo he dejado sobre la mesa para enseñárselo a mis sobrinos y lo ha visto mi madre. Lo ha estado ojeando y riéndose, me ha dicho: "Si es que ya apuntabas maneras..."
La causa es la foto de más abajo. ¿Adivináis el motivo?

7 comentarios:

Fran dijo...

¿La bandera? Sabes que como lo vean ciertas personas no te quitas el sambenito. Y es que hay ciertas personas que confunden la velocidad con el tocino...

Silvia dijo...

Me da igual lo que opinen ciertas personas.
Me gusta mi país y no voy a avergonzarme por llevar una bandera. ¡Menuda idiotez! Que ellos se apañen con sus complejos pero a mí que me dejen tranquila.

Turulato dijo...

Pues a mi me gusta. Hay trabajo e ilusión. Y fe. ¿Cuantos podrían mostrar lo mismo?

Silvia dijo...

Yo es que de pequeña era muy aplicada. Sobre todo, en aquello que me gustaba.
Recuerdo que lo pasé mal al hacer los dibujos y de hecho, calqué parte de un caballero que sale en el interior.
Es que el talento artístico, en cualquier modalidad, no es lo mío.

Fran dijo...

Y sigues siendo aplicada, aunque también te canses y vaguees.

Escribir no se te da mal. Ni cocinar (y ahora los grandes cocineros vand e artistas). Y vivir tampoco.

Oshidori dijo...

¡Me encanta! Hay que leerlo.

currinche dijo...

Lo había adivinado ! y eso que no nos conocemos personalmente ,pero te pega ! a mí también me gusta mi bandera y no me avergúenzo ni pizca de ella ,al revés !