Pelín tétrico
Últimamente no tengo mucho trabajo en la oficina y el que tengo, como estoy viniendo antes porque duermo poco, me lo ventilo enseguida. Sí, sé que debería ponerme a desmontar uno de los ordenadores o puntear la contabilidad por si falta algo por meter, pero para eso necesito tranquilidad y estoy segura de que me pongo a hacerlo y se me llena la oficina de gente o empiezan todos los teléfonos a sonar a la vez.
Así que me pongo mi música para que llene el silencio (estoy sola estos días) y aprovecho para navegar por internet, estudiar, hablar con los amigos por el messenger o por chat, pensar, recordar...Hoy, supongo que por algunos recuerdos combinados con ciertas canciones, me dió por pensar en el día de Todos los Santos.
Me resulta extraña la "celebración" del día de mañana. No dudo de que habrá personas que lo harán porque así lo sienten (y suelen ir otros días y no sólo éste), pero el hecho de ir al cementerio a llevar unas flores "porque toca" me parece aberrante. Si querías a esa persona, no necesitas un día especial al año para acordarte, tienes 365 días a tu entera disposición.
Y el cementerio...
Hace poco tuve que ir a un funeral. Una de las asistentes se movía nerviosa de un lado a otro. "No me gustan los cementerios, me dan miedo" me dijo.
Yo la miraba extrañada, pensando hasta que punto el cine y la literatura de terror habrán influido en la existencia de ese temor.
La única función que le veo a los cementerios es que personas ajenas sepan de la existencia de esos que para nosotros fueron importantes, una concesión a esa necesidad de trascendencia que todos sentimos.
Nunca me dieron miedo los cementerios. Ni los muertos. Entiendo y siento el dolor de la pérdida, el no volver a estar con esas personas y vivir cientos de cosas junto a ellas, pero...¿miedo?. Es algo que siempre escapará a mi comprensión.
Los muertos no pueden hacerte nada (sus acciones en vida si que pueden influir en la tuya) y lo que ahí hay, son sólo cáscaras vacías de las personas que fueron, nada más...