viernes, 29 de diciembre de 2006

Para supersticiosos...

Mirando un calendario del año que estrenaremos en breve, me he dado cuenta de un detallito curioso. Supersticiosos del mundo, ¡¡temblad!!. En el 2007, hay tres meses en los que el día 13 coincide con martes y otros dos en los que coincide con viernes.

¿Pero por qué se asocia el 13 con la mala suerte? A mí personalmente es un número que me encanta (egocéntrica que es una, pues nací en día 13), pero hay gente que sufre con ese número.
Parece ser que está relacionado con la Última Cena, pues ese era el número de los asistentes (otra de las supersticiones es que nunca se deben sentar trece comensales en una mesa o en ese año, uno de los comensales morirá). Pero esa mala fama, también tiene otras versiones. En algunas mitologías nórdicas, se asociaba este número a Loki, un dios en parte maligno y por lo que he visto en internet, también tiene algo que ver el hecho de que en el tarot, este puesto lo ocupe el arcano de la Muerte.

No todo es mala fama. Para los griegos, era un número de la buena suerte. El panteón principal lo formaban doce dioses más Zeus. Y también parece ser el número de la diosa germánico Freya (diosa del amor, la lujuria y la sexualidad) . Para la numerología, es la cifra del crecimiento y para los estudiosos de la Cábala, parece ser una clave para abrir la puerta a un conocimiento superior.

Y en cuánto a la tradición española de asociar al martes con el trece...Pues parece ser que es porque ese día está asociado a Marte, dios de la guerra y eso no trae casi nunca nada bueno. También leí por ahí que la superstición viene de tiempos de Jaime I el Conquistador pues parece ser que un martes y trece sufrió una cruenta derrota en Xátiva.
La superstición anglosajona del viernes trece parece venir porque el viernes fue el día de la crucifixión de Jesús.

Supersticiosos o no, os deseo que el año que está a punto de comenzar os haga felices y os traiga lo que deseéis. ¡¡Feliz Año!!

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Algo de deporte para bajar los excesos navideños

En estos días se cometen muchos excesos con la comida y la bebida y no hay muchas ganas de ir al gimnasio. Así que os dejo unos cuántos consejos para bajar esos excesos...(gracias Mariví)

FORMAS DE QUEMAR CALORÍAS

DESVESTIR A LA PAREJA
Con consentimiento: 12 calorías.
Sin consentimiento: 187 calorías.
QUITARLE EL SUJETADOR
Sin estar nervioso: 8 cal.
Estando nervioso: 36 cal.
IRSE A LA CAMA:
Cargando a la pareja en brazos: 15 cal. (yo en esto discrepo, que dependerá del volumen y el peso de la pareja)
Arrastrando a la pareja de los pelos: 160 cal.
OBTENER ERECCIÓN (HOMBRE):
Hombre saludable (rápidamente): 3 cal.
Hombre enfermo (pide a su pareja le tenga más paciencia): 235 cal.
LLEGAR A ESTAR LISTA (MUJER):
Resequedad vaginal: 10 cal.
Síndrome del "río desbordado": 350 cal.
PERDER ERECCIÓN:
Perder erección antes del momento preciso: 15 cal.
Tratar de obtener nueva erección: 150 cal.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS (CHICOS):
Poner preservativo con miembro erecto: 2 cal.
Poner preservativo con miembro fláccido: 300 cal.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS (CHICAS):
Insertar diafragma teniendo experiencia previa: 8 cal.
Insertar diafragma sin tener experiencia previa: 95 cal.
Con ayuda de su pareja: 680 cal. (incluidas 6 cal. para que el lo encuentre)
POSICIONES:
Hombre encima de la chica (con consentimiento): 56 cal.
Hombre encima de la chica (sin consentimiento): 550 cal.
Mujer encima (hombre con erección): 75 cal.
Mujer encima (hombre sin erección): 385 cal
PROBLEMAS DURANTE EL ACTO:
Movimiento de "in-out" normal: 7 cal.c/u.
Movimiento de "in-out" mientras sujetas manos y piernas de ella: 80 cal. c/u.
Resbalarse sobre las sabanas levemente: 9 cal.
Resbalarse sobre las sabanas hasta caerse: 35 cal.
Tendón encogido por una mala posición: 77 cal.
ORGASMO CHICAS:
Real: 27 cal.
Fingido: 360 cal.
INTENSIDAD DEL ORGASMO:
La expresión de ella no cambio nada: 3 cal.
Escucho cantos de sirenas: 15 cal.
Vio las estrellas: 90 cal.
Se pego contra el techo: 140 cal.
SALIDA DEL MIEMBRO:
Después del orgasmo: 12 cal.
Antes del orgasmo: 300 cal.
DISCUSIONES DESPUÉS DE:
Confesarle que tiene el pene muy chico: 574 cal.
Confesarle que tiene la vagina muy grande: 475 cal.
EXPERIMENTAR SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD:
Orgasmo ocurre de una forma natural: 53 cal.
Orgasmo ocurre mientras se siente culpable por ser infiel: 112 cal.
Orgasmo ocurre a la hora del almuerzo en el trabajo: 133 cal.
SER ATRAPADO EN EL MOMENTO DEL COITO:
Por los papás de tu novio o novia: 510 cal.
Por la esposa o esposo de la pareja: 700 cal.
Por un familiar cercano: 260 cal.
Por uno de tus hijos: 325 cal.
EXPLICACIONES:
Quedarte callado e inmóvil como si nada: 90 cal.
Tratar de explicar lo sucedido: 275 cal.
Saltar de la cama y salir corriendo por la ventana: 450 cal.
Vestirse mientras corres y te persigue el perro: 825 cal.

jueves, 21 de diciembre de 2006

¡¡¡Qué soy tía de nuevo!!!

Pues eso, que esta tarde ha nacido mi sobrino. Todo ha ido perfecto y tanto el niño como mi hermana están bien.
¡Qué ganas tenía de un meoncete! Es que somos demasiadas chicas ya en casa...

sábado, 16 de diciembre de 2006

Weapon of choice

Mi primera reacción al ver por primera vez este vídeo fue de total sorpresa. Christopher Walken me pareció siempre un actor muy serio por el tipo de papeles que había hecho y verle así de bailarín... ¡¡Me encantó!!

Según lo he ido viendo más veces, me gusta más. Me transmite una alegría y unas ganas de bailotear acompañando al señor Walken...Tanto, que ahora si escucho la canción, me acuerdo inmediatamente del vídeo y me pongo de buen humor.

Espero que os guste...


viernes, 15 de diciembre de 2006

Que lo disfrutéis...

Antes de escribir el artículo anterior, sobre la Baraka, tuve que pensar que música poner. Y finalmente me decanté por una canción del disco en solitario de Teresa Salgueiro, la cantante de Madredeus. Ya comenté en alguna ocasión que este grupo portugués me gusta mucho. No sólo las melodías y las letras, sino la deliciosa voz de Teresa, que tiene la capacidad de elevarme y relajarme como pocas cosas lo hacen.

Pasad a la bodeguita...




Poneos cómodos...¿Una copa de vino mirando al mar?



Algo de música...



Nuevos cuadros...


Y la voz de Teresa que vuelve a llenar el ambiente...


Relajaos y disfrutad...

jueves, 14 de diciembre de 2006

Baraka



"Tú tienes Baraka"
"¿Baraka? ¿Eso no significa suerte? Joder, pues menos mal que tengo..."
"No, te confundes. Tú transmites suerte a otros, les das vida, calor...Tienes Baraka"


Este es el extracto de una larga conversación de madrugada con alguien que forma parte de mi vida y que me quiere (por eso mismo, creo que lo dice). Si queréis saber de que Baraka habla, podeís leer un artículo aquí, pero este artículo no va de eso.

Me levanté un par de horas después y en mi correo, un mail con un poema de Rumi y una dedicatoria, "Para tí, porque lo entiendes. Así".


Cuando alguien te pregunte
¿cómo será la perfecta satisfacción
de todos nuestros deseos sexuales?,
alza el rostro
y di:
Así.

Cuando alguien comente sobre la belleza
del cielo nocturno, súbete al tejado,
Baila y di:
¿Así?

Si alguien quiere saber lo que es el "espíritu"
o lo que significa "la fragancia de Dios",
inclina la cabeza hacia él o ella.
Mantén cerca tu rostro.
Así.

Cuando alguien cite esa vieja imagen poética
de las nubes que gradualmente dejan la luna al descubierto,
deshazte lentamente, uno por uno, los nudos de los cordones
de tu túnica.
¿Así?

Si alguien te pregunta cómo podía Jesús resucitar a los muertos,
no intentes explicar el milagro.
Bésame en los labios.
Así. Así.

Cuando alguien pregunte que significa
"Morir por amor", señala
Aquí.

Si alguien pregunta cuánto mido de altura, frunce el entrecejo
y mide con los dedos el espacio comprendido
entre las arrugas de tu frente.
Eso es lo que mide.

A veces, el alma abandona el cuerpo y después regresa.
Cuando alguien no se crea eso,
regresa a mi casa.
Así.

Cuando los amantes gimen,
están relatando nuestra historia.
Así.

Soy un cielo en el que moran espíritus.
Contempla este azul profundo
mientras la brisa te cuenta un secreto.
Así.

Cuando alguien te pregunta qué hay que hacer,
prende la vela en esta mano.
Así.

¿Cómo le llegó a Jacob el aroma de José?
Huuuuu.

¿Cómo recuperó la vista Jacob?
Huuuuu.

Un poco de viento limpia los ojos.
Así.

Cuando Shams regrese de Tabriz,
Asomará la cabeza por el quicio
de la puerta para sorprendernos.
Así.
Esta es mi manera de darte las gracias, amigo. El poema, una canción, un trocito del cielo que eres...



¡Que la Baraka esté siempre de tu lado!.

jueves, 7 de diciembre de 2006

17 años

Todos los 7 de diciembre me despierto a la misma hora. Recuerdo el primero...

A las 4.52, me desperté llorando, infinitamente triste y helada a pesar de la gruesa manta que me cubría. Supongo que intuía lo que estaba pasando. Desde el salón, oía la voz de mi madre en la cocina aunque no lograba distinguir las palabras. Me levanté y, descalza, me deslicé por el pasillo, a escuchar a hurtadillas. Pero esta vez no era una película de las que veía a escondidas o alguna discusión de mis padres...

Encogida junto a la puerta, contemplaba la escena de la cocina. Mi madre, de pie, de espaldas a la puerta. Cansada, con los hombros caídos, los gestos como si fueran a cámara lenta. Mi abuela sentada en un banquete, cubierta con su bata. Agotada, más menuda de lo que es, escuchando como su hija le contaba como el hombre de su vida no había vencido al cáncer y había muerto.
"No ha sufrido, mamá. Se ha ido mientras dormía"

Ambas se abrazaron llorando mientras yo lo contemplaba, con mis propios ojos anegados en lágrimas y la espalda apoyada contra la pared del pasillo. Incapaz de moverme de mi escondite. No sé cuanto tiempo pasó, sólo que al levantar la vista, ví a mi tío. Otro espectador mudo que contemplaba la escena desde el pasillo.
No entró en la cocina. No dijo nada. Sé que me miró pero no podía distinguir lo que me contaban sus ojos y en silencio, dió media vuelta y volvió a su habitación. Al poco rato, salió vestido, una de sus escopetas colgando del brazo, abierta. No dijo nada, ni siquiera cuando mi madre le oyó irse y le llamó. No apareció hasta dos días después, ni siquiera por el entierro. En ese momento, no lo entendí, pero ahora sé que cada uno afronta el dolor y el vacío como buenamente puede y esa fue su válvula de escape.

Al salir al pasillo para llamar a su hermano mayor, mi madre me vió. Me levanté sin decir nada, me quité las lágrimas con la manga del jersey del pijama y entré en la cocina, a sentarme junto a mi abuela, a abrazarla. Mi abuela no dijo nada, se secó las lágrimas con un pañuelo que tenía en el bolsillo de la bata y se fue a asearse y vestirse.
Silvia, la abuela y yo vamos al hospital a hacer los trámites del entierro. Cuando se despierten tus hermanas, haz el desayuno y diles lo que ha pasado. Y dentro de un rato, llama a casa para que vengan papá y la tía Merche.

Cuando se fueron, la casa volvió a quedar en silencio, sólo roto por algún sollozo mío. Me fui al salón y me senté a mirar por la ventana, con la cara pegada al cristal. Las lágrimas cesaron y quizás el frío del cristal me ayudó a recuperar la calma para hacer lo que tenía que hacer. Hice mi cama y recogí el salón. Después, la habitación de mi tío y la de mis abuelos.
Pasé por la habitación dónde dormían mis hermanas, en la cama que normalmente ocupan mis padres en Burgos. Raquel, como siempre, se había hecho con el control de la manta y dejado a Noelia destapada, a quién cubrí con la colcha.
¿Cómo demonios se supone que le dices a tus hermanas, dos niñas pequeñas, que tu abuelo al que las tres adoráis, ha muerto? Tú no eres más que otra cría y eso no te lo enseñan en el cole. Pero en fin...

Cogí mi ropa, cerré la puerta y entré al baño a ducharme y prepararme. Y bajo el chorro de agua caliente, volvieron las lágrimas. Me sentía tan triste, tan vacía. En ese momento pensé que no se podía estar más triste, que no iba a sobrevivir a ese vacío (Años más tarde la vida me iba a demostrar que estaba equivocada...). Me vestí, nuevamente en silencio y sin lágrimas.

Tras llamar a mi padre, volví a la cocina a ocuparme haciendo cosas para no recordar y llorar, que es lo que más deseaba en ese momento. Pero mis hermanas iban a necesitar a alguien que se mostrara sereno y ¡maldita la gracia que me hacía!, me había tocado. Cuando yo lo único que quería hacer era sentarme a los pies de la cama de mis abuelos, del lado mi abuelo y llorar hasta que me reventaran los ojos; me puse a limpiar la caldera de ceniza del día anterior para encender el fuego y caldear la casa y pensar en los ingredientes de las lentejas que empecé a preparar después de acabar con la caldera.

Mis hermanas se levantaron y después de darlas de desayunar, se lo dije con toda la delicadeza de la que fui capaz. Y las dos, abrazadas a mí como si fuera un tronco firme, llorando como Magdalenas en medio de la cocina mientras yo recurría a toda la fuerza de voluntad que pude para no derrumbarme como ellas.

Pasaron las horas y seguí actuando como un autómata: ayudé a bañarse y vestirse a mis hermanas, acabé de recoger la cocina, hice la compra, llamé a algunos amigos y familiares para darles la mala nueva y rezaba todo lo que sabía (que era poco) para que me dejaran irme cinco minutos, sola, a desahogarme.

Diecisiete años desde aquella primera noche. Hoy no tengo que controlar las lágrimas pues estoy sola en casa. Te echo mucho de menos, abuelo.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Dos de mis profes (y una manía)

- ¿El gerente o encargado?
Levantéla vista de mis papeles y la miré. Ante mí, una chica de unos 27 años, vestida de modo informal y con una carpeta debajo del brazo. "Comercial" catalogué para mí.
- Soy yo - respondí

La verdad es que mi contestación ha sido un poco seca, pero es que la forma de abordarme... Ni un "buenas tardes" ni un "por favor" y ya dije en este artículo, que yo llevo un poco mal eso.

Las chicas de Mujeres bromean conmigo porque saludo a todo a aquel que entra (y si se me pasa, es porque en ese momento estoy en otro lado y no me dí cuenta). Así que después de despacharla con celeridad y buenos modales a la comercial, pensé en esa manía mía con los modales y de dónde me viene. Y me acordé de Don Enrique y de Don Fernando.

Fueron mis profesores en la E.G.B. y ambos parecían cortados por el mismo patrón. Hombres mayores a punto de jubilarse, muy altos (o al menos, a mí me lo parecían), de pelo gris y mirada afable. Sonreían muy de vez en cuando pero cuando lo hacían era una sonrisa totalmente sincera y era porque te lo habías ganado.

Recuerdo que Don Fernando nunca levantaba el tono de voz. Llegábamos gritando y armando escándalo del recreo y él se limitaba a explicar la clase, inmutable, incluso con un tono de voz algo más bajo. Y lograba qué nos calláramos. ¿Cómo? Los de las primeras filas nos dábamos cuenta de que estaba hablando y que seguramente fuera importante, así que empezábamos a chistar al resto para que se callaran. Y poco a poco, se imponía el silencio y recibíamos nuestra clase. Eso es algo que se me ha "pegado" y lo empleo cuando trato con niños (y no tan niños).
Ah y siempre se dirigía a nosotros de "usted".

Y Don Enrique, que es en gran parte responsable de mi "manía" por saludar. Tú entrabas en clase y la mayoría de las veces te sentabas, saludando solo a los compañeros más próximos. Bien, pues si hacías eso con Don Enrique, es como si no hubieras llegado.
Si querías "estar" en clase, tenías que saludar con un "Buenos días" al entrar o nada. Ni aunque pegaras botes para llamar su atención (que si hacías eso, seguramente te tocara castigo por "revoleras"). Así que, para volver a ser visible, tenías que salir de clase, volver a entrar y saludar con un "Buenos días" y él, te sonreía, te respondía al saludo con un "Buenos días, señorita Silvia" y todos tan amigos.

Así que de estos dos profesores y de la educación recibida en casa, me viene esa "manía". Mania, por otro lado, que no veo negativa en absoluto...

Adiós, buenas noches.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Miradas (2): Laura

Aún pensando en mi encuentro con Bruno, cogí otro autobus para dirigirme al punto de encuentro con mi cita. A pesar del tráfico de Madrid, llegué pronto y busqué refugio del frío y de la lluvia en una cafetería cercana.

Con un té en una mano y un periódico en la otra, me senté en uno de los sofás, más dispuesta a seguir observando que a leer unas noticias que me iban a deprimir. Y mis observaciones pronto dieron sus frutos.

Dos mesas a mi izquierda, había un matrimonio joven con sus dos hijos. El mayor era un niño de unos siete años, rubio, sentado modosito al lado de su padre, que le explicaba algo de un libro. La pequeña, era un torbellino de unos tres años, de rizos rubios que se movía inquieta de un lado a otro, aburrida como una ostra. Su madre la llamaba y así, otra vez por casualidad, descubrí su nombre: Laura.

Como no podía irse a la calle, cosa que seguramente le gustaría, a saltar en un charco con sus botas de agua rojas (a mí en su caso, me habría apetecido y es que sigue habiendo una parte de mi, que cada vez que ve un charco siente un impulso de chapotear...), se dedicaba a explorar la cafetería. Y en una de esas exploraciones, que yo observaba atenta, se acercó a mi mesa.

Laura se dió cuenta de que la estaba observando. Me miró con sus pequeños ojos azules, con una mirada mezcla de "¿Y tú qué miras, adulta?" y el hastío de "Será muermo la tía ésta..." y sin hacerme mucho caso, volvió a sus juegos.

Pero, ¡ay!, yo seguía mirándola, divertida con sus exploraciones y al descubrirme, me miró nuevamente, más desafiante que en la anterior ocasión. Yo respondí a su reto con una sonrisa y lejos de apaciguarla, frunció el ceño y me miró fijamente con cara de. ¿De qué se reirá esa señora?
Yo sólo podía hacer una cosa si no quería perder el respeto de esa niña. Así que...le saqué la lengua. No, timidamente. No. Una verdadera declaración de guerra.

Mi "rival" vió mi gesto, sonrió y respondió a mis hostilidades mostrándome su lengua. Y así, estuvimos un buen rato sacándonos la lengua, haciéndonos muecas e intercambiando sonrisas. Fue una dura batalla, igualada. Estuve a punto de perderla en un par de ocasiones (ay que malo es hacerse mayor y qué te pillen jugando de este modo...). La paz sólo llegó cuando su madre la llamó para irse de la cafetería. Antes de volver con su madre, me miró, me sonrió y me dedicó una última mueca. Creo que me gané su respeto.

Espero que Laura nunca pierda esa capacidad de enfrentarse a los retos. Si sigue así, ¡Niños, temblad!

Miradas: Bruno

Ese era su nombre o al menos, así le llamó su colega.

"Unos que vienen de pillar de El Salobral..." pensé mientras me sentaba detrás de ellos sin prestarles mucha atención. Conecté el mp3 y dejé vagar mi mirada. Primero, a través del cristal, observando mi Madrid que se iba limpiando con la lluvia. Después, observaba a los viajeros que subían y bajaban del autobus, imaginando historias sobre ellos. Hasta que mis ojos se clavaron en Bruno.

Me llamó tanto la atención, que desconecté el mp3 para intentar escuchar alguna palabra suelta (así es como me enteré de su nombre) y me dediqué a observarle.

No sabría decir la edad que tenía. Es una de las consecuencias del caballo. Consume tanto al que lo toma, que quizás ese hombre que aparentaba los cincuenta y muchos sólo tuviera algunos años más que yo.

Hablaba en voz baja, tratando con mucho respeto a su interlocutor y con una suavísimo acento gallego que acariciaba las palabras. Aunque le temblaban ligeramente, movía las manos de una lado a otro recalcando sus palabras, con seguridad. Eran unas manos bonitas. A pesar de las arrugas, eran finas y fuertes, de uñas cortas y bastante limpias teniendo en cuenta de dónde venía. Hizo un gesto que me resultó enternecedor, el tratar de quitarse una mota de polvo en un pantalón cuyos bajos estaban cubiertos de barro.

Me fijé en su cara. Ahora le caían mechones grises del flequillo sobre la cara, pero seguro que había sido un moreno guapo. Su rostro estaba cubierto de arrugas, tenía los labios finos y agrietados y al sonreír lánguidamente a su amigo, dejó ver una dentadura amarilla y en la que faltaban algunas piezas; la piel de sus mejillas estaba demasiado pegada a los huesos, falta de carne y el hecho de no ir afeitado le daba áun más aspecto de desamparo...

Pero había algo que hacía que no pudieras apartar la vista de él y que me daba la absoluta seguridad de que había sido muy guapo.
¡Qué ojos! No eran demasiado grandes ni de un color espectacular pero eran tremendamente expresivos. Y a pesar del cansancio, de los primeros síntomas de mono que aparecían, de sentir que seguramente la vida le había apaleado, había un brillo...¡Qué de vida quedaba dentro de ellos!

Estaba ahí, satisfaciendo mi lado más "voyeur" y deleitándome con esos matices de su mirada, cuando alzó los ojos y me miró directamente. Estoy segura de que en ese momento me puse colorada al ver que me habían pillado.
Me miró con curiosidad ante mi descaro y yo sonreí a modo de disculpa, deseando que la tierra se abriera bajo mis pies y me tragara. Y sin dejar de mirarme, se relajaron sus facciones y me devolvió la sonrisa. Fueron solo unos segundos, pero hubo conexión entre nosotros. Sin saber nada el uno del otro, es como si me hubiese encontrado con un viejo camarada al que hacía siglos que no veía.

Antes de bajarse del autobus y al pasar por mi lado, volvió a sonreírme pero esta vez con esos ojos tan maravillosos. Yo me despedí con un "Adios" y una sonrisa. Le ví caminar, cojeando bajo la lluvia, a través del cristal del autobús...

¡Qué te vaya bonito, Bruno!

sábado, 25 de noviembre de 2006

Tres palabras

"Me has decepcionado"

Solo tres palabras. Sé que he actuado correctamente. Sé que no hice promesas que no iba a cumplir.

Y entonces, ¿por qué me siento así? ¿Por qué me cuesta tanto contener las lágrimas?

jueves, 23 de noviembre de 2006

Nunca digas de este agua no beberé...(y ese cura no es mi padre)

Hace unos dos años, unas amigas del sector y yo, decidimos dedicarnos un miércoles al mes para comer, irnos de compras y reirnos mucho. Ayer fue uno de esos "días de mujeres".
Una comida ligera (que las dietas nos traen por la calle de la amargura), conversación agradable en la que está prohibido hablar de trabajo, muchas, muchas risas y marcha a la VISA. Porque da igual que lo necesites o no o que tu economía ande como la de las "putas en Cuaresma" que acabas comprando algo.

Así que allí estaba yo, en la sección de zapatería de unos conocidos grandes almacenes, esperando a que acabaran de mirar botas y zapatos antes de cambiar de sección (mi VISA temblaba ante la idea de que me acercara a la sección de perfumería )...hasta que los ví.
Ahí estaban.
Provocando.
Mientras los miraba con ojos golosos, el angelito y el demonio, como en los dibujos animados, comenzaron a discutir.

A: - Silvia, que no te gustan los tacones. Y no te vas a gastar una pasta en algo que no te vas a poner...
D: - Pero mira que bonitos son y si practicas, te acostumbras a ponértelos
A: - Si no los vas a usar más que una o dos veces al año y con ese dinero te puedes comprar más cosas.

Parecía que el ángel y mi sentido común iban ganando y me alejé de ellos. Pero dando un paseo mientras seguía esperando, volví a pasar por delante y me acerqué. Ahí, tan clásicos y a la vez tan modernos, tan suavecitos...

D: - Silvia, si unos tacones estilizan las piernas y visten qué no veas...
A: - Pero que llegan las Navidades y tu economía se va a quedar tiritando. Que te vas a tener que pluriemplear...
D: - Por pedirle a la dependienta que te los busque no pasa nadaaaa...No te los tienes que comprar
A: - Silvia, si seguro que no hay tu número o no te valen de anchos...
D: - Si no te los pruebas no lo sabeeees...
A: - Pero, Silvia, no vas a molestar a la buena mujer si no los van a comprar.
D: - A tí también te molestan en el trabajo y sabes que no vas a hacer la venta...
(Qué jodío el diablillo que sabe dónde picar...)
Silvia: - Perdone, ¿podría sacarme un 40 de este modelo, por favor?

Y después de esta paranoia, puede que alguno se diga, y ¿por qué el título de este artículo? Por este artículo de Mujeres...Los zapatos los podéis ver más abajo y los pantys son negros, con liga.

Y no puedo decir que alguien me obliga. Si es que soy incorregible...¿Qué no quiero arroz? Pues me sirvo yo solita dos tazas (que seguro que es con alcachofas)

zapatos hugo

martes, 21 de noviembre de 2006

Tululo III

La noticia tiene unos meses pero lo he recibido hoy y no he podido evitar acordarme de otra traducción fonética que me hicieron hace poco sobre lo apacibles que son los vascos...


domingo, 19 de noviembre de 2006

Despertando el hipocampo...


Tu recuerdo - Ricky Martin y "La Mari" de Chambao

viernes, 10 de noviembre de 2006

¡¡Ya es Navidad!!



Este año, antes que en El Corte Inglés, se han adelantado en mi barrio. Las dos tiendas multiprecio de los chinos ya tienen el escaparate lleno de luces para adornar los árboles, muñecos de Papa Noel y de Nieve, espumillón, bolas de plástico y belenes...¡Y yo he recibido el primer christmas en la oficina hoy! Que será una tontería, pero me ha alegrado y he borrado el artículo sobre el cabreo que iba a escribir para escribir éste. Y es que a mí, me gustan las Navidades y sobre todo, siento debilidad por la Nochebuena.

A la mayoría de adultos que conozco, no. A unos, porque les deprimen; a otros, porque tienen que estar con una familia con la que no se llevan bien y a una gran parte, porque no les parece más que una fiesta comercial dónde dar rienda suelta a nuestro consumismo. Y en parte tienen razón. Uno se deprime al sentirse sólo o echar de menos a los que ya no están; hay miembros de tu familia a los que no soportas y te toca "tragar" esos días y es un gasto extra entre regalos, comida (¿por qué nos cebamos en esas fechas?) y seguramente innecesario...Pero no lo puedo (ni quiero) remediar, me encantan.

Siempre las he pasado en Burgos, con mi familia materna. Nos íbamos el día 24 muy temprano (el 23 era el cumpleaños de mi abuelo paterno y lo pasaba con él) y volvíamos a Madrid para celebrar los Reyes con la familia de mi padre.
Ahora, desde que trabajo, tengo que volverme para abrir la oficina entre Navidades y Nochevieja y no las disfruto tanto como antes, pero los días que tengo los "estrujo" al máximo.

Empiezo con los preparativos un par de semanas antes. Adorno el escaparate de la oficina, escribo los christmas que vamos a mandar, hago las compras de Papa Noel y de Reyes y me escapo, normalmente un sábado por la mañana, a la Plaza mayor al mercadillo navideño. El año pasado me llevé por primera vez a mi sobrina mayor (éste año toca también con la pequeña). Hicimos compras (en mi casa no disfrutaron con ellas: una zambomba para ella y una pandereta para su hermana pequeña. ¡Qué poco espíritu navideño!), le expliqué qué era el Belén, vimos el iluminado de las calles, pasamos por Cortilandia y acabamos tomándonos un chocolate con churros para combatir el frío. Cuando llegamos a casa, a adornar el árbol... ¡Qué bien me lo pasé! (ese fue uno de los momentos más felices de mi vida en los últimos años).

Y el 23 por la noche, viaje a Burgos para empezar temprano al día siguiente.
Compras la mañana del 24, vinos con los amigos para felicitarse las fiestas, ese espíritu de buen rollito que tiene todo el mundo esos días, las discusiones entre los fogones de mi tío, mi tía y yo mientras hacemos la cena, mi padre picoteando (y siendo abroncado por los tres "chefs"), mi madre dormida en el salón, juegos con mis sobrinas en la nieve (si ha habido suerte y ha caído) y todos esperando impacientes a que lleguen mi hermana Raquel y mi cuñado (bueno, a mi cuñado no lo esperamos, pero nos toca sufrirlo que va en el lote) que suelen venir ese día desde Madrid y la hora de la cena.

¡Qué risas!. Las gracias de mis sobrinas, los puntillos que se suelen coger mis dos cuñados con el vino, las bromas de mi padre, mi abuela protestando porque mi hermana y yo le echamos comida en el plato (que si no, come como los pajarillos), mi madre y mi tío picándose, los villancicos desafinados y con tintes etílicos, mi mano a mano particular con el lechazo y el Ribera del Duero, el ruido de fondo de los petardos que tira mi vecino por la ventana, los regalos, los niños del portal pasando por la casa de los vecinos para que les den el aguinaldo, el acompañar a mi abuela a Misa del Gallo (si no hace mucho frío para que vaya)...¡Y cómo no! La "jartá" a llorar todos los años viendo ¡Qué bello es vivir! (que si no la echan en televisión, me llevo yo el DVD y la vemos)

Supongo que por todo esto, esos momentos de alegría (y los menos alegres) con mi familia y la cantidad de recuerdos entrañables que han generado, me gustan tanto las Navidades. Y hoy, por algo aparentemente tan tonto como un trozo de cartulina con unos dibujos navideños, se ha despertado en mi el espíritu de esos días. Espíritu, que por otra parte, no estaria mal que durara algo más que esos días...

martes, 7 de noviembre de 2006

Para el druida con todo mi cariño (por si te animas...)

El verano pasado mi hijo Alejandro, cumplió 4 años y, cuando sopló las velas, mi mujer y yo le dijimos:
-Cariño, pide un deseo. A ver, ¿qué has pedido?
Y el niño nos mira así, todo ilusionado, y nos dice:
-Una play station o un hermanito.
Y mi mujer y yo nos miramos y dijimos: "Joder, la playsteixon esa son ochenta mil." Así que fuimos a por la parejita. Si lo llego a saber, va ella sola...

Hay que ver lo rápido que se queda embarazada una novia, y lo que cuesta dejar embarazada a tu mujer. Es verdad: tú llevas un mes saliendo con una chica, estás parado, le caes mal a sus padres, no te quitas el condón ni para ducharte. ¡Y la dejas embarazada a la primera!
Ahora, como vayáis a por el niño... Es mas fácil sacarla de España de tanto empujar, que dejarla embarazada.

Eso si, os ponéis los dos muy melosos: Velitas, incienso, música de saxofón porque piensas: vamos a hacerlo con mucho cariño para que sea fruto del amor. Después de seis meses sin que se quede embarazada dices: "a ver si va a ser mejor que sea fruto de un polvo".
Sí, porque pasa como con el fútbol. Jugar bonito le gusta a todo el mundo,pero lo que cuenta es meter gol. Así que vais a consultar al ginecólogo. Y el tío te dice:
-Esto es normal. Tenéis que insistir más.
Total, que te receta los polvos como si fueran Frenadol: Tres al día cada 6 horas.

Cuando llevas dos meses a este ritmo, te quieres morir. Lo peor es la semana de ovulación. Porque, por lo visto en esos días sube la temperatura y eso aumenta la fertilidad. Así que mi mujer está todo el día con el termómetro. Y claro, de repente, estás en medio de una reunión y suena el teléfono:
-Cariño, me ha subido. Vente corriendo. Tiene que ser ahora mismo.
Y a ver como se lo explicas a tu jefe:
-Mire, me tengo que ir.., es que a mi mujer le ha subido la temperatura.
-¿Y no puede atenderla un médico?
-Hombre... es que preferiría que el niño fuera mío.

Y llegas a casa y te la encuentras ya desnuda y preparada, que dices:
-Jo, yo así no puedo! Esto es como comer pipas peladas.!

Y es que ella no piensa en otra cosa. ¡Coño, que parece un tío! Y yo me siento como una máquina. Vamos, que cuando terminamos me dan ganas de decirle: "su espermatozoide, gracias".
Y, encima, todo el mundo te da consejos: hacerlo en la postura del misionero, con luna llena, que ella se ponga un cojín debajo y que después de hacerlo se pegue media hora tumbada con los pies en alto.
Joder! La pobre! Es la primera vez que soy yo el que tiene que decirle a ella:
¡Aguanta, aguanta un poco más!.

Al final, cuando vimos que no había forma, volvimos al médico, y va y me dice:
-Bueno, pues lo mejor va a ser que se haga un análisis de semen, porque puede que tenga usted pocos espermatozoides..
Que tú piensas: "¡Coño, seis meses. a seis polvos diarios.! ¡lo que me extraña es que me quede alguno!".
Y el médico:
-Aunque también podría tratarse de astenospermia. Lo que se conoce como espermatozoides vagos
-¡Buah.! ¡Pues va a ser eso! - dice tu mujer - Porque se pasa el día tocándose los huevos.
Y el otro:
-Usted no se preocupe, que si es eso, podemos extraerlos e implantarlos en el óvulo.
¡Si hombre.! Una cosa es que sean vagos y otra ponerles taxi para recorrer doce centímetros.!

Y el médico:
-Es que esto es muy difícil. tenga en cuenta que de millones de espermatozoides sólo puede ganar uno.
-¡Mira, como en Gran hermano!


El caso es que tienes que hacerte el análisis. Te meten en una habitación con un vasito y un montón de revistas porno. Y tú te sientas allí, a ver si se anima. Pero estás mirando un montón de fotos de tías en pelotas y lo único que piensas es: "huy. fíjate ésta. Con las caderas tan estrechas va a tener problemas en el parto, eh?" "Huy...esta otra con toda la silicona que se ha metido...¡a ver como amamanta al niño!"
Y encima, mi mujer desde fuera:
-Cariño, ¿has terminado ya? ¡En casa no aguantas tanto!
Total, que al final, con mucha buena voluntad, consigues llenar el vasito. Pero luego te pasas toda la semana jodido mientras esperas los resultados.

Lo peor de todo es que empiezas a dudar de que el niño que ya tienes sea tuyo. Miras al niño y piensas: "Si, de acuerdo, Alejandrito es clavado a mí, pero yo tengo una cara muy corriente...". Y te acuerdas de esa insistencia de tu mujer en ponerle Alejandro. ¿Qué pasa, que Santi no es bonito?. Y ya para colmo es cuando llega tu suegra y le dice:
-Ay, ¡qué niño tan listo.! ¿A quien habrá salido?
Que ahí ya dices: ¡Coño, es verdad! ¡A ver si tampoco va a ser de mi mujer!Pero de pronto reaccionas: ¡¡Joder, me estoy emparanoiando!! ¡Alejandro es mío!
Hay que tener en cuenta que, en aquel tiempo, dejarla embarazada era más fácil: yo estaba en paro, mis suegros me odiaban, me ponía condón. ¡Coño, lo teníamos todo a favor!

Al final nos dieron los resultados y por lo visto, no me pasa nada. Lo que tengo es estrés. Así que le he comprado al niño la Playstation, a ver si jugando me relajo un poco.

jueves, 2 de noviembre de 2006

Dejarse llevar...

Hay veces que nos ponemos tristes o melancólicos y las lágrimas luchan por escaparse de nuestros ojos. La mayoría de las veces, intentamos no dejarnos vencer por esa tristeza y combatirla, convencernos a nosotros mismos de la futilidad de esas lágrimas y de lo bonito que es vivir la vida con alegría (la,la,la...)

Pero hay ocasiones en las que sabes que es inútil nadar contracorriente y lo mejor es dejarse llevar. Permitir que las lágrimas se deslicen libremente por tus mejillas, huyendo de la cárcel de tus ojos, para que se lleven consigo esa melancolía...

La primera, la más valiente, se escapó cuando Billie Holiday rompió el silencio de la habitación con su inconfundible voz en su Day in, day out. Le siguieron más, despacito, como una procesión, amparadas en la oscuridad y acariciadas por la voz de Billie. Y cuando los últimos acordes de Our love is here to stay se callaron, un torrente de lágrimas ocupó el silencio en su lugar.

Pero poco a poco fueron menos las que alimentaban ese torrente y todo se calmó. Como la lluvia que limpia las calles de la ciudad, las fugitivas se llevaron con ellas parte de esa melancolía...No del todo. Siempre queda una parte. Esa parte que me acompaña y que forma parte de la persona que soy.

Además, ciertas cosas...



They can't take that away from me - Billie Holiday

martes, 31 de octubre de 2006

Pelín tétrico



Últimamente no tengo mucho trabajo en la oficina y el que tengo, como estoy viniendo antes porque duermo poco, me lo ventilo enseguida. Sí, sé que debería ponerme a desmontar uno de los ordenadores o puntear la contabilidad por si falta algo por meter, pero para eso necesito tranquilidad y estoy segura de que me pongo a hacerlo y se me llena la oficina de gente o empiezan todos los teléfonos a sonar a la vez.

Así que me pongo mi música para que llene el silencio (estoy sola estos días) y aprovecho para navegar por internet, estudiar, hablar con los amigos por el messenger o por chat, pensar, recordar...Hoy, supongo que por algunos recuerdos combinados con ciertas canciones, me dió por pensar en el día de Todos los Santos.

Me resulta extraña la "celebración" del día de mañana. No dudo de que habrá personas que lo harán porque así lo sienten (y suelen ir otros días y no sólo éste), pero el hecho de ir al cementerio a llevar unas flores "porque toca" me parece aberrante. Si querías a esa persona, no necesitas un día especial al año para acordarte, tienes 365 días a tu entera disposición.

Y el cementerio...
Hace poco tuve que ir a un funeral. Una de las asistentes se movía nerviosa de un lado a otro. "No me gustan los cementerios, me dan miedo" me dijo.
Yo la miraba extrañada, pensando hasta que punto el cine y la literatura de terror habrán influido en la existencia de ese temor.
La única función que le veo a los cementerios es que personas ajenas sepan de la existencia de esos que para nosotros fueron importantes, una concesión a esa necesidad de trascendencia que todos sentimos.

Nunca me dieron miedo los cementerios. Ni los muertos. Entiendo y siento el dolor de la pérdida, el no volver a estar con esas personas y vivir cientos de cosas junto a ellas, pero...¿miedo?. Es algo que siempre escapará a mi comprensión.
Los muertos no pueden hacerte nada (sus acciones en vida si que pueden influir en la tuya) y lo que ahí hay, son sólo cáscaras vacías de las personas que fueron, nada más...

lunes, 30 de octubre de 2006

A la primera persona

A la primera persona - Alejandro Sanz
A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer (querer).

A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos,
lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué
(¿qué voy a hacer? nada).

¿Qué voy a hacer de los sueños?
¿qué voy a hacer con aquellos besos?
¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos?
dime dónde lo metemos.

¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿dónde guardo mi fe?

Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.


Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.

Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.

Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
ni siquiera dónde estar.
Y aquí el vídeo, dónde sale una guapísima Paz Vega (y eso que a mí no me gusta demasiado).

La increíble (pero cierta) historia de Caperucita Roja

Ayer fue un sábado diferente. Quedamos Panoramix y su familia, una amiga y su sobrino y yo con mi sobrina mayor y nos fuimos al cine todos juntos.

Era la primera vez que mi sobrina mayor, de tres años, iba al cine y fue toda una experiencia. Aunque ni ella ni su hermana pequeña son mucho de ver la tele, han visto películas conmigo en casa (Curiosamente, una de sus favoritas es "El libro de la selva", que coincide que es una de las primeras películas que ví yo en pantalla grande y que es mi película favorita de Disney)

Para no varíar, la elección de la película recayó en mi persona (luego si no gusta, el marrón me lo como yo...). Yo quería ver "El laberinto del fauno" (que ya la ví hoy) pero no es plan de crear traumas infantiles y me decidí ir a por algo "seguro": La increíble (pero cierta) historia de Caperucita Roja . Los tres peques seguro que conocían el cuento y los personajes (mi sobrina prefiere "Los tres cerditos" con efectos especiales) y a casi todos los niños le chiflan los animales (y salen muchos).

Bien, pues allá que nos fuimos. Primero, el viaje hasta el centro comercial dónde estaban los cines. ¡Qué gozada ver las caras que ponen los niños cuando ven algo que les llama la atención! Me vuelve loca la capacidad de sorpresa y de aprendizaje de los "peques".

Cuando llegamos y nos encontramos con el resto sucedió lo mejor que podía pasar: los niños se llevaron genial entre ellos. Compramos las entradas y entramos al vestíbulo con ella un poco intimidada con tanta gente, tanto ruido y los carteles de tanta película, pero feliz de la mano de sus nuevos amiguitos (Fran, te lo tengo dicho, mira que buena pareja hacían mi sobrina y tu peque).
Pero, insensatos nosotros los adultos, cometimos un gravísimo error: entrar en la tienda de chuches. Ni con agua hirviendo lográbamos despegar a los niños de los mostradores abarratodos de dulces de colorines y sólo a base de cabezonería los sacamos de allí, los tres muy felices con su paquete de palomitas.

Entramos en la sala y a mi sobrina casi se le salían los ojos de la cara al ver tanta butaca y ese pedazo de "televisor". Como desde su butaca apenas iba a ver nada, la usé para dejar mi bolso y senté a la niña sobre mis muslos toda la proyección.

Se apagaron las luces y la noté agitarse inquieta sobre mis piernas. Para calmarla, le susurré al oído lo que estaba pasando y parecía que lo había logrado, hasta que comenzó la película y vió a "Caperu". El nerviosismo volvió, pura alegría que se extiende durante la hora y pico que duró la película.

Me regaló varias veces esa risa pura que me regala en cada una de las batallas de cosquillas que mantenemos y cuando acabó, sus ojos me sonrieron, enormes. No quiero deciros nada de como estaba de feliz la que suscribe, su tía...

Al acabar, mientras los peques y los no tan peques se zampaban unas pizzas, aprovechamos para comentar la película. Está orientada a un público infantil, pero algunos puntos sólo los cogerán los más mayores (como lo de la trama inmobiliaria en la que están metidos "Los tres cerditos" que mencionan de pasada), no tiene el nivel gráfico de Shrek pero está entretenidilla y personalmente, me quedo con el personaje del lobo, por el que siento debilidad y que me encantó.

En fin, una tarde de sábado genial, por la compañía y por la cara de los peques y que espero que se repita pronto. Aunque la próxima vez, también me llevaré a la pequeña...

viernes, 27 de octubre de 2006

Meme musical

Vitore me ha puesto deberes y como soy buena chica, aquí va el meme musical.
Consiste en contestar a las preguntas empleando títulos de canciones de un grupo o cantante que te guste. Tengo un problema y es que soy más de canciones que de grupos, así que he hecho trampas y me quedo con dos, Tracy Chapman y Anastacia

Cantantes elegidas: Tracy Chapman y Anastacia

¿Eres hombre o mujer?: Woman's work

Descríbete: Freak of nature y Yo trippin

¿Qué sienten las personas acerca de tí?: Pues esta no la contesto, que deberían ser las personas las que lo hicieran...

¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: I'm outta love y Sick and tired

Describe tu actual relación con tu novio o pretendiente: Not that kind

¿Dónde quisieras estar ahora?: The Promise

¿Cómo eres respecto al amor?: You'll never be alone, I belong to you

¿Cómo es tu vida?: I paid my dues

¿Qué pedirías si tuvieras un sólo deseo?: Time

Escribe una cita o una frase sabia:All that you have is your soul

Ahora despídete: Seasons change

Paso este meme a Unanada, Blagdaros , Thalatta, Turulato y a Dianora y Panoramix, porque a alguien le tenía que caer el "marrón".

miércoles, 25 de octubre de 2006

Torpe

Si, lo reconozco. Hay que ser muy torpe para caerse de una bicicleta estática, pero tiene su explicación...

Estás tú ahí, tan feliz, pedaleando e intentando bajar las lorcillas. Y como el tiempo es un bien escaso y no hay que despilfarrarlo, pues aprovechas para escuchar música e ir leyéndote el manual de derecho administrativo, a ver si aprendes algo.

Y en esas estás, cuando lees una frase inocente, la asocias mentalmente con acontecimientos pasados y presentes y comienzas a reír. Quedamente al principio (que no es plan de molestar), hasta que compruebas que estás sóla en la sala y te dejas llevar por un buen ataque de risa. De esos que mueves todo tu cuerpo y las lágrimas se escurren por tus mejillas. Dejas de pedalear entre convulsiones provocadas por la risa, mientras te agarras la tripa entre carcajadas, te escoras un poco a la derecha y...se rompe la cinta que sujeta tu pie izquierdo al pedal, pierdes el equilibro y ¡PLOF!, das con tus huesos en el suelo.

Después de chequear que no te has roto nada y ante lo absurdo de tu situación ("espatarrá" entre las bicis estáticas, el pie derecho aún sobre el pedal y lágrimas deslizándose por tus mejillas) pues no puedes hacer otra cosa que seguir con el ataque de risa, esta vez provocado por tu torpeza.

martes, 24 de octubre de 2006

Un nuevo enlace

Perdidamente enamorada he caído de alguna de las fotos de este fantástico blog.
Gracias por mostrarnos cosas tan bellas.

viernes, 20 de octubre de 2006

jueves, 19 de octubre de 2006

Lluvia

Me gustan los días lluviosos y grises como el de hoy. La gente corre con prisas para no mojarse, hay que esquivar paraguas, el tráfico es un asco...pero me gustan. La lluvia limpia la ciudad, suavemente, y descubre otro aspecto de mi Madrid, como si todo estuviera mucho más nítido.

Me distraigo observando las ondas que se dibujan en los charcos con la lluvia que cae o el paseo de un gota sobre un cristal, lo que hace que me acuerde de un cuento que leí cuando era muy pequeña, "El gran viaje de gota azul y gota verde".

Cuando puedo, aprovecho para darme un paseo bajo la lluvia. Nada de paraguas, sólo el "Barbour" y el gorro (aspecto de guiri total) o si me pilla "desprevenida", pues me mojo un poquito que no haciendo mucho frío no pasa nada.

Mientras todos corren, aprovecho para disfrutar de los nuevos colores, de los olores (¡qué bien huele la tierra mojada!), del frescor de las gotas de lluvia sobre mi piel, de tener buena parte de la calle para mí...y bueno, en alguna ocasión no me resisto a la tentación de chapotear en los charcos como cuando era pequeña.

Y lo mejor está al volver a casa. Una ducha calentita, una taza de cola cao (ahora de té, que con la dieta ya se sabe) y a mirar por la ventana como sigue cayendo la lluvia o sentarse a leer con el ruido de las gotas golpeando el alféizar de mi ventana como banda sonora.

Sé que a la mayoría de la gente no le gustan estos días, pero, sin ellos, ¿cómo podríamos disfrutar de todo el esplendor de esos días soleados que hemos tenido hasta hace pocos días?

lunes, 16 de octubre de 2006

"Souvenirs"

Anoche, hablando de madrugada con mi amiga, mecidas por el vaivén del barco, ella me comentaba que el crucero no le acababa de convencer y que el viaje de su vida había sido Egipto. ¿Cuál ha sido el viaje de mi vida? Cada uno de los que he hecho y el que estaba haciendo en ese momento, los que están por llegar...Todos llenan esa caja de las experiencias vividas y que a pesar de los sinsabores que ha habido (y habrá), todos y cada uno serán "el viaje de mi vida".



Quizás este no haya sido como otros cruceros que he hecho. Sí, ha habido muchísimas risas, juergas hasta bien entrada la noche, algunas lágrimas, ojos llenos de atardeceres y de amaneceres en alta mar o arribando a puerto, el volver a esos sitios especiales que tanto me gustan y el descubrir nuevos rincones...Pero esta vez, todo ha tenido cierta pátina de "saúdade" por no poder compartirlo con todas esas personas a las que aprecias. Me gustaría ser capaz de regalar todas las sensaciones que he vivido estos días, pero no sé si sabré hacerlo y sólo podré ofrecer estos pequeños "souvenirs".


La primera noche, al disfrutar del fresquito y de la luna en la popa de la cubierta superior, me acordé de Tha. Y volví a pensar en ella cuando pedaleaba en una de las bicicletas del gimnasio. ¡Qué distinto es montar en bici frente a un espejo en el que nos vemos sudorosas a hacerlo frente al mar, con el sol entrando a través de los cristales!.



O estando sentada sola, disfrutando de la quietud de la Sacristía Vieja de Brunelleschi en la iglesia de San Lorenzo en Florencia, me acordé de Dianora y de lo que habría disfrutado del contenido de la sala contigua, la Biblioteca Medicea Laurenciana (si hubiera necesitado una ayudante, yo aprendo rápido).
También me acordé de ella al salir y ver esa otra clase de monumentos florentinos, los "andantes"(¡qué bien vestidos y qué estilazo!). Y de Cu, al ver a algunos miembros de las fuerzas de orden público y pensar en nuestro futuro como criminales en Florencia.


Al pasear por el mercadillo de San Lorenzo y ver los puestos llenitos de adornos hechos con dados, pensé inmediatamente en UnaNada, para minutos más tarde, hacer lo propio con Blagdaros al ver un gigantesco panettone en una pastelería cercana.

Y del profe...Al pasar por delante de la Casa Buonarotti y comprobar decepcionada que cerraban ese día pensé en lo genial que habría sido disfrutar de esa bellísima ciudad, que me tiene loca, atenta a sus explicaciones. O simplemente, tomar un café en cualquiera de las terrazas y disfrutar de la vida que pasa delante de nuestros ojos.



En Roma, hice nota mental de volver con Silvia cuando se recupere de su problema de salud; la paz de Santa María in Trastevere me hizo recordar la paz que encontré en unos ojos "que eu amei"...En los ataques de risa, siempre estaba Fran porque sé que se repetirán cuando se entere de algunas de mis "perlas" y va a tener cachondeo a mi costa durante meses cuando se lo cuenten...

Mientras intentaba recuperar el resuello en la subida a la cima del Vesubio, pensaba en que Turulato (con esas piernas que ya nos enseñó en una ocasión) habría subido y bajado un par de veces mientras el resto le mirábamos "asfixiados".



En Sidi Bou Said, eché de menos un poco de mala follá de la que unamaruja hace gala (la saqué esa misma noche con el peluquero cubano) y juro por lo más sagrado que lo que fumé en esa pipa de agua no era hierba de la risa, aunque me dieran tremendos ataques de risa como lo hacía cuando fumaba con Carlos, David o Txiqui (por cierto, si lees esto, tenemos tú y yo un viaje pendiente).



En fin, que aunque no físicamente, todos a los que aprecio y quiero (me dejo a muchos en este recordatorio) estuvieron conmigo en este crucero.

sábado, 7 de octubre de 2006

Vacaciones



La que suscribe se va unos días de vacaciones, que creo que se los ha ganado. A disfrutar del "Mare Nostrum" en un hotel flotante (algún día espero que en un barco, barco) y de las maravillas que tiene que ofrecerme Italia, aunque sólo sea un aperitivo.

La maleta está hecha y revisada (aunque seguro que me olvido de algo), el bolso de mano, ídem de ídem y los nervios en el estómago el día anterior como siempre (años viajando y aún está el gusanillo ese por la novedad y por saber que me deparará el viaje).

De lo que estoy segura que no me olvido, es de los amigos que me dejo aquí y que espero que sigan a la vuelta (Cu, si no vuelvo y en las noticias no sale que se haya hundido el barco, vente a Florencia que estaré dejándome detener ;-))

Sed felices hasta mi regreso (y después también, ¿eh?). Lo de buenos...tanto como lo sería yo.

viernes, 6 de octubre de 2006

Música para el viaje de vuelta a Ítaca

Para que el viaje a Ítaca no se te haga pesado, un poquito de música...


Michael Bublé - You must have been a beautiful baby

martes, 3 de octubre de 2006

¿Chulería?

Este mediodía camino del gimnasio, me crucé con una de mis profesoras del instituto.
Ahí iba yo tan feliz con mi bolsa de deporte y la saludé por educación (aunque no me caiga bien). Y al reconocerme, me he llevado de regalo la misma mirada con la que me obsequió cuando acabé el instituto. Y es que a pesar de que han pasado trece años, cuando despliego mi "encanto", hago "amigos" para "toda la vida" con una facilidad...

Esta mujer era mi profesora de matemáticas de COU y nos tenía, a nuestra clase en general y a mí en particular, "enfilados". Y es que según ella, como se encargó de repetirnos en varias ocasiones, no éramos más que un "hatajo de fracasados que no deberían estar estudiando cuando van a acabar de reponedores del Pryca" y lindezas por el estilo (eso es motivar y lo demás son tonterías).

Lo de mi clase...pues no sé el motivo de esa inquina.
Sí, los de la clase de al lado eran alumnos y jóvenes modélicos: buenos estudiantes, hacían los trabajos a tiempo, chicos sanotes que se preocupaban por sus estudios y que se portaban bien.
Nosotros...éramos nosotros: más gamberretes, nos gustaba salir, beber, reír, muchos fumábamos, teníamos repetidores entre nuestras filas (en la otra clase no), entregábamos los trabajos tarde, hablábamos en clase...Pero éramos buena gente. Sólo que la mayoría llegamos a COU desmotivados o con otra clase de problemas y el resto...pues se unió a nuestra dinámica o no se atrevieron a ponernos freno. Pero por el hecho de no saber muy bien que hacíamos allí, no creo que nos mereciéramos los constantes desprecios de esa mujer. No éramos tan malos, sólo traviesos.

En mi caso...Yo era una de las más "revoleras" y en vez de cerrar el pico y tragarme las broncas, me revolvía. Un día me pilló en clase jugando a los dados y le contesté que no, que no jugaba, que estaba haciendo un estudio sobre la probabilidad (Acabé mi "estudio" en el despacho de la jefa de estudios). El primer trimestre se alegró de que yo cateara (por méritos propios, todo hay que decirlo), pero el segundo...

Me ayudó con la geometría un estudiante de arquitectura e hicimos un grupo de estudio unos cuántos de la clase. Volví a cogerle el gusto a las mates, me puse las pilas y saqué la mejor nota de las dos clases (las tres mejores notas de ese trimestre las sacamos los "fracasados"). ¡Cómo se cabreó!.
Cuando nos entregó el examen se le notaba la ira mal disimulada. Nos regaló otra de sus miradas de desprecio, mezclada con incredulidad antes de acusarnos de haber copiado y en mi caso (lo nuestro era amor), me hizo repetir el examen delante de toda la clase y de nuestra tutora para demostrar que había hecho trampas.
Je, je, je. Hice lo mismo que había hecho el día del examen y cuando acabé, en vez de callarme e irme con mi sobresaliente a casa, me acordé de sus miradas, me salió la "mala baba" y claro...Una mirada burlesca y una sonrisa de oreja a oreja en la cara antes de decir bien alto: "María Jesús, si es que lo de la geometría se me da bien. Estuve practicando en casa con lo briks de leche, para cuando me toque reponerlos en el Pryca...". Se oía el murmullo de la risa contenida cuando regresaba a mi asiento.

Pareció una pequeña victoria. En el momento, a mí me lo pareció.
Pero meses después, cuando de la evaluación de mi clase salieron muy cabreadas, y al borde de las lágrimas, tres profesoras diciendo que esa mujer no iba a levantar la mano con ninguno de nosotros, recordé la escena. Y aunque no hubo ni un reproche hacia ninguno de los más "revoleras", yo no pude evitar sentirme culpable.

domingo, 1 de octubre de 2006

Batallas perdidas

Esta mañana he participado en varias batallas que he perdido, me han disparado (pero sin balas) varias veces a lo largo de la mañana y he "muerto" el mismo número de veces, dos "cominillos" me han derrotado y me han hecho la cuenta de tres (como a los luchadores de lucha libre americana) otras tantas veces, he tenido que "pegarme" con una brujilla y perder...Y a pesar de todas esas derrotas, dulces todas ellas, creo que he ganado yo la "guerra". Mi premio: las risas de mis dos sobrinas.

Vídeos musicales

Me encanta la música y por supuesto, los vídeos musicales. Pero no esos en los que sale el grupo cantando y nada más. A mí los que me gustan son los que combinan la canción con pequeñas historias de cine, dos de mis aficiones.

Por eso, tengo que agradecer a los canales de música de mi televisión la programación de hoy. Parecía que los programadores me adoraban: porque acababa un vídeo que me gustaba en un canal, cambiaba de canal y estaba otro que también me gustaba.

Alguno de los que han emitido, los recuerdo con especial cariño: Thriller de Michael Jackson; Sweetest thing de U2; Like a prayer de Madonna (que tan polémico fue cuando salió y que es mi canción favorita de la reina del Pop); Stay de Shakespeare's Sisters (con esa Muerte tan glam que me impresiono la primera vez que lo ví allá por el 92); Outside de George Michael (que lo realizó después de su detención en un aseo en Los Ángeles por supuesta conducta lasciva); My Inmortal de Evanescence; The Reason de Hoobastank (la historia del video continuó en el vídeo del siguiente single); Feel de Robbie Williams (¡¡¡quiero ir al sitio dónde está rodado, es precioso!!!); Learn to flight de Foo Fighters; Lobo hombre en París de La unión; El alma al aire de Alejandro Sanz; Losing my religion o Everybody hurts de REM y muchísimos más que me dejo en el tintero. De todos los que he visto hoy, os dejo una muestra de algunos de mis favoritos.

Bjork - It's so quiet


Lauryn Hill - Doo wop song


Fatboy Slim - Weapon of choice


The Pretenders - I'll stand by you

jueves, 28 de septiembre de 2006

Para las féminas

Nada, que tengo una amiga que no tiene mucho que hacer y me reenvía unos correos que yo me veo "obligada" a reproducir


LOS CINCO SECRETOS DE UNA MUJER FELIZ

1. Es importante encontrar a un hombre que comparta contigo la responsabilidad y las tareas del hogar y que tenga un buen trabajo.

2. Es importante encontrar a un hombre alegre, que disfrute del baile, los paseos y que te haga reír.

3. Es importante encontrar a un hombre tierno de quien se pueda depender afectivamente sin que por ello te subordine y además, que no mienta.

4. Es importante encontrar a un hombre que sea buen amante y que adore tener sexo contigo.

5. Es MUY, pero MUY IMPORTANTE, que estos 4 hombres no se conozcan entre sí.


miércoles, 27 de septiembre de 2006

Papa de incógnito

Cuando salió elegido el cardenal Ratzinger como el actual Papa Benedicto XVI, pulularon por internet toda clase de parecidos entre éste y personajes históricos y de ficción (¿quién no ha visto la comparación entre el Papa y el emperador Palpatine, de "La guerra de las galaxias"?).

Pues bien, hoy recibí por correo (y no he podido resistirme a ponerlo) el auténtico "clon" de su Santidad. Y es que, con toda la que han montado los radicales islámicos con su discurso en Alemania, el pobre ha tenido que cogerse unos días de descanso y se ha marchado al campo...

martes, 26 de septiembre de 2006

De ballet y de risas


Hace no mucho, comentaba con Dianora, la tortura que supone querer reírse y no poder hacerlo por determinadas circunstancias (como por ejemplo, que estés en el trabajo y no es plan de ponerse a llorar por la risa). Pero hay otra clase de tortura, mucho más dulce y agradable, que es querer parar de reír y ser incapaz. Y eso me pasó a mi este mediodía.

Estaba yo esperando tan feliz en la parada del autobus, canturreando la canción que sonaba en mi reproductor de mp3 y tomando el solecito, cuando le veo aparecer al otro lado de la carretera.

Imaginaos al "gachó". Andares viriles, no muy alto (más o menos de mi altura), fornido, su buena tripa (que o bien bebía mucha cerveza o va a tener trillizos), camisa de cuadros remangada y abierta (mostrando pecho lobo), sombra de barba espesa y cara de pocos amigos. Vamos, prototipo caduco del macho ibérico. La verdad es que no me habría llamado para nada la atención, si no hubiera protagonizado el detonante de mi risa. Ve que el autobus se acerca y pega una carrerita para cruzar la calle y cogerlo. Y poco antes de llegar a la acera (justo a mi lado) pega un saltito que ni Baryshnikov en sus mejores épocas.
¡Qué bellisimo movimiento! Esa pierna izquierda en el aire, brazos estirados a ambos lados del cuerpo y espalda recta, "grácil" como si estuviera en El lago de los cisnes...¡Qué profesional! ¿Y que podía hacer yo ante semejante demostración de ballet en estado puro? Tendría que haber aplaudido ese aterrizaje, pero claro, pasó por mi cabeza cierta imagen y se lió.

Empecé a reírme entre dientes, como Patán (el perro de Pierre NoDoyUna). Subí al autobus y entre risas, ocupé mi asiento esperando a que se me pasara. Pero claro, la imagen se había instalado en mi cerebro y no dejaba de reproducirse una y otra vez y ¡hala! empecé a reírme a mandíbula batiente. Y claro, para llamar un poquito más la atención, me caían por las mejillas unos lagrimones como puños. Tú vas notando como te va faltando el aire y te duelen las abdominales de tanto ejercicio, pero nada, que no hay forma de parar. Una parte de tu cerebro, la que se ha dado cuenta de la mirada extrañada de tu vecina de asiento, te dice "Silvia, que te puede ver algún cliente y se va a pensar que estás drogada", pero ni por esas...
Así que en un desesperado intento, haces acopio de todo tu autocontrol y parece que vas parando (además, eso de respirar está bien cuando no te queda ni una sola molécula de oxígeno en los pulmones) y levantas la vista. Entre lágrimas, ves a tu "Nureyev"...y la "jodiste".

De verdad, juro que no soy tan mala persona como para reírme de desconocidos, pero es que la situación me recordó cierta broma que tengo con mis amigas y claro...me tocó bajarme del autobus. Así que allí estaba yo, en la parada, colorada como un tomate (en parte por la vergüenza de que me mirara medio autobus), llorando como una Magdalena y sin poder parar de reír. Me ha llevado un buen rato parar.

Si reírse alarga la vida, este mediodía por lo menos, por lo menos, me he regalado 5 añitos.

jueves, 21 de septiembre de 2006

Letanía contra el miedo

No conoceréis el miedo.
El miedo mata la mente.
El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo.
Permitiré que pase sobre mí y a través de mí.
Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino.
Allá dónde haya pasado el miedo ya no habrá nada.
Sólo estaré yo

(No sé porque, me viene a la mente ahora la letanía contra el miedo de las Bene Gesserit)

Gracias

Dicen que es de "bien nacido ser agradecido" y por eso quiero dar las gracias a los amigos que me han dado ánimos estos días, que siempre vienen bien. Afortunadamente, parece que las aguas vuelven a su cauce y que poco a poco todo se soluciona.

Cuando el sábado recordé la pérdida de dos personas a las que quise (quiero) mucho, lo primero que llegó fue el dolor porque no están aquí conmigo. Pero poco a poco, eso se amortiguó (nunca se irá del todo) y llegaron los buenos recuerdos. Y entonces, sólo me quedó darle las gracias a ese Dios en el que creo. Porque puedo decir que he sido una persona bastante afortunada.

Sí, he vivido situaciones que no se las deseo a nadie. No sólo por las situaciones en sí que fueron dolorosas, sino por todos los miedos e inseguridades que me generaron.

Pero una va aprendiendo un poquito y enfoca las cosas desde otro ángulo.
Me he "sobrepuesto" a eso y han contribuido a forjar la persona que soy ahora (que aunque haya cosas que quiero cambiar, no estoy tan mal), me han posibilitado el poder vivir unas experiencias que de otro modo es posible que no hubiera vivido y que me han enriquecido como persona.

Por no hablar de las cosas agradables. He amado y me han amado mucho, me he reído hasta llorar, voy aprendiendo, conozco gente y lugares maravillosos...y cada día que pasa, disfruto más de esta vida, compleja, a veces un poco puta, pero preciosa.

Sé que habrá más pérdidas, más bajones anímicos, pero pasarán y espero aprender un poquito y seguir viviendo.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Válvula de escape

Parecía un fin de semana prometedor. En el vuelo de ida hacia mi reunión de trabajo conocí a un aspirante a "pitufo", de los que a mí me gustan: sobre el metro ochenta y cinco, grandote, ojos muy expresivos, conversación interesante y sentido del humor que hizo que la hora y media que compartimos se hiciera demasiado corta. Después, una reunión de trabajo agradable con un almuerzo junto al mar y más conversación interesante, aunque centrada en el mundo laboral. Y los planes para el resto del fin de semana se presentaban igual de bien: cena con J. nuevamente junto al mar, almuerzo al día siguiente con la familia de Jose y muchas risas...

Pero todo se torció. Mi particular pájaro de mal agüero no es un ave, sino un aparatito pequeño y negro en cuya cubierta pone Motorola y que trae las malas nuevas no con un graznido, sino con una musiquita que hasta no hace mucho me resultaba agradable. Y no sólo fueron malas nuevas, que me resultaban familiares por haber pasado por lo mismo en otras dos ocasiones, sino esta vez, se abrió la caja de Pandora de los malos recuerdos, de esos que duelen demasiado.

Recuerdos que surgen como un torrente y arrasan con todo. Y después, sólo te sientes pequeñita e insignificante. Y sabes que lo único que necesitas en ese momento es sentarte en un rincón, encogida, apretar los puños con fuerza y esconder la cabeza entre las rodillas. Y llorar...Llorar hasta que te duelan los ojos, a ver si ese dolor físico te hace olvidar, aunque sea una milésima de segundo, ese otro dolor interno que te oprime el pecho y te deja sin aliento. Una válvula de escape en forma de lágrimas para no estallar en mil pedacitos.

Pero...¿quién ha dicho que uno tenga siempre lo que necesita en esta vida? Porque hay otros, personas a las que quieres y que te quieren, que en estos momentos necesitan tu apoyo. Y da igual que se hayan abierto las puertas del mísmisimo infierno, porque coñe, les quieres y cuentan contigo. Y al menos, les debes el no tratar de fallarles. Así que notas las lágrimas que te queman en los ojos intentando escapar, te pones las gafas de sol para ocultar a las posibles fugitivas y aparcas tu dolor hasta otro momento, con la tonta esperanza de que la caja de Pandora se cierre sola y que las aguas vuelvan a su cauce.

En el vuelo de regreso a Madrid, con la cabeza apoyada en el cristal de la ventanilla, pensaba en una posible válvula de escape. Y descartadas las lágrimas por el momento, aunque haya habido alguna fugitiva, recuerdas ese sitio, el de "tus idas de olla", dónde sabes que no te van a leer esas personas que ahora te necesitan entera y no en trocitos.

Y no sé si es porque han pasado las horas o porque esto es un buen ejercicio catártico, pero parece que la caja de Pandora se va cerrando. Bueno, no exactamente. Esos malos recuerdos, más dolorosos, se van viendo empañados por los recuerdos más alegres asociados a ellos y vuelven las aguas a su cauce.

"El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces. Ese es el trato"

Este fin de semana, más que nunca, entiendo y comparto el significado de esa frase.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Libros de texto


Al llegar esta tarde al trabajo, ya había gente esperando a que abriera la papelería de Chus, una de las vecinas que tengo en la oficina. Padres con las listas de libros de sus hijos (y pensando en la temible cuesta de septiembre), los niños más pequeños jugando impacientes en la calle y los más mayorcitos hablando con sus amigos sobre lo que se iban a comprar (creo que en esta zona, al menos hasta Navidades, el tema estrella van a ser los personajes de la película Cars).

Una de las ventajas de ser la mayor (alguna tenía que tener) es que mis libros eran nuevos (no “heredaba”) y era una gozada llegar a casa el día que los comprábamos. Yo pasaba de la sección “material escolar” (momento que mi hermana Raquel, más conocida por ser la reencarnación de Atila, decidía usar mi material para decorar la casa a su gusto) y me lanzaba a los libros.

Primero, para que no se estropearan, los forraba con mucho cuidado, casi con reverencia, y los rotulaba con esa “procesión de pulgas” que era mi letra cuando era pequeña. Después, apartándolos de la zarpa de "Atila", me sentaba en el suelo de la salita y me enfrentaba a la difícil decisión: ¿Por cuál empezar?

Las mates en la E.G.B. me resultaban una especie de pasatiempo; de las ciencias naturales me gustaba sobre todo la parte de la geología o el funcionamiento del cuerpo humano; el de lengua española tenía fragmentos de otros libros y poesías que eran la puerta a más libros y las ciencias sociales...Yo creo que esta cabra ya “tiraba p’al monte” desde pequeña, porque la geografía o el saber sobre otras sociedades y culturas me encantaban.
Como siempre costaba mucho decidirse, recurría a un método científico infalible: ”Una dola, tela catola...”

Hoy al ver a todos esos niños esperando por sus libros nuevos, me acordé de todo esto.
La semana que viene empieza la matriculación en la UNED en la que cursaré estudios este año.
Seguramente no forraré los libros, mi letra ya no es una procesión de pulgas (aunque no ha crecido mucho con los años), pero ciertas sensaciones no cambian.
Estoy deseando que llegue el día de la tutoría, en el que me den la lista de libros, vaya a comprarlos y llegue a casa. Y me siente en el suelo de la salita a echarles un vistazo...

domingo, 10 de septiembre de 2006

Información nutricional

Mi cuñado, que se cuida muchísimo y está muy puesto en temas de nutrición, me ha contagiado y me he vuelto un pelín maniática de la información nutricional.
Además, como la dieta hace que controle la proporción de proteínas, grasas e hidratos de carbono ahora me leo todos los productos envasados que compro. Antes tardaba cinco minutos en hacer la compra, ahora me lleva media hora. Y es que ahí estoy yo, con varios paquetes de alimentos en la mano, comparando la información nutricional.

El problema es que muchos paquetes no contienen esa información. Hace unos momentos cogí un paquete de sémola y sí, tenía información nutricional...¡¡en polaco!!.

Recuerdo que no hace mucho tiempo, se montó un pequeño revuelo con el tema de la información contenida en los paquetes de tabaco, que si solo se ponía que contenía nicotina y alquitrán y no el resto de sustancias y bla,bla,bla...
Lo que no recuerdo que se haya montado ningún revuelo por este tema. La legislación no es muy clara al respecto y no sé, no todo el mundo fuma, pero casi todo el mundo tiene esa manía tonta de comer.

Además, cuando la obesidad y otros trastornos relacionados con la alimentación, se están convirtiendo en la epidemia de este siglo deberíamos ser más exigentes con ese tema.

Domingo

06.00 A.M:
"If it's not what you're made of you're not what I'm looking for".
La musiquita de mi móvil me despierta sobresaltada. Mi primer pensamiento: ¡ha pasado algo!. Me levanto, piso a la perra que anda por ahí, estoy a punto de comerme la mesilla y cojo el móvil. Y al responder, me pasan por la cabeza dos cosas. La primera, es arrepentirme como no me había arrepentido hasta el momento de haber puesto mi móvil en las tarjetas de visita. Y la segunda, es pensar para que narices me molesto en explicarle a algunas personas lo que tienen que hacer cuando lleguen a Barajas. Mientras repito las explicaciones, me voy acordando de todo el árbol genealógico de esa persona (no me va a devolver el sueño, pero al menos me quedaba más a gusto)

06.30 A.M.:
Vale, definitivamente no me duermo, así que vamos a hacer algo provechoso y nos vamos a poner a planchar ahora que parece que hace menos calor. Mientras empiezo a sudar la gota gorda por el calor de la plancha, me convezco a mí misma que el nudismo sería una opción genial para todos. Sobre todo, para aquellos que odiamos planchar la ropa (pero que nos gusta ir bien vestidos)

07.45 A.M.:
Después de la sesión de plancha (¿por qué mi lavadora no sacará la ropa planchada como la de los anuncios?), una ducha bien fresquita y un capítulo de "El ala oeste de la Casa Blanca" mientras desayuno. Había visto capítulos sueltos, pero ahora que estoy empezando desde la primera temporada, estoy completamente enganchada. Me pido un Sam Seaborn para Reyes.

09.30 A.M.:
No son aún las diez de la mañana y ya he hecho todas las labores de la casa (bueno, vale podría ponerme a hacer limpieza general, pero va a ser que no) y he sacado a la perra a dar un garbeo. Podría sentarme a leer el periódico o irme al gimnasio. ¡Díficil elección!

10.30 A.M.:
¿Quién me mandaría a mí optar por el gimnasio con lo educativo que es leer la prensa? Tras dos meses sin ir al gimnasio (mucho curre y que estaba cerrado por obras) el viernes fue el primer día que fui. ¡Y cómo se nota la inactividad! Tengo agujetas hasta en el alma.

12.30 P.M.:
Me arrastro como puedo hasta mi casa después de otra ducha en el gimnasio. Juraría que mi perra tiene un brillo de cachondeo en los ojos cuando me mira...
Cuando me dispongo a tumbarme en el sofá a "meditar" vuelve a sonar el móvil (¡cómo odio ese aparato!). Mi hermana se "autoinvita" a comer y dice que estará aquí con mi cuñado (el que me cae bien) a las dos. ¡Genial! Yo que quería echarme la siesta hasta que me fuera al cine con Lito...

1.30 P.M.:
Vale, ya está casi todo, faltan los invitados. Esta tarde como no vaya al cine a ver una de acción, me voy a quedar dormida en la butaca.

Ha pasado poco más de mediodía y tengo unas ganas de que acabe el domingo y llegue el lunes...Mañana estaré protestando y deseando que llegue el domingo. ¡Están locos estos humanos!

viernes, 8 de septiembre de 2006

Top 25 de musicales de cine

Como alguno ya se habrá dado cuenta, me gusta mucho el cine y aunque me gustan casi todos los géneros, siento debilidad por los musicales.
Y es que a una le gustaría saber cantar y bailar pero...a no ser que alguien quiera que se desate el diluvio universal, será mejor que yo no cante (Talento artístico de Silvia= cero patatero).

Así que cuando ayer ví en televisión la noticia de que la AFI (Instituto Americano de Cinematografía) había sacado una lista de los 25 mejores musicales de la historia, corrí presta a echarle un vistazo. Los ganadores han sido elegidos entre una selección de 180 películas. Vista la selección, no sé muy bien que pintan en ella películas como South Park o Dick Tracy pero bueno...
Y vale, quizás no es un musical al uso, pero no está esa gran película que es Fantasía. Para compensar ese lamentable olvido, aquí está el número que más me gusta de la película. Un poco tétrico, ¿no? Es que siempre fui un pelín rarita...



En el número uno, uno de mis favoritos, "Cantando bajo la lluvia". ¿Quién no ha sentido alguna vez, en una día de lluvia, las ganas de emular a Gene Kelly? Ay, que no me resisto a poner la escena y espero con impaciencia las lluvias otoñales.



En el número dos, otro musical que me gusta, West Side Story, adaptación libre del clásico de Shakespeare de "Romeo y Julieta". Como me gusta la canción que Tony le canta a María, aunque sin dudarlo me quedo con la canción América.

Y con la medalla de bronce, otra película que me encanta "El mago de Oz". Hace poco la estuve viendo con mi sobrina de 3 años (que se asustó un poco con la bruja malvada pero que se quedó quieta viendo la tele, cosa rara en ella) y ¡qué maravilla!. "Somewhere over the rainbow" es un bellísima canción que casi todo el mundo conoce, como es archiconocida "Were off to see the wizard". Pero si yo tuviera que quedarme con una, mi favorita sin duda es "If I only had a brain" (con sus versiones para el hombre de hojalata y el león).

Otro de los que aparecen en esta lista, es "Sonrisas y lágrimas" (The sound of music), que es otra película que me encanta. En un artículo hace poco hablé de mis amores literarios. Bien, pues en esta película sale uno de mis amores de cine. Yo estaba locamente enamorada cuando era pequeña del capitán Von Trapp y quería ser Julie Andrews.

Porque esa mujer era una maravilla. Y es que, en el sexto puesto, está otra película protagonizada por ella y que me chifla "Mary Poppins". ¿Por qué nunca tuve una niñera así? ¿O por qué el deshollinador que venía a casa de mi abuela no era tan simpático como el de esa película?

¿Y cómo es posible que no esté entre las veinticinco primeras Victor o Victoria" y esté Chicago? Chicago me gusta también mucho, pero por favor, Victor o Victoria es simplemente genial. Nada, que a pesar de lo que digan los señores de la AFI, es uno de los mejores musicales, según mi humilde opinión. Y con una trama muy divertida.

Como podría tirarme aquí días y días hablando de cada uno de esos musicales, voy a hablar de uno de los más recientes y que se ha convertido en uno de mis favoritos: Moulin Rouge!. Cuando ví que los protagonistas eran Nicole Kidman y Ewan McGregor, no me acabaron de convencer, no les veía yo cantando y bailando.¡Qué agradable sorpresa! Tienen química, tienen talento y la película es un exceso visual que me encanta. Me gustan muchos números de la película, pero aquí van dos de mis favoritos: Christian intentando conquistar a Satine y como los celos corroen al pobre Christian (McGregor) con el tango de Roxanne.