viernes, 23 de diciembre de 2011

Navidad

Siento que desde que falleció mi abuela, se cortó el último vínculo que me hacía sentir las Navidades como cuando era niña. No es malo, sólo una etapa más en la vida.

Aunque ha cambiado mi forma de sentirlas, no ha cambiado el hecho de que me gusten las Navidades y que decida empaparme del espíritu de estos días. Que nada tiene que ver con comilonas, sentimientos impostados y consumismo desmadrado.

Hace un par de días fui a ver a mi sobrino pequeño en la actuación de su escuela infantil. El burrito más resalao de todo el grupo de niños. Acabada su actuación y mientras preparaban a la siguiente clase, observé el escenario elegido.

Es una iglesia de barrio, humilde como su entorno, de ladrillo visto. Las paredes sólo estaban decoradas con unos cuadros pequeños, que representaban las estaciones del Via Crucis. Sobre el altar, un crucifijo de madera, con un Jesús agotado, con la cabeza gacha, como si le hubieran captado antes de su último suspiro. Una imagen que me entristeció.
Pero sucedió lo que un amigo llama "momentos místicos". La luz entraba por la vidriera de la derecha y caía sobre el Belén viviente. Y el niño Jesús, un bebé monísimo, se puso a hacer gorgoritos y a reír. Y esa risa, esa luz de colores, me hizo sentir, de verdad, la Navidad.

Siempre he sentido que la Navidad es ese rayo de Luz que nos saca de las tinieblas y hace que ríamos (que además, es la mejor forma de ahuyentar el dolor y el miedo). Esos días en los que creemos que es posible lo de Ama a tu prójimo como a ti mismo. Que sí, que si unos días lo es, aunque sea por tradición, también lo puede ser siempre si elegimos que así sea, aunque no sea fácil. Porque cada vez estoy más convencida de que es una cuestión de elección.

Quizás sea una felicitación atípica, pero os deseo que queráis que esa luz brille en todos vuestros días y en aquellos a los que queréis.

Feliz Navidad.

3 comentarios:

Turulato dijo...

Es una felicitación en toda regla. Como debe ser, como debería ser. Y por otro lado, cuestión de elección... Cierto. Añadiría que también de vencer la pereza, pecado que en los orígenes se denominaba cobardía...

Fran dijo...

¿Qué tal fue la Nochebuena? Espero que recuperaras ese espíritu navideño y pasaras unas buenas fiestas.

Silvia dijo...

Turulato, ¿y vencer la pereza, o intentarlo, no es otra elección? Son caminos que tenemos, o no (otra vez la elección), que transitar.

Fran, fue una buena noche, muy tranquila.