viernes, 16 de diciembre de 2011

Victoria

Hace unos días me compré finalmente el libro electrónico. Y la primera incorporación, fue uno de mis libros favoritos "Forastero en tierra extraña" de Robert A. Heinlein. Creo que hablé en otra ocasión de este autor, hace un par de años. En la novela hay un personaje que me gusta mucho, el doctor Jubal Harshaw, que es un enamorado de la obra de Rodin.

La primera vez que fui a París no tenía aún los dieciseis años y visité dos museos a los que procuro escaparme, si no es por trabajo, siempre que visito la ciudad: el museo d'Orsay, quizás mi favorito y el más desconocido, museo Rodin, cerca de Les Invalides.

En esa primera visita, acababa de leer la novela y recordé dos obras que se mencionaban en ella. Y que me impresionaron. Ahora, siempre que regreso, voy a verlas, una visita a unas viejas amigas.

Aquí os dejo a una de mis amigas y las palabras que le dedicó Heinlein por boca de Jubal.


Cariatide tombée portant sa pierre (Cariátide caída bajo el peso de su piedra) - 1905
Auguste Rodin
Museo d'Orsay (París)

Ben, durante casi tres mil años, los arquitectos diseñaron edificios con columnas en forma de figuras femeninas. Se convirtió en una costumbre tan generalizada, que lo hacían de una forma tan indiferente como un niño pequeño pisa una hormiga. Después de todos esos siglos, fue necesario un Rodin para hacer ver que ése era un trabajo excesivamente pesado para una chica. Pero no se limitó a decir "Mirad, estúpidos, si debéis diseñarlo así, al menos poned recias figuras de hombres". No, lo mostró... y generalizó el símbolo. He aquí a esa pobre cariátide que lo ha intentado, y ha fracasado, derrumbada bajo el peso de la carga. Es una buena chica. Observe su cara. Seria, infeliz a causa de su fracaso, pero sin echarle la culpa a nadie, ni siquiera a los dioses... y aún sigue esforzándose en sostener el peso, después de haberse derrumbado bajo él.

Pero constituye algo más que buen arte denunciando un arte muy malo: es un símbolo para toda mujer que haya intentado alguna vez llevar sobre sus hombros una carga demasiado pesada, más de la mitad de la población femenina de este plantea, viva y muerta, calculo. Y no sólo mujeres: el símbolo es asexual. Se refiere a cada hombre y a cada mujer que haya vivido y se haya pasado la vida haciendo gala de fortaleza de ánimo, sin emitir queja alguna y cuyo valor no ha sido jamás detectado hasta que se ha derrumbado, vencidos por el peso de su carga. Es el valor, Ben, y la victoria.

- ¿Victoria?

- Victoria en la derrota, no hay triunfo mayor. Ella no se da por vencida, Ben, sigue intentando alzar esa piedra, después de que la ha aplastado. Ella es un padre de familia yendo a su aburrido trabajo mientras el cáncer le devora dolorosamente sus entrañas, a fin de poder llevar a casa un nuevo cheque de la paga para sus chicos. Es una niña de doce años tratando de cuidar a sus hermanitos pequeños porque mamá se ha ido al Cielo. Es la telefonista de una central que se mantiene en su puesto mientras el humo la asfixia y las llamas avanzan y le cortan la retirada. Es todos esos héroes desconocidos que no pueden hacer otra cosa, excepto no abandonar nunca.

2 comentarios:

Turulato dijo...

¡Cierto, cierto, cierto!.Dulce et decorum est. No hay nada comparable a quien derrotado sigue manteniéndose con dignidad.

Fran dijo...

No me gusta nada la escultura, me da grima.
A veces eres muy rara.