viernes, 6 de enero de 2012

Agridulce

Estoy viendo las noticias y emiten varios reportajes de cómo los niños han recibido los regalos de los Reyes Magos. ¡Qué alegría ver sus caritas emocionadas!.

Y qué tristeza, por otra parte, pues no he podido disfrutarlo en vivo y en directo con mis sobrinos más mayores. Ha venido un ratín mi sobrino pequeño, que me ha tratado con su maletín de médico, me ha dado un té para que me recuperara de mi exceso navideño y ha usado mis brazos como vía para su tren Koko.
Como no podía soportar ver los paquetes aún envueltos bajo el árbol, los he guardado en un armario. La verdad es que en estos días, especialmente, se me hace más dura su ausencia.

En fin, dado que mi labor como paje en algunos casos va con mucho retraso, eligiré celebrar los Reyes con ellos cuando los vea. Como ya hemos celebrado su "no-cumpleaños"

2 comentarios:

Turulato dijo...

Disfruté como nunca he disfrutado en cada despertar de la noche de los Reyes Magos. Guardo recuerdos de personas y juguetes, si... Pero el bien más profundo que me regaló la Tradición, mis padres y todos aquellos que hicieron posible que aquellas mañanas mis ojos se abriesen como platos, fue la Fe en la Inocencia.

Tus sobrinos no han estado contigo hoy en ese despertar... Pero un día asentirán en silencio cuando recuerden como colaboraste a que creyesen en la magia y fuerza de la Inocencia.

Es decir. Les marcaste el camino que permite ser adulto

Fran dijo...

No te agobies, que ya lo celebrarás con ellos. Aunque sea un quince de enero.