lunes, 12 de marzo de 2012

Más petarda (y con más idas de olla)

Supongo que será porque ya peino canas (aunque aún no son muchas)o porque he pasado ya por algún cataclismo de esos que pensé que iba a mandar mi vida al garete y aquí sigo, dando guerra. El caso es que ya no me duelen ciertas cosas que antes me abrían en canal y aún me cuesta reconocerme así.

Sentir fuera de tu vida a alguien a quién quieres y al que ya no sientes que le importas (si es que alguna vez fue así) era una de esas cosas. Seguramente, antes, habría hecho lo imposible por cambiar eso y que volvieran a quererme, para paliar esa sensación de desamparo un poco infantil y que regresara la seguridad. Ahora...pues va a ser que no.
Puede que a su manera, me quiera. Pero yo no quiero que me quieran así, ya no me conformo con ello. Amigos de risas y cañas, se consiguen fácilmente sacando a pasear la cartera en el momento adecuado o poniéndoselo fácil sin llevar la contraria; quiénes están ahí cuando te muestras como la petarda que realmente eres, es más complicado.
Hubo un tiempo en que pensé que éramos compañeros. Los que comparten el pan. Pero si me fijo ahora, con la perspectiva que da el tiempo, no hay compañerismo en que sólo sea mi pan el que se comparte. No pretende ser un reproche y en las mismas circunstancias que se dieron en su momento, actuaría igual. Simplemente, que así lo siento y percibo ahora, pues ya no soy la misma. O quizás si, pero más petarda aún si cabe.

En ocasiones, siento que estoy inmóvil y no avanzo nada, que desde que salí del hospital, sólo suelto lastre y corto cabos. Y al mismo tiempo, siento que no paro de bullir, que afianzo y construyo hacia dentro y que en pocas etapas anteriores de mi vida, había avanzado tanto y con tanta serenidad.

2 comentarios:

Turulato dijo...

Diría que te estás haciendo sólida y enriqueciendo. Duele, cuesta y desconcierta. Pero merece la pena

Fran dijo...

Me gusta, petarda.