sábado, 2 de noviembre de 2013

Aprendiendo

Estoy cansada. Mucho.
El resfriado que cogí el fin de semana pasado ha evolucionado a bronquitis y mi tiroides deja de funcionar cuando esto sucede. Además lo de descansar en mi casa, es algo que no tengo fácil.

Cuando estoy tan cansada, también estoy más vulnerable.  A veces, demasiado.

Desde hace tiempo y en un proceso diario, siento que soy más segura en muchos aspectos, más fuerte. O mejor dicho, más sólida.  Pero al mismo tiempo, cuando algo me hiere, lo hace de veras, me destroza.

Esta madrugada,  entre fiebres y momentos de lucidez,  he pensado en esas pocas (afortunadamente) situaciones que me han destrozado últimamente.  Supongo que por mucho que avance, ciertas carencias no las podré suplir nunca. Y me dolerán con treinta y ocho años o con ochenta (si ss que llego)

Pero bueno, quizás lo que tenga que aprender sea a controlar el daño y asimilarlo lo antes posible.

1 comentario:

Turulato dijo...

Lo que expones es la normalidad de una personalidad sana