sábado, 19 de mayo de 2007

Intermedio

Me gustan los momentos como el de ahora en la oficina. Acabada una jornada laboral agotadora (se supone que he salido de trabajar hace tres horas), me quedo sola. Pongo la música más alta, apago las luces para sentir menos calor (que en Madrid hoy hace bochornazo) y con el ruido de la impresora mezclado con la música, echo la cabeza hacia atrás en mi silla, cierro los ojos y repaso la jornada laboral. O como ahora, aprovecho para escribir.

Ayer hablaba con un compañero que deja el sector (últimamente hay muchas deserciones entre los que conozco) para dedicarse a la informática. Y me animaba a que me preparara unas oposiciones o algo que "el sector está muy jodío".
Y tiene razón. Como también la tenía cuando dice que nos comemos muchos marrones en estas fechas, que tenemos que aguantar a cada cliente qué tela, que los sueldos son una mierda, que la rentabilidad es cada vez menor...
¡Pero qué se le va a hacer! Me encanta mi trabajo.
Sí, seguramente viviera mucho más tranquila siendo funcionaria o trabajando de secretaria en algún lado pero creo que eso no me daría las alegrías que me da hoy por hoy mi trabajo. Claro que protesto en ocasiones (sobre todo cuando me dan la murga ciertos clientes) y he pensado dejarlo (aunque para dedicarme a otros aspectos dentro del mismo sector, como puede ser el ejercer de guía o dirigir mi propio hotelito), pero piensas como hoy en las alegrías y siguen siendo mayores que los sinsabores. Que alguno se preguntará que alegrías puede darte vender viajes...Yo me entiendo y mientras sea así, me vale.

Ayer leía en una entrevista a Luis Rojas Marcos sobre la autoestima que cada uno decide que valores conforman su propia autoestima. Uno muy común es lo bien que se siente uno respecto a su trabajo. Quizás debería hacer más caso a éste y a otras cosas que creo que no se me dan mal y dejar un poco de lado ciertas chorradas que no son tan importantes...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primero, no curres tanto, que tienes que estudiar. Que de aquí a unos años, quiero venir a Madrid de visita y que tú seas mi guía. O ir un fin de semana a tu hotelito a ponerme ciego a buena comida...
Silvia, tú no vivirías más tranquila siendo funcionaria. no sabes vivir sin cierto estrés. Porque tu naturaleza te hace moverte y hacer las cosas lo mejor posible y acabarías quemada por algunos compañeros "vaguetes"...Y encima, como tratarías bien a la gente, acabarías teniendo colas enormes de personas que querrían tratar contigo.
¡¡Descansa!!
Besos

Anónimo dijo...

Silvia... Haz caso al Doctor Fran, un hombre sabio en su materia (collejear :-P). Creo que tiene razón (que para algo te conoce más que yo). Así que no curres tanto, cuidate esa pierna, no te quites tantas horas de seuño para estudiar, pero sobre todo, por encima de cualuqier cosa, sigue disfrutando de tu trabajo, que muchos están toda la vida buscando un empleo que les satisfaga.

Un besito desde el akelarre