Desinhibirse
Ayer mi hermana, en aplicación del famoso artículo 33, me dijo que tengo que participar en una representación de Hansel y Gretel para la clase de mi sobrino Félix. Inmediatamente, salté que quería el papel de la bruja.
Durante los casi ochocientos metros que separan el colegio de mi casa, fui haciendo el tonto por la calle con mi sobrino, imitando a una bruja. Bueno y a un lobo, que me dijo que le hiciera el de Caperucita, y a un zombie, que aunque le dan un miedo horrible, también le hacen mucha gracia. Para acabar bailando la canción Loca de Shakira, que les gusta muchísimo a los tres.
Y eso que yo soy muy tímida en público, pero con los niños, con tal de arrancarles una sonrisa, se me están quitando las inhibiciones. Y más me vale, porque de vez en cuando saltan cada cosa...
Como Félix que hace un par de semanas en la piscina saltó en voz alta, después de haber estado hablando con él del dimorfismo sexual, un: Mí tía tiene las tetas gordas. Yo, colorada como un tomate, deseaba que se me tragara el sumidero mientras los padres presentes miraban con disimulo (o descaradamente, que también los hubo) mi escote.
Me está viniendo bien esta terapia de choque para la timidez.
4 comentarios:
Juas, juas, juas. Ya estás comprobando lo que es el día a día delante de niños pequeños, que tienes que tener un cuidado con lo que dices o haces...
¡Muy bueno!
Me hubiera encantado verte ,haciendo el chorras por la calle con tus sobris !!Cuánto te cunde el tiempo mi arma !!
Si ya de por sí, procuraba organizarme mis jornadas y aprovechar para mis cosas, ahora he tenido que comprimir "mis cosas" algo más y sacar tiempo para los nanos.
Pero como me lo pasó pipa, pues nada...¡a disfrutar!
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