lunes, 26 de septiembre de 2011

Apetito

Una persona muy próxima a mí padece de bulimia desde hace más de diez años. Aún sigue en tratamiento y todos, en su entorno, estamos pendiente siempre de ella, atentos a una posible recaída. Estos últimos días, está siendo sometida a diversas pruebas médicas por unos problemas del aparato digestivo, consecuencia de la bulimia. Una lástima este contratiempo, porque en los últimos años ha mejorado mucho de su enfermedad, gracias al apoyo incuestionable de su novio, al que, los que la queremos, nunca estaremos suficientemente agradecidos.

Ayer me llamó por teléfono y estuvimos charlando. Ella, preocupada por las pruebas y sabiendo del intensivo que me he hecho este último mes, me preguntaba si eran dolorosas o molestas. Después de esta conversación y otra posterior, estuve pensando.

Tras mi operación, nunca tengo hambre. Es lógico, porque además de que me sacio enseguida por la capacidad de mi estómago, ya no sintetizo la misma cantidad de ghrelina. Así que como porque tengo que alimentarme.

Pero desde que salí del hospital tras esta última estancia, reduzco al mínimo (y lo reduciría más, si no fuera porque tengo a gente pendiente de mí), la ingesta de alimentos y bebidas. Cierto es que los batidos que me han mandado no contribuyen mucho, pues están asquerosos, pero ni siquiera me atrae alguno de mis platos o bebidas favoritas. Los miro con aprensión, con asco. Supongo que me puede el temor a que se suelten los clips del estómago. Con el paso de los días, cuando poco a poco se calmen las molestias y vaya comiendo algo más, aunque sean líquidos, me iré acostumbrando nuevamente a comer y recuperaré algo el apetito.

O eso quiero creer.

4 comentarios:

Fran dijo...

Como te me conviertas en una de esas melindres que comen con asco, ya te estás revirtiendo la operación.
Esto pasará y en unos meses, estaremos en un bar, picándote con algo de comer que no puedas comer y contigo mandándonos a hacer puñetas. Y viéndote más guapa de lo que te ves ahora, aunque ya seas una niña guapa.
Todo esto es consecuencia de los ánimos bajos que tienes estos días, que el hospital quema bastante.
Un abrazo

Turulato dijo...

De entrada, ya has salido del hospital tras la operación. Ahora y siempre, parcela y analiza con método. En estos momentos hay que asegurar el estómago y ponerlo en plena funcionalidad. El resto..

Silvia dijo...

Fran, no sé si el ánimo bajo es consecuencia de que no como o no como porque tengo el ánimo bajo. Sólo sé que miro la comida con asco y que como y bebo lo mínimo (o incluso menos).
Sé que tengo miedo a que los alimentos se lleven los clips por delante y vuelva a recaer. Pero también sé que no es sano ni normal perder más de medio kilo al día y que seguramente no me haga ningún bien.
Dentro de un rato voy al médico y se lo comentaré.

Turulato dijo...

Desde aquí lejos recuerdo el temor a sentarme de mis primeros tiempos tras la operación de cadera. ¿Y si a mí se me ...?.

Poco a poco vas sintiendo menos temor y pruebas, y pruebas... Y ahora hasta cruzo mis piernas