domingo, 22 de enero de 2012

Ayer tocó mítin

No sé si será que desprendo unas feromonas que me hacen propensa a ello, mi cara o que como me dijeron no ha mucho, que soy rara, pero soy propensa a que me suelten mítines. Y ayer, me tocó.

En principio iba a ser una noche agradable y tranquila con una amiga que estaba de visita en Madrid. Cuando llegué al punto de encuentro, estaba también otra amiga suya a la que conozco de anteriores ocasiones. No es mala chica, sólo un poco plomo cuando se pone a pontificar sobre su trabajo (es psicóloga) y te suelta estadística tras estadística o te trata de analizar. Pero bueno, la emborrachas y empieza a decir tonterías y es más agradable. Al poco, se nos unió el novio de la chica y nos fuimos a cenar a un bareto.

El mítin comenzó por una broma. Mi amiga comentó que si le tocaba una cantidad indecente en la lotería (soñar es gratis) se jubilaba y yo la secundé y añadí que mantendría la agencia para mis viajes, para atender a quién yo quisiera y para darme el gusto, ante algunos impertinentes a los que tengo que sufrir, de poder mandarles a la mierda. Todo en tono jocoso. Porque aunque la tentación sería grande, es mejor no escupir al cielo no vaya a ser que el escupitajo te caiga encima, que la vida da muchas vueltas.

El primer comentario de él, en tono despectivo, fue Así que sóis de esas personas que creen que el dinero da la felicidad. Y añadió, dirigiéndose a mí, O sea que quieres el dinero para poder sacar el odio que sientes y aplastar a otros. (Aún sigo dándole vueltas para saber de dónde se sacó eso de mis palabras, pero bueno...).

Yo este año me he propuesto ser un poco más paciente y tratar de aclarar malentendidos y le expliqué que no es odio, pero sí que hay personas que me caen mal y que tengo que aguantar por el trabajo. Aunque ahora coma poco, tengo la manía de comer todos los días, de pagar mis facturas y me gusta dormir bajo techo y calentito. ¡Tonterías que tenemos la gente!
Comenté el caso de un tipo que se mosqueó porque no le había mirado precios para irse un fin de semana a la playa, cuando le había explicado, tras llamarme cinco veces al móvil, que estaba ingresada en el hospital. Y por supuesto que el dinero no da la felicidad, pero compra mucha tranquilidad y cierta sensación de seguridad para los tuyos. Y tiempo, que para mí es un bien escasísimo.

Y empezó la charla.
Desde que vendía mi dignidad por haber contestado al móvil a que era una materialista que se preocupaba por las comodidades materiales y por la hipoteca (a ellos no les preocupará perder la casa si no pueden pagar, pero a mí me angustia que mis padres, después de toda una vida de sacrificios, puedan perder la suya), que no valoraba los pequeños momentos como podía ser el tomarse una cerveza y que ellos tenían una serie de valores, por supuesto superiores a los míos.
Reconozco que perdí la paciencia y más, cuando emplearon un tono de voz más alto de lo normal para dirigirse a mí y contesté.
Y comenzó la segunda parte del mitín: reivindico mis orígenes humildes, cosa que me parece muy bien si no pretendes con ello, justificar tu prepotencia. "Es que soy rebelde porque el mundo me ha hecho así".
Porque él venía de un entorno muy duro, críado en San Blas, en una casa pequeña, hijo de una señora de la limpieza que había sacado a sus hijos adelante. Y ella, que se había pagado la Universidad desde los veinte años y que nunca había dependido de sus padres, que además, en el año 70 que habían tenido un problema con su negocio, habían trabajado como negros para sacar a ella y a su hermano adelante, porque también eran autónomos y blablabla.
Acabó con la frase "Pero bueno, tú no sabrás lo que es eso, pues eres una pija de clase media de esos que votan al PP creyendo que todo lo material les va a ir mejor. Si además, montarías una empresa si te tocara la lotería... Amasar y amasar dinero, sin preocuparte de cosas más importantes como el amor o la felicidad".

Y se me hincharon las tetas. Mucho. Es que estos discursos "progres" en plan lucha de clases...Pero aún así, me mordí la lengua por deferencia a mi amiga, que se veía en medio del conflicto.

Vamos a ver. Sí, soy de clase media. Como él, aunque quisiera venderme la moto de que era de clase baja. Ni él ni yo sabemos lo que es pasar hambre y verdaderas necesidades, dejar la escuela e hipotecar tu futuro para sobrevivir. Sólo basta hablar con cualquier inmigrante y ellos contarán lo que es ser de clase baja.
Lo de pija, pues no sé de dónde se lo sacó y creo que has visto pocos pijos en su vida. ¿Qué visto de determinada manera más clásica? Pues sí, es cierto y me gusta. ¿Qué no tengo el tío/a todo el día en la boca y procuro expresarme lo mejor posible en mi idioma? También es cierto. Será que intento hacer las cosas bien.
Y sí, crearía una empresa pero no por amasar dinero. Porque hay ideas que me gustaría tratar de poner en marcha y tener el riñón cubierto y trabajar sin verdadera necesidad, tiene que ser gratificante.

Durante el día de ayer, pensaba en un correo que me había mandado un amigo hablándome de las rabias que le provocaba el no pensar de la gente, el que vivían tal y como meaban. Iba a sugerirle, dejándome llevar por esa inocencia que me da a veces, que tuviera paciencia, que no todo el mundo estaba entrenado como él para pensar y que quizás, para que este mundo mejorara un poco, era cuestión de echarles una mano y ser un poco más didácticos, que ganaríamos todos. A ellos se les dotaría de las herramientas para pensar (luego que decidieran o no hacerlo, es otra cosa) y él rabiaría un poco menos.
Por la noche, me tocó comerme mis propios pensamientos.

Y es que hay quién esta demasiado adoctrinado como para cambiar. Demasiado prejuicio suelto por el mundo.

¡Qué pena!

6 comentarios:

Fran dijo...

Como no te va a decir lo del PP si tienes cara del PP como te dijeron hace años juas juas juas. Pija, más que requetepija que también te lo dijeron por ir a ciertos sitios. Ay, que me troncho...
Hay quien habla sin saber y ahí tienes dos ejemplos claros. Pasa de gilipolleces.

Turulato dijo...

¡Pero hija mía de mi vida, con que gente te relacionas!. Solo alguien amable, tolerante, flexible, demócrata de toda la vida y que nunca se impone a hostias, como yo, puede tratar a los pobres así

Silvia dijo...

Fran, eres un cabrito.
No sé porque esa manía de etiquetar en un bando u otro. Para los de izquierdas soy facha y para los de derechas, roja. Pues bueno, pues vale, pues m'alegro que diría el Maki.

Turulato, pues con caballeros tan encantadores como tú. Hombres amables, aunque algo exageraos en ocasiones.
Estos otros encuentros son casualidades. De todas formas, no creo que quieran quedar más conmigo. Y será por ella, porque nosotras llevamos peor eso de que nos dejen en evidencia y le remarqué las incoherencias de su discurso. Pero vamos, que yo lo siento por mi amiga que se vió en una situación incómoda.

Anónimo dijo...

Pero votas al PP o no?

Silvia dijo...

No creo que sea de interés público a quién voto. Si es que lo hago.

Anónimo dijo...

Primero ,YO no soy la que he preguntao sobre tu voto ,segundo el tío ése y su novia (que pijo queda ,lo de novia digo, no ?,mejor su churri )es un
maleducao y un envidioso de pelotas ,y tercero todavía no entiendo cómo no les mandaste a la mieeerda ,directamente!!
Tú mucho de pico, como dice Luis,pero luego te puede la pijería ,dicequé !!!