viernes, 20 de enero de 2012

FITUR

Esta mañana he estado en FITUR. Sin lugar a dudas, ha sido el más austero de los últimos años, pero aún así...
¿Es necesario que ADIF y AENA monten stand propio? Y no precisamente pequeños...
¿O que Paradores, empresa pública, tenga uno con dos plantas?
Por no hablar de las Comunidades. Todas han reducido su espacio (Murcia no han montado ninguno, sólo uno de Lorca para recordar el terremoto), pero aún así, Andalucía tenía prácticamente un pabellón entero y la Comunidad Valenciana, esa en la que los colegios sufren cortes de suministro por falta de pago, más de medio pabellón. Que sí, que está muy bien potenciar el turismo (yo vivo de ello) pero con criterio. Y a ver qué clase de turismo queremos potenciar, que esa es otra.
Pero bueno, los responsables políticos siguen pensando que el dinero público crece en los árboles...

Lo mejor, los pabellones internacionales, especialmente, Asia y América, que en Europa (salvo el de Portugal con degustaciones de productos gastronómicos) estaban de capa caída. Francia ni siquiera ha venido. En Korea me he reído mucho con un chef suizo que lleva la restauración de Korean Air y que nos ha ofrecido Bulgogi y Bibimbap. Y agradezco especialmente la amabilidad al personal del stand de Guatemala, de Costa Rica, de Taiwan y de Japón.

Lo peor, la mala educación de algunos, que te placan por una lasca de jamón (si yo no compito con ustedes, que como poco) o que arrasan con cualquier cosa gratis.

En cuanto a saraos, yo ya voy poco y sólo me he dejado caer por la cena de Turismo de Palestina, que tuvo lugar ayer en el restaurante Teatriz. Parte de la presentación, en inglés, corrió a cargo de la Ministra de Turismo de Palestina y gracias a su exposición, pudimos dar un buen paseo por Tierra Santa.
La cena fue deliciosa y estuvo amenizada por unas danzas tradicionales palestinas, muy movidas y alegres.
Pero lo mejor fue la compañía, pues dado que era la única que hablaba inglés en mi mesa y los colegas palestinos no hablaban español, acaparamos mutuamente nuestra atención y fue enriquecedor.

Siempre he querido visitar Tierra Santa, Siria y Jordania, pero la situación de inestabilidad de los últimos años, me ha echado para atrás. Sé que al pasear por los lugares bíblicos o al visitar los cuernos del Hattin viviría lo que un amigo llama momentos místicos, pero también sé que me llevarían los demonios y la tristeza al ver el conflicto en vivo y en directo.
Porque entiendo algunas de las posturas de ambos bandos y como en el fondo, soy una ingenua que cree que no somos tan malos y que es mejor llegar a puntos de encuentro, me duele ver la situación y la empatía me juega muy malas pasadas en ocasiones.

(Aunque crea en los puntos de encuentro, en el fondo soy una petarda y poco diplomática: Tiraría por la calle de en medio con Jerusalem. Ni para Israel ni para Palestina, sino para la Humanidad. Vamos, que yo dotaba a la ONU de un mayor poder, y no de palabra, creaba un territorio franco, una ciudad sagrada para todos).