Verde
Me despierto demasiado pronto. La miniescapada a Burgos que tenía que
servir como desconexión no ha servido para tanto por un problema con un
cliente.
En el baño, antes de ducharme, el espejo me devuelve el reflejo de un
rostro apagado y cansado. Después de la ducha revitalizante, un vasito
de leche fría y un plátano, me encuentro mucho mejor y salgo a la calle a
ver si puedo solucionar un problema que me preocupa. Difícil pues surge
de la picaresca de algunos que quieren que les salgan las vacaciones
gratis.
Que yo me haya despertado temprano no significa que el resto de la
ciudad lo hiciera y no encuentro ningún sitio abierto desde donde
conectarme a internet. Podría ir a casa de Raúl pero anoche trasnochamos
y seguirá durmiendo. Como tendría que estar haciendo yo...
Paseo un rato más y al final me siento al sol en una de las bancadas de
la Plaza Mayor. Dejándome los ojos en la pantalla del móvil, busco lo
que tengo que buscar y mando un SMS al cliente. Si no acepta lo que le
propongo, empezaré la semana con movidas. Si lo acepta, me tocará
"pelearme" con el proveedor. Suceda lo que suceda, discutiré.¡Con lo
poco que me gusta!
Quemada, levanto la vista del móvil y veo un edificio rosa, de esos que
llamaron tanto la atención de Edmundo d'Amicis cuando visitó la ciudad.
Me pregunto porque se dirá la vida de color de rosa cuando ésta te
sonríe. A lo de identificar el color verde con la Esperanza le encuentro
su lógica pero a lo del rosa...
Con esa duda absurda, el sol dándome en la cara y la brisa ligera
alborotándome el flequillo, recuerdo las palabras del compi. Respiro
hondo, cierro las pestañas del navegador relacionadas con el trabajo y
dejo que el miedo, como dirían las Bene Gesserit, pase a través de mí.
Y al final, sólo estoy yo. Sentada al sol y viendo todo con un tono más verde.
3 comentarios:
Y ahí fué dónde te quemaste !!
En lugar de comentar tus palabras, voy a decirme a mi mismo alguna verdad, que de vez en cuando viene muy bien.
Tiendo, por no decir que lo hago siempre, a reducir la existencia a la situación concreta que me preocupa. Debería preguntarme si todo lo que tengo es eso y solo eso.
Hace años estaba lejos de mi familia e iba recibiendo noticias sobre el rendimiento escolar de uno de mis hijos; me bloqueé de tal manera y me centré sobre ello de tal modo que en mi mente recreé una situación agobiante.
Gracias a Dios, si gracias a Dios, me decidí a pedir ayuda a alguien que trabajaba conmigo: un psicopedagogo. Se sentó y hablé, y hablé, sin que él hiciese comentario alguno. Cuando paré unos instantes para tomar resuello dijo: "O sea, que todo lo que le preocupa es que su hijo no está sacando buenas notas este curso. ¿Se da cuenta de todas las cosas buenas que tiene ese chaval de 16 años; de todos los problemas terribles que no tiene y que tienen otros?. No limite a estos meses la existencia, sepa dar tiempo al tiempo y esperar. Confíe en él; tiene que crecer y aprender".
Ese chaval está hoy, 16 años más tarde, pendiente de saber si va como Canciller a una de nuestras embajadas...
¿Has encontrado explicación a lo del rosa? Y dime la lógica del verde, anda, que no se la veo...
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