miércoles, 7 de mayo de 2008

Rutina

Llega a casa poco más que arrastrando los pies por el cansancio. Saluda a la familia, que ve la televisión en el salón y se dirige a su dormitorio.

Se quita los tacones y los deja tirados en un rincón. Saca un móvil del bolso y lo revisa. Agotado, como ella. Lo enchufa a la corriente para que recupere energías.

Se desviste poco a poco, con gesto cansado, dejando la ropa sobre la cama que la invita, seductora, a que se eche sobre ella. Resiste a la tentación y se dirige al baño.

Los pocos metros que separan su habitación del cuarto de baño le han parecido una marathon. Contempla su imagen en el espejo mientras se desmaquilla y se quita las lentillas. La piel apagada, pero ni rastro de ojeras a pesar de lo poco que duerme en los últimos tiempos. Empieza a hacer muecas ante el espejo, intentando despejarse un poco. Esfuerzo inútil, pues está demasiado cansada para reírse.

El agua tibia la revitaliza. Si la apuran, podría quedarse dormida de pie mientras el agua cae por su espalda y los músculos se desentumecen. Cambia el chorro de la ducha, poniéndole más presión. Es una sensación molesta, como si cientos de agujas se clavaran en sus cervicales, pero sabe que eso le alivia hasta que pueda ir al masajista.

Al salir de la ducha, se envuelve en el albornoz. Con la mano, limpia el vaho que se ha formado en el espejo. Ahora su aspecto es algo mejor y se sonríe mientras se desenreda el pelo.

Coge la ropa sucia de la habitación y la lleva a la lavadora, en la cocina.

"No andes descalza que mañana te va a doler la garganta"

Sabe que tienen razón, pero en ese momento le duelen más los pies y el frío del suelo la relaja. Ya se preocupará por el dolor de garganta cuando llegue.

Coge una botella de agua y en un trago largo e ininterrumpido, apura su contenido. Recuerda que unas horas atrás, llegó a la oficina muerta de sed y calor, pero tenía cosas que hacer y se le olvidó. Como también se le olvidó el hambre, algo que sus tripas se encargan ahora de recordarle.

Abre la puerta de la nevera, buscando algo rápido que prepararse, pero nada le seduce. Y lo que le seduce, requiere un tiempo de preparación que no piensa invertir. Coge el brick de leche y una manzana.

No bebas a morro. Coge un vaso.

Sonríe. Toda una vida con la misma cantinela. ¿Pero qué más dará si es ella la única que bebe leche en casa?.

Coloca los zapatos que había dejado tirados y se prepara la ropa para el día siguiente. La cama sigue llamándola con insistencia mientras se come la manzana y revisa el correo del día. Lo de siempre. Propaganda, facturas y cartas del banco. Con la ilusión que le haría recibir algún día una carta de un ser querido. Aunque eso ya no se estile y se manden e-mails.

Resiste nuevamente la tentación de tumbarse en la cama y regresa al baño a lavarse los dientes. Con el ruido del cepillo eléctrico de fondo, piensa en las cosas que tiene que hacer y en lo poco que le apetece.

Se sienta frente al ordenador. Lee los e-mails mientras descarga un programa que le hace falta. Comienza a revisar apuntes y a darle a la tecla. Esfuerzo baldío, pues está demasiado cansada como para concentrarse y que le rinda el trabajo.

Pone el despertador, apaga la luz, deja el albornoz sobre una silla y se deja caer en la cama. Casi sin darse cuenta, se deja atrapar por los brazos de Morfeo.

Mucho antes de que suene el despertador, aún de noche, se despierta. Ahora está despejada y parece que le cunde el trabajo, finalizando un par de horas después, lo que tenía que haber terminado la noche anterior.

Sabe que no puede regresar a la cama, pues si cae dormida, no la despertará ni un bombardeo para ir a trabajar. Y tampoco se va a poner a leer apuntes, pues quiere desconectar un poco antes de que sus neuronas se autoinmolen.

Abre la página de su blog. Comienza a escribir...

6 comentarios:

Poledra dijo...

Pobrecilla mía...venga, que es el sprint final, dentro de nada está aquí el verano...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Iba a decirte ánimo guapa... pero me parece que como te animes más dejas de dormir completamente :P
Eres una luchadora, una persona digna de admirar.

Besos

Fran dijo...

Recuerdo la sensación de llegar a casa destruído después de un día entero en la oficina. El agotamiento mental hace que el resto del cuerpo no responda como debe. Luego hay personas, que se dedican a trabajos más físicos, que se mofan de nosotros. Si ellos supiesen...

Venga, que ya queda menos para que vuelvas a ser una marmota.
Besos

SOMMER dijo...

No hay nada mejor que leerte para darme cuenta de lo cansado que estoy. Aun así sería incapaz de expresar tan bien el agotamiento físico y mental de una persona.

Me ha encantado, es claro, directo. Me ha encantado. Si, ya se que estás cansada, lo siento. Pero me ha encantado. Ya me cierro la boca, necesitas descansar. Solo quería que supieras que me ha encantado.

Si te sirve de consuelo, hace dos años compaginaba mi trabajo con terminar otra carrera y hacer dos máster a la vez. Los objetivos se cumplieron y yo, sigo vivo....

Abrazos

Silvia dijo...

Poledra, el verano no. Para lo que otros es sinónimo de relax y vacaciones para mí lo es de estrés y preocupaciones.

Lúcida, ¿digna de admirar? Como tú, como la mayoría de los curritos. Conozco a personas mucho más dignas de admirar que yo.

Fran, hace poco comentábamos Chus y yo algo del tema de los que se mofan de los que no hacemos trabajos físicos. Y sí, es agotador estar en una obra bajo la solana pero también lo es estar todo el santo día con la sonrisa puesta, tratando con distinta gente a la que tienes que intentar coger las manías y "camelarles", aguantando malos modales de algunos...Vamos, que te voy a contar que tú no sepas.

Sommer, muchas gracias. Ahora mismo, no estoy demasiado cansada. Duermo poco, pero aprovecho bien el tiempo y recargo pilas.
Sé que estos son rachas. En el 2004 tuve una época muy, muy estresante, con problemas familiares, en la que me acostumbré a dormir una media de 3 horas diarias y a trabajar unas 16 horas diarias. Y sobreviví. Así que esto es una memez.
Yo creo que lo que tengo es un pelín de astenia primaveral y mono de vacaciones...

Abrazos a todos

Turulato dijo...

Así ocurrió. Pero hay algo más;y es importante. Hacérnoslo sentir, permitir que lo compartamos.
¡Magnífico!. Estilo narrativo norteamericano, totalmente plástico.
Eres una escritora excelente. Solo falta extensión.