Poner caras
Pasado mañana empieza FITUR. Justo el mismo día que tengo mi primer examen.
La primera vez que fui a FITUR, allá por 1.981, no tenía ni seis años. Iba a todas las ediciones supercontenta pues siempre había algo espectacular, cosa fácil para los ojos de una niña (Aún recuerdo un cocodrilo que trajeron los de turismo de Cuba, metido en una urna de cristal. Chula de mí, le dí un golpecito al cristal y en ese momento, abrió la boca. Pegué un bote...).
Cuando crecí, FITUR se convirtió en el cachondeo. Y es que, al menos entre los agentes de viajes, siempre ha habido mucho y estos días, eran los de no parar de fiesta en fiesta.
Ahora, supongo que porque llevo media vida yendo de profesional, no me apetece mucho ir. El cachondeo me hastía (prefiero buscármelo por mi cuenta) y me resulta mucho más provechoso quedarme en la oficina intentando sacar trabajo adelante (aunque esté la cosa parada) que ir a hacer el paripé, a aparentar y a tomarme copas (que además no debo que estoy a dieta). Pero aún así, iré.
Por reencontrarme con personas a las que hace mucho que no veo y por poner caras a quién solo conozco en la distancia.
Me tiro muchas horas del día al teléfono o en internet. En ocasiones, hablando a diario con las mismas personas y con algunas, congenias más allá de lo meramente profesional.
Entonces empieza a volar la imaginación. ¿Cómo será fulanito? ¿Rubio? ¿Moreno? Y cuando se ríe, ¿lo hará también con los ojos o será una sonrisa impostora? ¿Cómo olerá? ¡Qué de sorpresas me he llevado yo con algunas voces!. Como supongo, por otras parte, que se las habrán llevado conmigo...
Por fin podré conocer a Inma que bromeando este verano, me propuso matrimonio porque hablaba más conmigo que con su novio. O a Juan, que como el físico vaya a juego con la voz y con el trato encantador, estará para mojar pan...
Y sobre todo, a Miguel Ángel, con el que he compartido alguna pena "no profesional" en estos seis años que nos "conocemos" y que siempre me dice que le alegra hablar conmigo porque soy su chica de voz sonriente y jovial (es que por lo visto, mi voz al teléfono no está mal).
Y el conocer a estas personas, que por los matices de su voz, acabas sabiendo cuando están desanimados o cuando alegres; con los que, a pesar de la distancia, colaboras hombro con hombro, es lo que me ilusiona de ir a FITUR. Aunque si vuelven a traer un cocodrilo...
5 comentarios:
Vaya, vaya..., ¡vaya!. Lo que tiene uno que leer; por que si me refiero a lo que dicen...
..mi voz al teléfono no está mal
¿Quién, yooooo?.
El resto del artículo, muy bien.
Estoy plenamente de acuerdo con ese Miguel. Tu voz es jovial y eres capaz de transmitir una sonrisa sincera al interlocutor que está al otro lado de la línea y que éste a su vez sonría o se encuentre animado.
Porque además, sí tú, tienes en la voz una de tus mejores armas.
FITUR...bueno, lo has descrito muy bien.
Un abrazo
No te has planteado que esto de contar tu vida y que cualquiera pueda leerte y facilmente averiguar quien eres... da escalofríos...
ufffff
Yo no lo haría.
Un lector.
Hombre, tampoco he contado ningún escabroso secreto, sino algunas anécdotas de mi día a día o algunos de mis pensamientos.
Y salvo mi psicópata particular, no creo que nadie me odie tanto como para ir a hacerme daño, empleando lo que aquí se narra para ello. Y el resto de la humanidad, soy demasiado insignificante para ello.
Un saludo y gracias por pasar por aquí
Menos mal que la crisis solo afecta a los productos y los servicios y no a las personas ¿no?
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