Válvula de escape
Hace unas horas llegué con dolor de garganta y cansada de la oficina. Pensé "caeré pronto". Y héme aquí, después de ver un bodrio en la televisión, intentando desocupar la mente escribiendo para poder dormir algo.
Presiento que mañana voy a tener un mal día, pero bueno, los ha habido peores.
Hace unos días, tuve un encontronazo con unas personas. Ellos creen que soy una especie de Judas y yo creo que se me ha tratado injustamente por defender lo que creo correcto. En otras circunstancias, me habría dado igual la virulencia de sus ataques contra mí especialmente. O habría pasado o habría disfrutado con ciertas cosas que despiertan el ingenio. Pero sucede que en esta ocasión, no es así. Porque resulta que a esas personas las aprecio. Quizás por eso hoy me cuesta más dormir.
Así que, quizás por ese aprecio o porque estoy convencida de haber actúado correctamente, he aceptado una reunión con ellos. En su territorio. Sola. (Como se ve, la táctica no es lo mío).
Una parte de mí me dice "Vas de cabeza al patíbulo. Imbécil". Otra parte, supongo que esa que ha hecho que hoy me hayan dicho "eres muy bien pensada" cree que se podrán acercar las posturas. No sé el resultado de esa reunión, salvo que algo aprenderé. Aunque no sé el qué y si el coste merecerá la pena.
3 comentarios:
¿Bien pensada? Con aquellos a los que aprecias, sueles serlo y tienes más paciencia.
Ten cuidado, Silvia. Recuerda lo que pasó el año pasado. Hay quién no merece tu aprecio.
Luego hablamos.
Fran, ya está todo más o menos aclarado y ha sido mejor de lo previsto.
Me voy esta noche a una presentación. Ya te contaré.
Nada se salvo lo que relatas y nada debo de saber mas que eso, pero lo que si se es que cuanto mas cerca estan a quienes afectan nuestras decisiones estas nos afectarán casi tanto como a ellos por ser una parte de nosotros tales personas.
Es de rigor y de buena ley para el ministerio de uno mismo que lo que se hizo por bien o en favor de lo que uno considera justo, legal, leal, siempre estará bien para el interior del que lo hace.
Fuerza y honor que decian los romanos, ánimo y que alguien como me parecéis vos a traves de este invento no caiga en la desazón.
Blas, el de Lezo
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