jueves, 14 de enero de 2010

El marido de la peluquera

Hoy he recordado en el Caralibro una escena de una de mis películas favoritas, El marido de la peluquera (Le mari de la coiffeuse) de Patrice Leconte. Quién no haya tenido oportunidad de verla, se la recomiendo pues es tierna, divertida y con un puntito de tristeza, todo al mismo tiempo.

La escena que he puesto es una de Antoine (Jean Rochefort) bailando. Aquí hay otra escena, en la que emplea el baile para distraer a un niño que no quiere cortarse el pelo mientras su mujer Matilde (interpretada por Anna Galiena) procede.



Y esta otra escena, por cuestiones personales, también ocupa un lugar especial en mi memoria.

4 comentarios:

Turulato dijo...

¡Bendita desinhibición!. Tristes los que se asustan. La madre, estaca pura de madera, de pies a cabeza. El señor Jean -pareja de la Pantoja-, más allá de todo. Anna, erotismo en estado puro. Y el baile, como debe ser, ¡si señor!.

Fran dijo...

Me (nos) gustó mucho la película cuando me la dejaste. Tiene momentos divertidísimos y como dices, tiernos.
Es otra de esas películas que "te pega" (palabras de Isa).

¿Qué? ¿Ya mueves las caderas como Jean? ¿Cuántos pasos has aprendido?

Silvia dijo...

Turulato, no me gustan sexualmente las mujeres. Pero puestos a elegir a una mujer con la que irse a la cama, escogería a una como la Galiana de esta película.
A mí también me gusta mucho ese tipo de baile, bien pegados.

Fran, como para tener un secreto contigo jajaja (sólo lo sabía un par de personas). He aprendido el paso turco (es muy parecido al paso básico del merengue), pero tengo que aprender a mantener la postura inicial y no relajar la tripa. La postura inicial consiste en rodillas ligeramente flexionadas, pelvis y tripa hacia adentro, centradas, pecho hacia afuera y hombros hacia abajo (Con los brazos aún no se han metido).
Para ser la novata y contando que las otras llevan desde septiembre, no se me da tan mal como creía. Es divertido aunque cansado.

Fran dijo...

No sabía que era un secreto. ¿Y por qué habría de serlo? No me digas más, te da corte. Ay, qué no se bailar...
No sabrás bailar, no se te da mal. Sólo que no te dejas llevar y no te desinhibes. Pero cuando lo haces, no bailas mal...