Bailando
Acabo de llegar de una fiesta organizada por una mayorista con el auspicio de la Embajada de Colombia, que es donde ha tenido lugar. Su Excelencia el Embajador ha sido un buen anfitrión (amén de un encanto de hombre) y la fiesta ha sido estupenda. Buen ambiente, buena compañía, buena comida (aunque algo escasa, quizás porque hay quién no come en su casa y abusa), abundante bebida (si no me he fijado mal, Medellín de 3 años mezclado con refrescos), buen tiempo (la fiesta fue en el jardín y la noche acompañó, aunque no fue excesivamente cálida) y buena música.
Después de ver un espectáculo inspirado en el Carnaval de Barranquilla hemos empezado a bailar. Yo no tengo ni pajolera idea, pero reconozco que le pongo ganas y más con un poco de alcohol en el cuerpo (que desinhibe y yo he perdido la cuenta de los vasos de ron con coca cola que llevaba).
Me he alegrado cuando uno de los miembros de la oficina de Turismo, que bailaba estupendamente, me ha dicho "Tienes sabor bailando". A ver si con el próximo curso, tomo algunas clase para aprender algo.... y mejoro mi sabor.
4 comentarios:
O sea que te lo tiene que decir una vez un colombiano para que más o menos te creas que tienes ritmo, cuando yo te lo he dicho un montón de veces y ni caso. ¡Manda huevos!
Me alegra leer que lo pasaste bien y cuando aprendas (porque sé que lo harás) nos marcamos un merenguito.
Se deduce -sin acritud, ¡eh!- que mi vecino domina el merengue... ¿O quizá se refiere, solo, a ir una tarde al Bernabéu?.
Fran es colchonero, no creo que quiera venirse conmigo al Bernabeu.
Y bailar, baila bastante bien el merengue, sólo que yo no me dejo llevar, que voy mucho a mi aire.
Bueno, el merengue al estilo Fran no se me da mal. Tampoco es que sea el más complicado de los bailes del planeta...
No te dejas llevar porque no confías en ti ni en quién te lleva.
Publicar un comentario