miércoles, 15 de diciembre de 2010

Bajas

Esta es mi primera baja laboral. Cuando me pasó lo de la rodilla en el 98 y viendo que podía caminar, pasé de la baja. Y cuando me rompí la mano, el primer día que me derivaron a FREMAP, con la escayola aún fresca, solicité el alta voluntaria.

Así que con esta lesión, iba de novata a la mutua.
He llegado hecha polvo. Apenas he dormido treinta minutos, después de estar toda la noche con calambres y tirones, notando como la rótula se marcaba bailecitos de un lado a otro. A ver si me dan la rodillera que me tienen que hacer a medida y al menos, aunque me duela, podré descansar al saber que la rótula va a estar sujeta y no toda la noche pendiente de si se va a ir de farra o no.

Cuando me citaron por teléfono, me dijeron que llevara todos los papeles que tuviera y como soy muy obediente, ahí que me he ido con mis radiografías y demás. ¿Para qué? Pues para que conocieran Madrid.
He entrado a consulta con una doctora bastante desagradable, pero llena de fe en el ser humano. Ni me ha mirado la rodilla, ni las radiografías ni el informe ni nada de nada. Vamos, casi ni a mí, porque ha levantado la mirada del teclado una vez.
Le he comentado que tenía un asunto judicial pendiente en Portugal. No puedo, según ella, salir de España. Cuando le he comentado que necesitaba algún informe médico para ir avisando a mi abogada para que solicite un aplazamiento (otro), me dice que me lo dará más adelante, viendo como evoluciono.
Me ha dicho que tendré que hacer rehabilitación estas Navidades, lo que me ha dejado con la moral un poco por los suelos, porque no podré pasarlas con la familia.
Si me molesta, que me vaya al médico de cabecera o a urgencias (se ha perdido la campaña del ministerio para tratar de no colapsar las urgencias e incurrir en gastos innecesarios). Y que vuelva la semana que viene.
Ganas me dieron de solicitar el alta voluntaria, irme a un fisioterapeuta que me haga la rehabilitación y que les den por saco a todos.

Al salir, iba pensando, camino de un farmacia, en que lo de las bajas fraudulentas es muy sencillo de hacer. Mi médico de cabecera me ha dado la baja sin haber ido a consulta, sólo con el informe médico que le acercó mi padre (aunque sabe de mi evolución por el médico y la enfermera que vinieron a casa a quitarme la férula). La de FREMAP, pues eso...
Sería sencillo irse a urgencias con un "Ay, qué me duele el tobillo" y un poco de cuento y tirarse como dos o tres semanas a costa de la Seguridad Social. Y cuando te vayan a mirar, llegar y decir ¡¡Milagro!! Ya no me duele.
Al par de meses, pues otra vez con, por ejemplo, la espalda. Y así un par de bajas al año.
Que como vamos sobrados de pasta...

Pero yo no quiero eso. Quiero recuperarme cuanto antes y abrir mi negocio, salir a la calle y olvidarme un poco de médicos, hospitales, medicamentos y demás zarandajas.

3 comentarios:

Turulato dijo...

Al día se hace lento, lento; pero pasará y saldrás de esta. Un abrazo

Silvia dijo...

¡Anda claro! Una pierna no me va a detener.
Y si no, como bromeaba ayer con Aroah, me la corto. Al principio me miró con cara de susto, pero luego me saltó muy sonriente Ah vale, pues cuando se te pase, nos vamos a dar una vuelta.
Always look on the bright side...

Anónimo dijo...

Así ,así me gusta, que te salga pafuera la echá palante !!!