lunes, 10 de enero de 2005

Sorpresa

Esta tarde, mientras estaba sentada en el sillón del dentista, recibí una llamada que obviamente no pude contestar. Cuando he cogido el móvil casi se me cae de las manos de la sorpresa. ¿Él? Pero si hace casi dos años que no hablamos, desde que discutimos y le dije que no confiaba en él y que no podía considerarle un amigo…
Mientras marcaba su número empecé a preguntarme porque me llamaría ahora: habría pasado algo a algún amigo común (como mi ex) y él me daba la noticia, quería hacer un viaje y era una consulta personal, quería arreglar las cosas (yo quiero aclarar las cosas y pedir disculpas, pero realmente no sé como empezar)…
Y cuando esperaba oír su voz al otro lado de la línea, ¡comunicaba! Hemos estado intercambiándonos llamadas perdidas casi media hora (cuando él no comunicaba, yo estaba con la boca abierta y el dentista hurgando en ella) hasta que por fin hemos podido hablar.
Quería felicitarme el año, en respuesta al sms que yo le mandé (pensé que esa sería una forma de dar un primer paso) y hemos estado hablando de nuestra vida casi una hora, como si no hubiera pasado nada. En esa hora, no he sido capaz de decirle un “lo siento” (cosa que había planeado mil veces si volvía a hablar con él), quizás porque no me pareció el momento oportuno que tanto he esperado… será mejor que deje de esperar y le escriba un mensaje contándole todo lo que le quería contar y disculpándome por haber sido tan imbécil.

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