Salir del armario

No, este post no es ninguna declaración (me siguen gustando mucho los hombres), sino el título de otra de las películas que ví este fin de semana.

La película nos presenta a François Pingnon (interpretado por Daniel Auteuil), un contable de una fábrica de preservativos, al que su esposa abandonó años antes, con un hijo que le encuentra aburrido, con el jefe de personal (Gerard Depardieu) agobiándole constantemente y unos compañeros que le consideran gris y anodino. Casualmente, descubre que va a ser despedido y cuando está a punto de suicidarse, Belone (Michel Aumont), su vecino, le da la solución para evitar su despido: hacerse pasar por homosexual y en caso de despido, demandar a la empresa por discriminación. Esa declaración será el inicio de una serie de malentendidos para el pobre François. François no cambia su actitud, son los ojos de los otros quienes le miran de distinto modo. Su hijo le encuentra fascinante por salir el día del orgullo gay, sus compañeros ("Yo ya había notado que era gay" afirma más de uno) ya no le hacen el vacío social e incluso su ex-mujer que ha estado esquivándole durante dos años, le llama para hablar con él.



Este argumento puede parecer el de una comedia ligera, con unos cuantos gags ocurrentes y el reclamo de actores conocidos. Pero hay algo más. Trata de la cuestión de lo políticamente correcto y de la aceptación de la homosexualidad no por respeto sino por un interés económico: si el personaje de Balone fue despedido por ser homosexual, François mantiene su puesto por esa falsa homosexualidad, pues da "glamour" y cierto toque de modernidad tener un gay (y más si se venden condones). Ese transfondo lo transmiten perfectamente los actores protagonistas (que fue en un primer momento lo que me atrajo de la película).



Como ya he dicho, el personaje principal está interpretado por Daniel Autueil. Recuerdo que le ví por primera vez en "La reina Margot" y su interpretación de Enrique de Navarra me gustó bastante.
Años más tarde, pude disfrutar nuevamente de su buen hacer en "Sostiene Pereira". Desafortunadamente, tuve que esperar un tiempo para ver otra de sus películas y fue casi por casualidad. Un encuentro en el autobus con una compañera de clase que hacía tiempo que no veía, una cita en el cine y me encontré de nuevo con él, esta vez en "En guardia!" (Le bossu), dónde me "enamoré" del personaje de Lagardère.
Otra vez le perdí el rastro y otra encuentro fortuito me hizo llegar a la que se ha convertido en una de mis películas favoritas, "La viuda de Saint Pierre" y el enamorarme nuevamente de uno de sus personajes, está vez el capitán.
Tras ese nuevo descubrimiento, he ido viendo toda la filmografía de este actor que ha caído en mis manos y espero ver su última película con Gerard Depardieu, el otro intérprete de esta película (Más conocido en nuestro país, especialmente a raíz de su papel en "Cyrano de Bergerac").



No sé ya el número de veces que he visto Cyrano, lo que sí recuerdo es la primera vez que la ví, a los pocos días de su estreno: la emoción que me transmitió (y me sigue transmitiendo): la voz de Depardieu que acariciaba cuando Cyrano declaraba su amor a Roxanne, el valor de su lucha en Arras, su conversación final con Roxanne y mil y un momentos más...
Vinieron más películas, pero ninguna tendrá el encanto que tiene Cyrano para mí, aunque reconozco que me reí bastante con la interpretación en esta película (un hombre machista y homófobo que tiene que tratar con el "gay" Pignon para no perder su trabajo y los malentendidos que eso le causa)



En fin, me extiendo demasiado recordando las actuaciones de estos grandes actores y me olvido de ese magnífico plantel de secundarios: aunque con una breve aparición, Jean Rochefort (el inolvidable "Marido de la peluquera"), Thierry Lhermitte (Le divorce), Michel Aumont ("El conde de Montecristo")...

Si podéis, disfrutad de una tarde amena viendo la película.