Testigo de cargo

Este fin de semana lo he dedicado a ver cine (aprovechando la bronquitis que llevo arrastrando hace tiempo) y la primera de las películas elegidas ha sido "Testigo de cargo" del genial Billy Wilder.

El genio es conocido por sus grandes comedias ("Con faldas y a lo loco", "Un, dos, tres", "La tentación vive arriba", "El apartamento", "Irma la dulce"...), aunque no hay que perderse sus dramas: Perdición (para mí una de las mejores películas de cine negro que he visto), "El crepúsculo de los dioses", "Primera plana", "Días sin huella" o la película que da título a este post (que en ocasiones se atribuye erroneámente a Hitchcock)

Nominada para 6 Oscars, la película narra el juicio al que es sometido Leonard Vole (Tyrone Power), acusado de la muerte de una rica viuda con la que estaba relacionado. El joven contrata al prestigioso abogado Sir Wilfred Robarts (Charles Laughton) para que se ocupe de su defensa. La única esperanza de absolución para Vole es el testimonio de su esposa (Dietrich)... Pero su sólida coartada salta en mil pedazos cuando ella sube al estrado y comienza a revelar secretos impactantes.



El guión está basado en una obra teatral de la autora Agatha Christie (adaptado y escrito por el mismo Wilder y Harry Kurtnitz). Marlene Dietrich fue la que sugirió adaptar esa obra a Wilder (habían trabajado juntos en Berlín Occidente) exigiendo al estudio que fuera Wilder el director. Y gracias a esa colaboración, nos encontramos ante una de sus mejores interpretaciones, como la enamorada Christine Vole. La actriz se entregó en cuerpo y alma en este rodaje y esa entrega se ve en la pantalla: dura y fría ante el interrogatorio de Robarts, vulnerable en los últimos momentos de la película (que no cuentro para no reventar el final).
Por otro lado, tenemos al antagonista de Christine Vole, el abogado enfermo y casi jubilado interpretado por Sir Charles Laughton. Wilder se sentía especialmente orgulloso de la colaboración con este actor, que como siempre sigue en su tónica de grandes actuaciones. Dota a Sir Wilfred de ingenio, ironía y una mezcla de fuerza y vulnerabilidad...no me imagino a ningún otro actor en ese papel.
Y por último, tenemos al acusado interpretado por Tyrone Power. Considero que es su mejor interpretación, aunque he de decir que no he visto muchas películas de él.

Estas actuaciones, el sólido guión y la puesta en escena dotan a la cinta de un ritmo ágil, que atrapa al espectador (aunque el final sea predecible, no logras apartar la vista de la pantalla) por lo que os recomiendo que la veáis cuando tengáis la oportunidad. En la época del estreno, la película finalizaba con la frase "POR FAVOR,SI USTEDES YA HAN VISTO TESTIGO DE CARGO,NO CUENTEN EL FINAL A SUS AMIGOS Y FAMILIARES...". Habrá que hacer caso.