Hace años y casi por casualidad, ví esta película y los Reyes han tenido a bien regalármela (y no saben lo que han hecho, porque cada dos por tres tengo puestos los números musicales).
Para quien no conozca esta película, es un musical estrenado en 1975. Aunque en un principio no tuvo buenas críticas ni buena acogida por el público, poco a poco (y gracias a las sesiones de medianoche y a unos fans más persistentes que los trekkies) se ha convertido en un filme de culto, con proyecciones ininterrumpidas donde los espectadores, se disfrazan como los protagonistas, cantan y repiten los diálogos por completo…A mí me gusta desde la primera vez que la ví y las pocas veces que la he podido ver en televisión (no se proyecta muy a menudo), he acabado bailando alguno de sus números musicales. Una compañera del instituto, cuando la vió, acabó escandalizada (era un poco cerrada de mente) y aún más, cuando la reconocí que el personaje de Frank N. Furter me parecía bastante atractivo (no en el aspecto físico, aunque hay que reconocer que no le quedan mal las medias de rejilla).
La historia es un homenaje a las películas de ciencia ficción y de terror de los años 50, pero con un toque de humor. Y a la vez, es un alegato por la libertad sexual, siendo el doctor Frank N. Furter su máximo exponente. Pero vayamos por partes, como diría Jack el destripador.
La película es una adaptación de la obra del mismo título, creada por Richard O’Brien (que interpreta a Riff Raff) y que durante años, se representó en Londres y Nueva York con éxito. El director es Jim Sharman, que fue el responsable de las primeras representaciones en Londres de la obra.
Un narrador (Charles Gray) que tanto recuerda al Criswell de las películas de Ed Wood, nos cuenta la historia de Brad Majors (Barry Bostwick) y Janet Weiss (Susan Sarandon),
una típica pareja de jóvenes norteamericanos. Se acaban de prometer en matrimonio y emprenden un viaje para dar la feliz noticia al profesor Scout (Jonathan Adams) que hizo que se conocieran. Pero un desafortunado pinchazo, les lleva hasta un castillo perdido en medio de la nada. Allí vive el Doctor Frank N. Furter (Tim Curry), junto a sus sirvientes, Riff Raff (Richard O’Brien, autor de las canciones) y Magenta (Patricia Quinn) y la excéntrica Columbia (Nell Campbell).
Esa noche, el doctor mostrará su última creación, Rocky (Peter Hinwood).
Si leemos esta sinopsis, puede parecer la típica película de terror, pero nos encontramos con algo muy distinto (para empezar es un musical)
El personaje principal, el doctor Frank N. Furter, se nos aparece por primera vez sobre unos buenos tacones, con ropa interior negra y medias de rejilla y cantando el emblemático “Sweet Transvestite” (Dulce Travesti).
Puede parecer el típico científico loco, pero su locura es la satisfacción de sus deseos y de su ansía de libertad personal (y sexual, ya que trata el tema de la bisexualidad sin ningún tipo de prejuicio).
El personaje de Brad, que se aparece en un principio como un macho salvadoncellas, acaba descubriendo, gracias a la intervención del bueno del doctor Furter, su homosexualidad latente.
Y la inocente y virginal Janet, acaba dando rienda suelta a su sexualidad reprimida, momento representado por otro genial número musical “Touch, touch, touch me, I wanna be dirty” (Quiero ser sucia).
El resto de personajes son también sorprendentes (divertidísimo la aparición final de Riff Raff con ese look tan “futurista)
Hablemos ahora de los números musicales, muestra del rock de los años 70..
La primera canción es la de los títulos de inicio, “Science fiction, double feature” interpretada por Richard O’Brien (los labios son los de Patricia Quinn). La letra habla de esas películas de serie B de los años 40-50 que pretende homenajear.
El primer número musical propiamente dicho es la petición de mano de Janet, con la canción “Dammit Janet”
Al llegar a la mansión de Furter, la joven pareja representa el segundo número musical, “Over at the Frankestein Place”, de la que me gusta especialmente, la estrofa cantada por O’Brien.
Y una vez dentro de la casa, llegan los platos fuertes de la película.
Riff Raff, el mayordomo, obsequia a los recién llegados con la canción “The time warp”, que incluso tiene su propio baile (el narrador va dando las instrucciones de cómo es) .
Y después del baile, se nos presenta Furter con el número “Sweet Transvestite”, para mí, el más emblemático de la película.
El recién “nacido” Rocky nos obsequia con el rock “The Damocles Sword” y su creador, con la canción “I can make you a man”.
Tras ese número, aparece uno de los personajes que no he mencionado antes, el ex- repartidor Eddie (un jovencísimo Meat Loaf) que nos obsequia con otro rock and roll, “Hot Patootie”
La acción sigue intercalada con otras canciones: nuevamente el “I can make you a man” (antes de entrar en la suite nupcial); el despertar sexual de Janet, con el “Touch, touch, touche me, I wanna be dirty” que he mencionado anteriormente; “Eddie” mientras cenan; “You better wise up”, el “Tint my world”…
Y llegamos a los números finales de la película: el simplemente genial “Don’t dream it” un excelente número acuático (algo más lascivo que los números de Esther Williams, pero más divertido), el “Wild and untamed thing ”, la sentida canción de despedida de Furter, I’m going home” o la canción final de Brad y Janet, “Superhéroes”…hasta acabar con la misma canción que comenzó.
Ahora hablemos un poco de los actores.
Frank es interpretado por un genial Tim Curry (protagonista de Cluedo y que podemos ver en “La caza del Octubre Rojo”, “Los tres mosqueteros”, “Congo” y que ha prestado su voz en múltiples películas de animación). Curry es a mi parecer el mejor de la película, bordando el papel del divertido travesti y cambiando completamente de registro para mostrarnos la tristeza de Furter (casi al final de la película).
Brad es interpretado por un joven Barry Botswick, un actor principalmente televisivo (en España es conocido por ser el alcalde de la serie “Spin City”) pero que hace también una interpretación memorable.
Janet es una jovencísima Susan Sarandon (que como siempre, resulta convincente, aunque parece algo perdida junto al genial Curry)
El desconocido Peter Hinwood (se retiró del mundo del cine), también borda su papel de monstruo patoso y tonto (sobre todo en las escenas del baile), Jonathan Adams (profesor Scott) y Nell Campbell (Columbia) aunque no disfrutan de muchos minutos, también lo hacen bien, al igual que Meat Loaf en su número musical. Quizás para mí los más flojos, son Richard O’Brienn (Riff Raff) y Patricia Quinn (Magenta), que me parece que sobreactúan.
Me olvidaba de mencionar a Charles Gray, el narrador, que es realmente divertido cuando se aleja de esa imagen seria y se marca un par de pasos de baile sobre la mesa.
En fin, si os gustan los musicales y sois abiertos de mente, os recomiendo esta película para pasar una tarde divertida.