Queridos Reyes magos
Queridos Reyes Magos:
En mi carta de este año, como hago todos los años, os he pedido alguna sorpresa agradable, recalcando el agradable, que conozco vuestro sentido del humor de años anteriores.
No sé que concepto tenéis vosotros de lo que es agradable, pero difiere claramente del mío. Que te pongan un pincho en el cuello para atracarte, definitivamente, NO es agradable. Y por mi parte, no tengo ningún interés en seguir comprobando en carne propia las diferentes técnicas de intimidación de los atracadores. Con la pistola sobre mi frente y el pincho en la garganta, he tenido más que suficiente.
Os pido que, del contenido de mi carta, ignoréis todo lo referente a mi persona. Sí, siguen en pie las peticiones para aquellos a los que quiero, pero pasad de mí. Ni siquiera os molestéis en traerme carbón. (Melchor, si esto es en represalia a mis tirones a tu barba cuando era pequeña, eres un rencoroso de mierda).
P.S.: Esto no es una inocentada, pero prefiero tomarme ciertas cosas con sentido del humor (sólo ha sido un susto) y no tener que coger la escopeta del 12.
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