domingo, 6 de julio de 2008

Día del orgullo gay

Este fin de semana, en Madrid, son las celebraciones tardías del Orgullo Gay.
Algún otro año he asistido de cachondeo con amigos y amigas, pero este año he desistido porque entre el calor, la gente, el agobio, el irme a las rebajas y la depresión que me entra al ver tanto hombre desaprovechado...

Ayer, hablando con un amiguete mientras tomábamos algo, salió el tema. Me decía que le parecía vergonzosa la celebración de hoy y ver algunos comportamientos le abochornaba y que iba a ser un gasto horrible.

Creo que con el coste de la celebración está bastante equivocado. No sé las cifras de ocupación hotelera de este fin de semana, pero serán más altas que los precedentes. Y todos esos turistas, gastan en tiendas, bares y restaurantes más que otros tipos de turistas, ya que la mayoría no tienen cargas familiares. ¡Qué curioso! No recuerdo haber oído protestar a este amiguete con el coste de las celebraciones por el triunfo en la Eurocopa.

Hay algunos aspectos de la celebración que no me gustan, como que se haga mofa y befa de algunas confesiones religiosas como he visto otros años en algunas carrozas. Mi forma de ver las cosas es que si quieres respeto, tienes que darlo y además, hacer algo que tanto denostas en un rival, lo único que te hace es igualarte moralmente a él.
Tampoco me gustó la ostentación que ví hace un par de años del consumo de drogas y la sublimación de un hedonismo irresponsable.

Con la conversación de ayer, constaté en este amiguete lo que le sucede a muchas personas de mi entorno. En un primer momento, son muy comprensivos sobre todo en la lejanía, pero al ir ahondando en el tema, me doy cuenta de que no lo son tanto. Y la verdad es que me sorprende (tanto como mi mentalidad tan abierta para ciertos temas).

No sé vosotros, pero yo cuando conozco a alguien no le pregunto que mete en su cama (aunque quizás debería hacerlo, porque me he llevado cada sorpresa...).
Lo que intento es conocer a esa persona, ver si es lo que yo considero buena gente y si congeniamos. Mi percepción de esa persona no cambia al enterarme de su orientación sexual (salvo que quiera algo más que una simple amistad, que entonces lo que cambian son mis expectativas).
Cada cuál que meta en su cama a quién y cuántos quiera, siempre y cuando sea sin coacciones y consentido. (Con niños nunca es consentido y toda la comprensión se esfuma y es sustituida por una repulsión visceral y profunda y el deseo de reventarle la cabeza contra el suelo).

En fin, como el día del Orgullo Gay tiene una vertiente muy lúdica y es sábado noche, os dejo aquí una canción, muy del ambiente, para mover el esqueleto.



Bueno, que sean dos, que me gusta mucho Gloria Gaynor.



3 comentarios:

Fran dijo...

A riesgo de sonar un poco reaccionario, me parece que algunas de las cabalgatas son excesivas, fomentando lo que tú llamas un hedonismo irresponsable y que a algunos, por la educación que hemos recibido, nos cuesta más digerir. Me imagino que si mi niño decidiera salir del armario, al principio me costaría asumirlo. Pero bueno, supongo que como casi cualquier padre, lo único que querría es que fuera feliz.

Dura la frase, pero que refleja el sentimiento de muchos, sobre las personas que preactican sexo con niños.

Y para no podernos serios, vamos a marcarnos un baile con la música de la Gaynor, que es más de mi quinta que de la tuya.

Besos

Vitore dijo...

A mí es que el hecho de que se celebre el Día de la Mujer Trabajadora o el Día del Orgullo Gay, no me suele parecer bien porque si queremos que no haya diferencia de trato social, laboral, económico o de lo que sea, deberíamos empezar por no celebrar este tipo de "diferencias".

Si se reivindican derechos, se debería ser coherente con ello. En realidad lo que pasa es que a todos y a todas nos apetece la Ley del Embudo.

Muchos derechos y pocos deberes.

Pero bueno; felicidades a los celebrantes de todas formas y para ti un besito.

Anónimo dijo...

A mi es que esto de los "días de" me parece un poco absurdo, la verdad... Es como celebrar el día de los enamorados.


Besos