miércoles, 22 de septiembre de 2010

Gorda

Gracias al Caralibro, leí esta noticia.


Lo que me asustó no fue la noticia en sí. Aunque decepcionante, era esperable, pues por muchos intentos vacuos por normalizar las tallas, ciertos diseñadores tratan de imponer la imagen de una mujer delgada y claramente andrógina (o directamente asexuada).

Lo que me asustó y entristeció fueron los comentarios. ¡Qué de descerebrados sueltos hay por el mundo!. Gordos y flacos, porque vamos, que de inquina concentrada.

Yo estoy gorda. Mentiría si dijera que me gusta estar como estoy, pero padezco una enfermedad llamada obesidad, causada por múltiples factores. No importa, no se tiene en cuenta. El 99% de la gente con la que me cruzo pensará que estoy así porque quiero, que me pongo hasta las trancas a comer o que mi dieta se sustenta en las patatas fritas o los bollos. O que soy una vaga sin fuerza de voluntad.
Como otras enfermedades "de larga duración", es limitativa en tu vida personal y laboral (el aspecto que prima en ocasiones más que la capacitación profesional).

Es tal la presión que sufres en tu entorno, que llega un momento en que obvias que es una enfermedad y que la tienes que tratar como tal e interiorizas la culpa de estar como estás. Cosa no muy práctica porque puedes sufrir de ansiedad o caer en enfermedades como la bulimia o la anorexia.

Una buena amiga de la infancia es extremadamente delgada. Tanto, que estuvo a dieta pero para engordar. Más de una vez y de dos, he oído comentar de ella que es anoréxica. Nada más alejado de la realidad. Come como una lima, bastante más que yo y siempre ha sido así. No hace ningún tipo de ejercicio, salvo levantamiento de vidrios.
Aunque quizás menos limitativa que mi obesidad, su delgadez excesiva también le ocasiona problemas.

¿Qué pretendo con este artículo? Puede parecer una queja, pero no es esa mi intención. Quizás es una forma de ordenar mis pensamientos y de intentar mostrar distintos puntos de vista. Sería más sencillo y agradable para todos, que antes de juzgar a la ligera como hacen muchos de los comentaristas de la noticia, mostrar un poco de empatía con otros. Tanto gordos como delgados.

11 comentarios:

Turulato dijo...

Así es

Poledra dijo...

Cariño..la empatia, hoy en día, es más escasa que los puestos de trabajo fijos...

Ah: Y te has expresado genial en el post. Guapa

Fran dijo...

Desafortunadamente, la empatía es un bien escaso.
No sé porque, tendemos a ser totalmente indulgentes con quién sufre un desorden alimenticio como la anorexia, pero nos cebamos con una persona obesa, achacándolo a las causas que mencionas.
Si hay suerte y espero que sí, irás dejando atrás los kilos de más y te verás mejor.

MABANA dijo...

Cuanta razón tienes en lo que escribes...

La gente suele juzgar por encimita sin ningún miramiento, olvidando que el físico puede estar de alguna manera asi por alguna "buena" razón...

Vaya que me gustó tu post, ya que me siento plenamente identificada con tus letras...

besisimisimos guapa!!

Silvia dijo...

Gracias a todos por los piropos.

Fran, más razón que un santo con tu comentario.
La semana que viene voy a ver si paso la siguiente criba para la operación y mientras, a plan.

Besos a todos, guapos

Oshidori dijo...

Magnífico artículo (como todos los tuyos) cargado de sentido común.
Espanta leer comentarios en los foros de las noticias, de cualquier noticia.
El afán de juzgar y condenar -todo a un mismo tiempo- sin tener idea de, no ya del asunto específico que se trate, sino de nada.
Me horroriza cómo ha aumentado en proporción geométrica el número de descerebrados de este país. No son capaces de intentar averiguar los porqués, ni de ponerse en el pellejo de los demás.
Menos mal que quedáis unos cuantos con sentido común e inteligencia.
Besicos.

Silvia dijo...

Te puede la amistad, que algunos de mis artículos son mas malos que pegar a un padre.
A mí lo de esa clase de comentaristas, de los que desconozco la edad, me recuerda a niños de jardín de infancia con el "Rebota, rebota, que en tu culo explota". Porque sus argumentos son similares.

Besicos

Anónimo dijo...

Ä mí me parece que la alimentación actual (no digo la cantidad sino la calidad) tiene mucho que ver con los casos de obesidad ,si miras fotos antiguas ,hay muy pocos gordos ,tú misma en la foto que ví de la barca no eras una niña gorda ,y tampoco comíamos mal, hablo de los años 60 por ejemplo ,ya no había escaseces ,si acaso no había tantísima variedad de oferta como ahora ,y menos lujos ,eso sí ,con eso quiero decir que tu paga no daba para cine ,bocata ,palomitas ,tebeos ,etc,así que había que elegir y descartar muchas cosas,también nos movíamos mucho,
no había tantos coches y las distancias eran más cortas ,así que andabamos más y jugábamos en la calle.
la alimentación ahora está muy adulterada ,vete a saber lo que te comes,la de grasas trans ,y mierdas de esas que ni tú te enteras ni obligan a poner en las etiquetas.Es una plaga mundial !!
Así que no te agobies ,yo tambiém tengo michelines,la mujer perfecta está en el photoshop de las revistas !!
Besos .MER.

Silvia dijo...

Bueno Mer, en esa foto es de una época en la que estaba todo el día haciendo el cabra (jugaba al baloncesto, montaba en bicicleta, hacía kárate, en vacaciones no salía del mar o de la piscina...) y ahora no hago nada, que mi gran enemigo es el sedentarismo (y mi propio tiroides).

Comentas algo muy importante y es la calidad de la comida.
Yo soy de leer las etiquetas, de ver los componentes nutricionales. La información que facilitan no es completa ni uniforme.
Ejemplo, las famosas grasas trans. Si yo veo en la etiqueta grasas vegetales hidrogenadas, no compro ese producto. ¿Pero cómo puedo saber que grasas vegetales "normales" lleva un producto? No lo especifican. Porque si lleva aceite de palma, estoy en las mismas, que tiene un 50% de grasas saturadas.
Lo mismo con la información de los productos frescos. ¿Con qué clase de hormonas engordan al sanísimo pollo? ¿Qué efectos tienen los pesticidas en el metabolismo? ¿Y qué hacen con las frutas y verduras que no saben a nada? Hoy me he comido un tomate de la huerta de mis tíos, que sabía verdaderamente a tomate y casi lloro de felicidad.

Está muy bien la medida de que no vendan bollería industrial en los colegios, pero tienen que regularizar el etiquetado de los productos, porque alcanza a toda la población.

Besos

Unknown dijo...

Tienes razón. Es un lío. Parece como si nadie se sintiera a gusto con su cuerpo, al menos las mujeres. Que si flaca, que si gorda, que si obesa. Y ¡hala! a sentirte culpable porque no eres de los del "prototipo" estético en vigor en este momento (cosa de cada época al fin y al cabo).

Pues no, al margen de las cuestiones de salud, yo creo que hay que quererse, aceptarse, incluso contemplar con cierto cariño todos nuestros defectos. Y reírnos de ellos. Sentir que somos como somos y no agobiarnos demasiado. Porque de lo contrario se entra en una círculo complicado en el que la comida cobra demasiado protagonismo. Lo digo por experiencia. si pretendo no comer tanto no hago nada más que pensar en la comida y si me despreocupo, seguramente me engordo, pero no pienso en la comida. Y me gusta comer, la verdad y comer bien. Aunque para suerte o para desgracia, en cuanto me excedo, cosa que no es tan infrecuente, me sienta fatal la comida, lo que me obliga a dieta terapéutica unos días. Aunque soy capaz de seguir comiendo incluso con gastroenteritis. debe de ser el instinto de supervivencia.

Estoy completamente segura de que, si te sobran unos kilos, como dices, debe de ser porque andan parejos con todo lo que tienes de exceso en ser buena gente, en sensibilidad y en sentido común.
Así que no hagas caso de los y las fantasmas que pululan por la red que seguro que no son de carne y hueso.

Un abrazo.

Silvia dijo...

Muchas gracias por lo de buena gente y demás.

A mí también me gusta comer y tengo que controlarme porque tengo una enfermedad llamada obesidad.

No hablo de prototipos estéticos ni de la percepción subjetiva que pueda tener de mí o que tengan otros, sino de un dato objetivo como es el IMC (aunque personalmente crea que se tendrían que tener factores como la envergadura en su cálculo para que sea más ajustado a la realidad).

Yo no voy a poder ser nunca delgada según el prototipo estético que tratan de imponer ciertos sectores. Tampoco lo pretendo, porque es imposible porque por mi constitución, soy grandona. Y además, no me gusta.
Sólo quiero volver a ser yo sin enfermedad.