martes, 19 de octubre de 2004

Vivo en el "Bronx madrileño"

Así es como llamó la prensa a mi barrio, el Bronx madrileño. Y ahora toca explicar otra vez a gente que conozco que no es tal como lo pintan.

Mi barrio siempre ha tenido mala fama. En los ochenta-noventa, éramos un barrio de drogadictos, camellos y gitanos y ahora un ghetto dónde se reúnen todos los inmigrantes de Madrid. El problema de este barrio es que es pequeño y algo aislado, con lo que todo se magnifica.

Sí, en lo 80 había drogadictos. Y había camellos. Pero igual que en otros barrios obreros como Vallecas o Carabanchel. También los había en el barrio de Salamanca, lo que pasa es que allí en vez de yonkis eran yuppies y en vez de camellos, narcotraficantes y no estaban mal vistos. El dinero, que marca diferencias hasta en eso.
También había y hay gitanos. La Comunidad de Madrid o el Ayuntamiento (que tanto monta, monta tanto) se encargan de los realojos y aquí nos metieron la flor y nata de algunos poblados marginales. También hay que decir que nos trajeron buena gente, que sufrieron como los demás los estragos de la heroína. Aún recuerdo la que se lió cuando los trajeron. Manifestaciones de los vecinos, movidas, cargas policiales, acusaciones de racismo...y de nuevo, nos pintaron como un barrio conflictivo. Se les olvidó decir que en esas manifestaciones en contra de los realojos, también había gitanos. Me imagino que muchos de esos moralistas que nos miraban con superioridad, habrían hecho lo mismo si a sus casas les hubieran llevado un grupo de criminales

Ahora es cierto que se ha llenado el barrio de inmigrantes y que los vecinos de toda la vida huyen en desbandada. Tiene clara explicación, los pisos.
Antes de construirse el barrio, esto era una laguna. Se construyeron las viviendas sin preocuparse mucho de la cimentación en esta clase de terreno (arcillas expansivas) y con la idea de que durarían unos 10 años. La mayoría lleva más de 40 años en pie (se cayó un bloque en los 80 y ahora hay dos completamente apuntalados por todas partes).
La solución es demoler los edificios y hacerlos nuevos, usando las técnicas de construcción actuales. El problema es que la administración, que casi regaló las escrituras de las casas porque sabía de este problema y quería quitarse el marrón de encima, no se hace cargo de nada, sólo de una rehabilitación que no vale para nada (mi casa ya lleva dos de esas rehabilitaciones y vuelve a haber grietas en el bloque). Y tiene como alíado a la presidenta de la asociación de vecinos, más preocupada por subir en politica y en su beneficio propio, que en solucionar los problemas del barrio. Esta situación ha llevado a que muchos vecinos vendan sus casas y se vayan del barrio y al ser la zona más barata de Madrid, es dónde han recalado los inmigrantes.

Hay inmigrantes que vienen a labrarse un futuro mejor a costa de esfuerzos y trabajo como todo hijo de vecino. Hay algunos que son unos auténticos hijos de puta (de eso también tenemos los autóctonos) que campan a sus anchas sin que la policía les haga nada. Cuando quieren llegar (tenemos una comisaría en el distrito para más de 240.000 habitantes censados), los criminales se han ido o han ocultado los elementos de su delito.
Como siempre lo que destaca es lo negativo, esos inmigrantes que comenten delitos. Y nos olvidamos de la vida que ha traído esa inmigración (la edad media del barrio era bastante elevada) y la cantidad de niños que hay ahora por las calles, lo que ha revitalizado a algunos comercios...

Estoy cansada de que se condene a este barrio y que no se haga nada para solucionar los problemas que le aquejan (Señor alcalde, una comisaría en el barrio ya que solo hay policías si viene hacer un político el idiota), harta de ser el ejemplo en negativo de Madrid (se olvidan que el instituto público de este barrio es uno de los mejores en Selectividad de toda la Comunidad desde hace años), harta de que seamos una excusa en una campaña electoral (el otro día estuvo por aquí Ana Botella, para hacer el paripé y ver si ganaba algún voto. Solución que dió, cero patatero... pero quedó muy mona en los periódicos), harta de términos peyorativos sobre mi barrio y sus habitantes...

Ni somos ladrones, ni traficantes de drogas, ni se atraca a la gente que pasea por la calle (las dos veces que me han robado en Madrid fueron una en el centro y otra en el barrio de Salamanca). Tenemos problemas como otros barrios de Madrid, lo que pasa es que aquí os han dejado de la mano de Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Pero en donde vives?, tantas vueltas y ni dices donde vives.