martes, 21 de febrero de 2006

Ida de olla

Cuando he comenzado a escribir este post, no sabía bien como llamarlo. Sabía sobre que iba a escribir, pero dudaba entre llamarlo "Obligación vs devoción" o "Apretar los dientes" y como no me decidía, he puesto el título que he puesto.

Dentro de unas horas, operan a mi madre. Es una intervención menor, pero no puedo evitar preocuparme y me encantaría estar con ella en el hospital, pero tengo que hacer frente a mis responsabilidades laborales y no va a ser posible. Así que tendré que esperar toda la mañana, pendiente de la llamada telefónica de mi padre, diciendo que todo ha ido bien. Así podré relajar finalmente la mandíbula (ya estoy con ella apretada sólo pensando en la operación).

Todo el mundo se ha enfrentado en alguna ocasión a la disyuntiva obligación-devoción. En mi caso, toda mi familia espera que escoja lo primero. Bueno, no esperan, exigen. Es parte del rol que me asignaron hace tiempo.
Hace dos años, mis padres tuvieron un gravísimo accidente de tráfico. Mi padre se fracturó dos vértebras (estuvo postrado en una cama dos meses) y mi madre estuvo 18 días en la UCI, los tres primeros con un pie en el otro barrio. Y cuando yo lo único que quería era estar con mi madre, a su lado, no pude.
"Silvia, eres la mayor, eres fuerte ( y una mierda ) y tienes que ser la responsable (vale, aceptamos barco). Así que mañana, te vas a la oficina y trabajas que tienes que sacar eso adelante"
Eso es lo que dijo mi familia paterna. Y mi abuela materna, cuando vino, tres cuartos de lo mismo. Y sé que en parte tenían razón, pero una parte de mí no podía evitar preguntarse "¿y por qué yo y no mis hermanas?". Pero en vez de perder el tiempo en discusiones internas, apreté los dientes (mientras sentía como me quemaban las lágrimas en el fondo de los ojos), volví a adoptar el rol de "fuerte y responsable" y apechugué con lo que vino.

"Obligación 1 - Devoción 0"
Aunque creo que ese tanteo es más abultado, porque por más que trato de recordar, no sé ni cuando ni como me asignaron ese rol, pero sé que viene de lejos.
En parte tengo que agradecerle que me ayudara a enfrentarme a algunos miedos (y es que si te muestras "gallito" frente a algo y te desafían, eres esclavo de tus palabras si no quieres perder credibilidad), pero también es responsable (al tratar de desligarme de ese rol) de algunas de las imbecilidades que he hecho. Aunque a quien pretendo engañar...la única responsable de esas imbecilidades soy yo.

A veces me gustaría mandarlos a todos a freír espárragos, pero bueno, aprieto los dientes y sigo haciendo lo que tengo que hacer.

5 comentarios:

Turulato dijo...

Un abrazo y un beso

Silvia dijo...

Muchas gracias. No sabe lo bien que me han sentado ese abrazo y ese beso.
Otro abrazo y otro beso para usted.

Anónimo dijo...

... y acuérdate de que no eres superwoman... que te me despistas siempre ;)

Silvia dijo...

Una, sabía que ibas a decir eso. ¡¡Tengo poderes!! :-P
Y no es ser superwoman (yo no lo soy, pero existen, que las veo casi a diario), es que hay cosas que hacer y alguien tiene que hacerlas. Coincide que suelo ser yo la que pasa por ahí, nada más.
Bicos

Anónimo dijo...

ya, ya... te olvidas de fragmentos, que yo no hablaba de cosas tan "normales". ya hablaremos :P