domingo, 9 de julio de 2006

Rabitos de pasa

¡Cómo me gustan las fiestas de mi barrio! Eso de aguantar a los feriantes gritando lo del perrito piloto a escasos quince metros de mi casa, los borrachos que tengo que aguantar bajo mi ventana, la música hasta las tantas…Me pregunto dónde tendrá mi padre la escopeta de caza, que voy a dedicarme a la caza del ‘perrito piloto’ y la muñeca chochona...¡Cachis!, no la encuentro, así que ya que no puedo dormir, aprovecho para escribir.

Conocida es por los parroquianos de esta bodeguita, mi afición a que se me ‘vaya la olla’. Hoy fue uno de esos días. Al salir del trabajo, empecé a pensar en un documental que ví ayer sobre la sección 731 del ejército japonés, de ahí pasé a pensar sobre el ébola y como se me estaba revolviendo el estómago con temas tan 'agradables’ pasé a leer la prensa, no sé si para rematar y acabar vomitando (sólo me ha faltado ir al cine a ver Las colinas tienen ojos ).
En ‘El País’, en la sección de necrológicas, venía una reseña del fallecimiento el pasado jueves del escultor Juan de Avalos , autor de los principales grupos escultóricos del Valle de los Caídos.

A mí el Valle de los Caídos me gusta. Las vistas desde las esplanada son impresionantes y contemplando el conjunto, te sientes una pulguilla por lo majestuoso de sus dimensiones. Cuando vienen amigos de fuera de Madrid, es junto con el Monasterio de El Escorial, una de las visitas típicas y obligadas (Álvaro, Elena, la próxima vez no os libráis). Uno de mis conocidos, cuando le acompañé a verlo, decía que había que derribarlo, que eso era una muestra del régimen franquista y del maltrato al bando republicano y blablabla.

La noticia y el pensar en ese conocido, me ha llevado a recordar una conversación que mantuvimos en el viaje a Gran Canaria que hice en mayo. Habíamos comido estupendamente y estábamos disfrutando de una agradable sobremesa en el Hotel rural Las Calas (una auténtica delicia de sitio).
Empezamos a hablar de la conmemoración del aniversario de la República y acabamos hablando de los movimientos de recuperación de la memoria histórica.
Varios de los presentes estaban de acuerdo en que eliminaran estatuas y placas que rememoraran el franquismo porque eran un recuerdo doloroso para las víctimas de la represión franquista. Y Marco y yo, los abogados del diablo, diciendo que por esa regla de tres que eliminaran cualquier homenaje a gente como Carrillo o la Pasionaria, que los familiares de las víctimas del bando Nacional podían sentirse heridos. Y que ya puestos, que eliminaran los nombres de las calles que hacen referencia a los hombres que participaron en la conquista de América, no vaya a ser que también los inmigrantes sudamericanos se sintieran ofendidos (eso nos llevó a hablar de Evo Morales, del caso Repsol en Bolivia y de cómo creíamos que nuestro gobierno se había bajado los pantalones) o cualquier referencia religiosa, por el tema de los ateos, claro.

Ahora que estoy yo en el poder, voy a borrar los restos del pasado que dejó mi enemigo, lo voy a demonizar y voy a ensalzarnos como muy buenos, muy buenos.

Eso es revanchismo, porque es lo mismo que hicieron los otros.Ya dije en otra ocasión, que no me vale la excusa de que como lo ha hecho mi enemigo, puedo hacerlo yo, porque te pones a su nivel. Dentro de X años llegarán los otros y volverán a dejar las cosas como estaban. Y mientras se pierden en el “y tú más”, las generaciones que vienen cada vez más confundidas (si no sabes de dónde vienes, difícilmente sabrás a dónde vas). ¡Qué desperdicio! Todo ese esfuerzo que se podría dedicar a avanzar o a intentar llegar a la verdad, lo utilizamos en echarnos mierda unos a otros.

La memoria no es eliminar o tergiversar lo que no nos gusta. Consiste en no olvidar y forma parte del proceso de aprendizaje. Y si la pervertimos, vamos a cometer los mismos errores.
Creo que necesitamos muchos rabitos de pasa por estos lares...

6 comentarios:

Turulato dijo...

La verdad desnuda, amiga mía. Pero precisamente por serlo, hiere. La gente, excepto raras excepciones -cada día me convenzo más de que eres una de ellas- estamos llenos de complejos y de traumas.
Y, ya se sabe, no hay nada mejor para sentirse menos cucaracha que recrear su hábitat; cuanto más rastrero sea todo, más noble me siento.

Silvia dijo...

No te equivoques, amigo. Tengo complejos y traumas como cualquiera, pero me niego a permitir que vuelvan a controlar mi vida.
No lo entiendo. No me considero una persona competitiva (al menos con el resto), pero, ¿por qué en vez de empeñarnos en ser mejores favorecemos la mediocridad? Eso no nos hace más nobles, sino más idiotas
Un abrazo

Luis Caboblanco dijo...

La memoria historia debería empezar por recordar los que sufrieron, que no fueron pocos, y poner los medios - fundamentalmente educación y justicia - para que no volvamos a pasar semejante trago. Animaladas hicieron unos y otros, y por cada una que me digas tú, te digo yo cinco, y si luego me dices tú vienticinco, no acabremos nunca y además, no caeremos bastante peor de los que empezamos pareciéndonos. Por eso, a pensar en el que sufre, y no buscar la fotito fácil sustituyendo la placa de la calle para ganar mil cochinos votos.

Silvia dijo...

Dianora, ¿y por qué sólo limitarnos a los regímenes políticos? Eliminemos los restos de los que hayan sido machistas, racistas y todos los demás '-istas' que se te ocurra. Si se empeñána en llevar las cosas al absurdo, que lo hagan bien :-P

Caboblanco, pero es que si no se sale en la fotito fácil, no puede quedarse uno con el culo pegao a la poltrona. ¡Qué debe de ser la mar de cómoda, porque no se despegan de ella ni con aguarrás!
Además, no vaya a ser que alguien haga las cosas con sentido común y deje en evidencia al resto.

Besos

UnaNada dijo...

silvia, yo ya he ido -esa "amenaza" de llevarnos no te sirve para mí ;P- y el sitio es muy bonito. unas vistas excelentes... comprendo (ojo, que comprender no implica compartir) a las personas dolidas y que desearían quitarlo de ahí. a mí simplemente no me molesta. si no volviese a suceder me daría con un canto en los dientes, pero somos muy perros los humanitos de a pie y acabamos repitiendo lo que otro día habíamos decidido que no era correcto.

Silvia dijo...

Bueno, pues si quieres me llevo a tu novio y tú te quedas en Madrid (luego no te celes, ¿eh? :-P)
Mira, yo también comprendo ese dolor, pero no entiendo ciertas hipocresías. Y sí, puede acabar sucediendo si nos empeñamos en caer miles de veces en la misma piedra y nos empeñamos en engañarnos.
Un besote