lunes, 30 de octubre de 2006

La increíble (pero cierta) historia de Caperucita Roja

Ayer fue un sábado diferente. Quedamos Panoramix y su familia, una amiga y su sobrino y yo con mi sobrina mayor y nos fuimos al cine todos juntos.

Era la primera vez que mi sobrina mayor, de tres años, iba al cine y fue toda una experiencia. Aunque ni ella ni su hermana pequeña son mucho de ver la tele, han visto películas conmigo en casa (Curiosamente, una de sus favoritas es "El libro de la selva", que coincide que es una de las primeras películas que ví yo en pantalla grande y que es mi película favorita de Disney)

Para no varíar, la elección de la película recayó en mi persona (luego si no gusta, el marrón me lo como yo...). Yo quería ver "El laberinto del fauno" (que ya la ví hoy) pero no es plan de crear traumas infantiles y me decidí ir a por algo "seguro": La increíble (pero cierta) historia de Caperucita Roja . Los tres peques seguro que conocían el cuento y los personajes (mi sobrina prefiere "Los tres cerditos" con efectos especiales) y a casi todos los niños le chiflan los animales (y salen muchos).

Bien, pues allá que nos fuimos. Primero, el viaje hasta el centro comercial dónde estaban los cines. ¡Qué gozada ver las caras que ponen los niños cuando ven algo que les llama la atención! Me vuelve loca la capacidad de sorpresa y de aprendizaje de los "peques".

Cuando llegamos y nos encontramos con el resto sucedió lo mejor que podía pasar: los niños se llevaron genial entre ellos. Compramos las entradas y entramos al vestíbulo con ella un poco intimidada con tanta gente, tanto ruido y los carteles de tanta película, pero feliz de la mano de sus nuevos amiguitos (Fran, te lo tengo dicho, mira que buena pareja hacían mi sobrina y tu peque).
Pero, insensatos nosotros los adultos, cometimos un gravísimo error: entrar en la tienda de chuches. Ni con agua hirviendo lográbamos despegar a los niños de los mostradores abarratodos de dulces de colorines y sólo a base de cabezonería los sacamos de allí, los tres muy felices con su paquete de palomitas.

Entramos en la sala y a mi sobrina casi se le salían los ojos de la cara al ver tanta butaca y ese pedazo de "televisor". Como desde su butaca apenas iba a ver nada, la usé para dejar mi bolso y senté a la niña sobre mis muslos toda la proyección.

Se apagaron las luces y la noté agitarse inquieta sobre mis piernas. Para calmarla, le susurré al oído lo que estaba pasando y parecía que lo había logrado, hasta que comenzó la película y vió a "Caperu". El nerviosismo volvió, pura alegría que se extiende durante la hora y pico que duró la película.

Me regaló varias veces esa risa pura que me regala en cada una de las batallas de cosquillas que mantenemos y cuando acabó, sus ojos me sonrieron, enormes. No quiero deciros nada de como estaba de feliz la que suscribe, su tía...

Al acabar, mientras los peques y los no tan peques se zampaban unas pizzas, aprovechamos para comentar la película. Está orientada a un público infantil, pero algunos puntos sólo los cogerán los más mayores (como lo de la trama inmobiliaria en la que están metidos "Los tres cerditos" que mencionan de pasada), no tiene el nivel gráfico de Shrek pero está entretenidilla y personalmente, me quedo con el personaje del lobo, por el que siento debilidad y que me encantó.

En fin, una tarde de sábado genial, por la compañía y por la cara de los peques y que espero que se repita pronto. Aunque la próxima vez, también me llevaré a la pequeña...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La idea fue de Silvia así que no se puede quejar.
Para mi mujer, para Ana y para mí fue la mar de tranquilo, casi no vimos niños. Se conocieron entre ellos y se llevaron bien y luego estuvieron todo el rato con Silvia, que no hacía más que seguirles los juegos (para haberlo grabado, que les contó el cuento de "Los tres cerditos" poniendo voces y gesticulando, todo esto en la pizzería y ante la atenta mirada de los niños de la mesa de al lado).

Silvia, Silvia, Silvia...
Primero, deja de hacer de Celestina con tu sobrina que tiene 3 años y échate tu un novio que te quiera y te cuide. Y tienes esa niña que yo quiero que tengas. Tu sobrina es un encanto y muy cariñosa, pero yo te quiero tener a tí de consuegra :-))

Dianora, ya sospechaba yo que tú eras de las de Silvia, "tías a las que se les cae la baba por litros". Si tu sobrina se ha ido lejos, seguro que aprovechas al límite cada minuto que estés con ella.

Besos a las dos "supertías"

Silvia dijo...

Dianora, me encanta esa clase de tranquilidad, llena de risas de niños, que son una de las mejores músicas que existen.
Si yo les regalo cualquier bicho vivo a mis sobrinas, soy mujer muerta (a manos de mi hermana). De todas formas yo sigo insistiendo, que quiero regalarles una tortuga que se llame Casiopea.
Te quedan muy poquitos días para disfrutar de tu peque y ya verás que de alegrías os lleváis ambas. Seguro que con los que vengan, también tendremos muchas alegrias :-)) (y los pañales se los van a cambiar
¡Qué ganas de verle la carita a mi sobrino!

Fran, me encantan los niños y tengo práctica con niños ajenos. No sé si disfrutaron ellos con el cuento o no, pero yo me lo pasé genial.
Estos niños eran unos angelitos y da gusto estar con ellos. Es cansado seguir su marcha porque son pura energía concentrada en cuerpos pequeñitos, pero ¡cómo me gusta esta clase de cansancio! (De este y de otra clase que yo me sé, nunca me canso ;-))

Por favor, no empieces tu también con el tema del novio. Ayer estuve viendo a mi tío y entre el interrogatorio al que me sometieron mis tías y la charla que me metieron acabé con la cabeza como un bombo.

Esto, ¿tú te diste cuenta de como tu niño se hizo responsable de los otros dos que eran más pequeños? ¿Con qué mimo les trataba? No sé tú, pero para mí que está pidiendo un hermanito a gritos...

Besos

Anónimo dijo...

¡Esta chica es cosa fina!. ¡Cómo le devuelve la pelota al bueno de Fran en el último párrafo de su contestación!.
Y Fran tiene razón... Una Silvia chiquita....
En cuanto al cuento escenificado de Los Tres Cerditos.... ¡Para la próxima me disfrazo de crío!.
Y es que quien sirve, sirve y lo demás es imposible

Silvia dijo...

¡Me ha visitado Balú! ¡Bienvenido!

Busca lo más vital nomás
lo que es necesidad nomás
y olvídate de la preocupación
Tan sólo lo muy esencial
para vivir sin batallar
y la naturaleza te lo daaaaaa...


Ahora viene el Rey Louie y tengo el día completo, una perfecta regresión a mi tierna infancia :-)

Parece ser que Fran se ha hecho el sordo con lo del niño, pero que no se preocupe, que se lo voy a repetir el mismo número de veces que me ha dicho él a mí lo del novio, a ver quién se cansa antes...

¿Una mini yo? Si tengo críos algún día, me gustaría un niño, que en mi casa somos todo chicas y por variar un poco...

Balú, que lo del cuento no es para tanto, pero si hace falta, yo te lo cuento sin que te disfraces de crío (u osezno)

Besos

Mar dijo...

Ir al cine con niños es absolutamente genial, y luego cuando son adolescentes también. Sigo yendo con los míos, esos días son días de fiesta y juerga.
El libro de la selva también es mi peli favorita de Disney, adoro a Balú, aunque en el libro la que me atrae sin duda alguna es Bagueera.
Habrá que ir con la peque a ver la de Caperucita... :)
Besoss

Silvia dijo...

Es muy divertido ir al cine con niños. Y también ir al Retiro (aunque muy cansado), al Zoo...La verdad es que me gusta hacer cosas con mis sobrinas.

Yo también adoro a Baloo y me parezco en muchas cosas, pero me ha tocado demasiadas veces ser Bagheera y aparcar a Baloo.

Yo me reí con algunos puntos y para ir con niños, es entretenida.
Besos