Nucleares ¿No, gracias?
Yo era una cría cuando ví por televisión los efectos de la catástrofe de Chernóbyl. Recuerdo que se me quedó grabada la imagen del reactor ardiendo y en mi mente infantil, azuzada por muchas lecturas, me pareció que veía las puertas del Infierno (y que iba a salir un Balrog, pero esa es otra historia).
Durante años, las energías nucleares me causaron mucho recelo. Supongo que al recordar la catástrofe o por las imágenes del bombardeo nuclear sobre Hiroshima y Nagasaki. También contribuyó a esa imagen negativa la gran cantidad de comentarios de la familia de mi padre, que vivía en un pueblo cercano a una central nuclear. Curiosamente, todos protestaban, pero la economía de la región se reactivó gracias a la central. Y también, para que negarlo, porque había mucho desconocimiento sobre el tema y nos movíamos a impulsos (y tocaba el del pseudoprogresismo).
Pero una se va haciendo mayor y ciertos prejuicios y recelos se vencen al disponer de más información y librarse de ciertas ataduras políticamente correctas.
Se te caen mitos, tanto positivos como negativos y empiezas a ver realidades, con sus matices de gris (y hasta colorines) y no el mundo en blanco y negro.
Actualmente, la energía nuclear se me antoja de las más favorables ecológicamente pues no emite gases contaminantes que aumenten el efecto invernadero como sucede con las centrales térmicas. Además, suministra proporcionalmente mayor cantidad de electricidad a un coste menor que otras clases de energías que se están impulsando actualmente y con esa electricidad, en vez de impulsar los motores de bioetanol o biodiesel, con el problema de alimentos que generan, se podrían impulsar los motores eléctricos.
Mi principal pero sigue siendo la gestión de residuos radioactivos y el legado que les dejaremos a los que vengan detrás. Los cementerios radioactivos no son agradables para nadie, pero confío en que con proyectos de investigación adecuados, se podría avanzar en ese sentido. Y el tratamiento y control de residuos no es el mismo que en 1.986, cuando sucedió el accidente de Chernóbyl.
Hace un rato, he escuchado a nuestro Presidente hablar de la crisis (¡Ah, que no!. Que ha empleado como quince términos distintos para eludir la palabra crisis) y achaca gran parte de la responsabilidad al aumento del precio del petróleo, del que dependemos en exceso. Y por más que lo intento, no lo comprendo.
¿No sería bueno dejar posturas "políticamente correctas" y algo trasnochadas y tratar los problemas con madurez, viendo otras posturas?.
Bueno, yo no entiendo mucho de esto, que al fin y al cabo, me dedico a vender viajes, pero no me parece tan descabellado, ¿no?
9 comentarios:
Somos deficitarios en energía y parece que la más segura y la más limpia ahora es la Nuclear. Queremos luz pero no queremos que nos instalen a nuestro lado una Central. En unos años vamos a tener serios problemas con esto... Al tiempo
Los residuos, las fugas... todos somos conscientes del daño que causan, contra las imagenes de Chernovil es muy dificil luchar.
Besos
Viví en directo Lemoniz. Merendé, en tiempos, con el director de Garoña. Y, con todo orgullo, si mi niño mete la pata un día, podéis todos ustedes vosotros ir sacando las velas... Así que un poco de crédito me podéis conceder.
No es este lugar el adecuado para exponer algo tan complejo, pero peor es callar. En energía se mueven muchos, muchos, muchos, muchísimos millones.. Y las batallas son a muerte.
Aunque tenga que matar de hambre a millones de personas, pagaré millones en publicidad -o en lo que sea preciso- para convencer a las sociedades del primer mundo de que mi combustible es un don del cielo.
Aunque me cargue el paisaje, destroce cultivos, desarraigue gentes y mate más pájaros que todas las líneas de alta tensión juntas, os venderé que mi energía es limpia. Nunca os plantearé los desechos industriales de mi proceso de fabricación ni la contaminación terrible de mis torres al final de su vida útil.
Aunque no pueda asegurar la producción eléctrica justo en el momento en que aprietas el botón del aspirador -imprescindible, pues la energía eléctrica es de imposible almacenamiento, más allá de la pequeña pila de tu vibrador y hay que producirla justo en el momento que quieres utilizarla-, untaré a quien sea preciso para convencerte de que mi sistema natural solucionará todos tus problemas. Hasta el de la impotencia eréctil.
Compararé mi tecnología de hoy con la que tenía mi competidor en 1960.
Y distribuiré dinero ..., mucho, mucho. Porque se que quienes deciden solo atienden a la masa y esta está profundamente impreparada; opina escuchando solo a aquellos que dicen lo que le gusta oír.
Así se evita luchar contra los propios despropósitos y no hace falta progresar. Mis ideas son correctas, únicas y viva la madre que me parió.
Y como durante generaciones de generaciones he sido un pobre miserable y creo a pies juntillas que los ricos y el estado pueden proporcionarme todo lo que necesito, sin límite alguno y sin poner nada de mi parte -es que los muy cabrones no quieren atender a los pobres, ¿sabes?-, me niego a toda solución que no me guste o me quite un suspiro de lo que tengo derecho, aunque no lo tenga, y exijo que se me proporcione, a coste gratis mejor, todo aquello que me permita no esforzarme.
¡He dicho! ¡Jao!
Alelo, pues a pesar de mis malos recuerdos de Chernobyl, preferiría que instalaran cerca de mi casa una central nuclear que una térmica. Éstas últimas emiten gases contaminantes y metales pesados y es eventualmente más dañino que la energía nuclear.
Lúcida, recuerdo Chernóbyl y me estremezco. Pero, ¿cuántos accidentes más ha habido en centrales nucleares? Además, son eso accidentes, no algo normal. Me preocupan los residuos pero no se dónde leí que hay un equipo formado por italianos y españoles que estaban investigando sobre el reciclaje de residuos radioactivos.
Es más, si no recuerdo mal, querían poner una central recicladora en Aragón. Turu, ¿a tí te suena de algo?
Turulato, mis aplausos. De todas formas, hay algunos que habiendo sido pobres miserables, intentan salir de esa miseria y prefieren la meritocracia.
Saludos
El ùnico pensamiento que se me queda en la mente es ¿que hacer con esos residuos radiactivos?. Me ha trasmitido mucho tu escrito, tanto que como dices a mí también se me han clavado algunas imágenes de la catástrofe de Chernóbyl en la mente y me entristezco pensando no solo en eso, sino en que la gente no pretende cambiar o buscar alternativas.
Sugiero muchas que caerán en saco roto como usar la bicicleta, mas velas, si no hay mas remedio coches hibridos, o solares, instalar paneles solares en las casas y todo lo necesario para frenar a las empresas que nos venden la energía como algo que nos resolverá la vida. Si todos nos unieramos para no depender tanto de esa energía, teniendo en cuenta las necesidades evidentes de la electricidad en muchas cosas, o quizá casi en ninguna depende del punto de vista, podríamos hacerles pupa donde mas les duele.
Es una pena que la electricidad no pueda almacenarse. ¿tendremos que volver a generar energía con molinos de agua y a aprender de nuestros ancestros a no joder el planeta?
Me has incitado a seguir leyendo sobre el tema y ser mas consecuente, y no solo ser buen españolito reciclando en bolsas y separando la basura, ésto es mucho mas grande y a veces nos olvidamos de que la energía no surge por generación expontánea, gracias por hacerme pensar Silvia.
Hace unos años, no sabíamos que se iba a hacer con tanto plástico que se amontonaba en los vertederos. Se investigó y ahora se recicla gran parte. Pues lo mismo con los residuos radioactivos. Sé que son más peligrosos, pero también sé que disponemos de mejor tecnología que hace cuarenta años.
Algunas de tus propuestas son prácticas a nivel individual, pero ¿a nivel global?. Uno no se protege de un huracán con un paraguas.
Respecto a la electricidad, todo aquel que me conoce sabe que no soy partidaria del derroche, pero ¿por qué voy a renunciar a aquello que me facilita la vida y hace que seamos más eficaces teniendo alternativas que me permitan tener eso? Aprovecho la tecnología de la época que me ha tocado vivir (aunque también sea en parte esclava de ella). Vamos, que los que quieran renunciar a la lavadora que lo hagan, pero mientras pueda, yo no voy a hacer la colada a mano.
Respecto a la energía solar o éolica, también tiene sus puntos negros, que no es mano de santo. Los paneles solares se fabrican con materiales que no en todos los casos se pueden reciclar y con metales a los que se recurre para su extracción a la minería tradicional (que lo que se dice ecológicamente sostenible no es...). Además, no cubre las necesidades energéticas actuales y se recurre a energía generada por fuentes menos limpias como el petróleo y sus derivados.
Hay que seguir investigando, pero mientras, algo tendremos que hacer con el problema que tenemos. Y sembrar los campos (entiendo que vistas las ayudas que trincan algunos, les interese hacerlo) de plaquitas solares no es la solución.
Personalmente, preferiría una buena, moderna y segura central nuclear y que esos campos se replantaran con encinas, robles, hayas y castaños a ver si frenamos la desertización. Claro, que hay riesgos, como con todo. Pero la verdad, entre diñarla de un improbable accidente nuclear y un más que posible cáncer causado por la inhalación de partículas de metales pesados o por la radiación de líneas de alta tensión, casi me quedo, por estadística, con la primera opción.
¿Aprender de nuestros ancestros a no cargarnos el planeta? ¿De cuáles? ¿De los romanos y sus técnicas mineras, véase las Médulas, que se pasaban el respeto al medio ambiente por el arco del triunfo? ¿Del expolio de recursos de la época colonial? ¿De la revolución industrial y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera?
Todas las sociedades de las distintas épocas, dentro de su contexto y en etapas de crecimiento, cometieron errores. No sé si nosotros más o menos que otros, pues no me corresponde a mí juzgarlo. Lo que sé, es que podemos enmendarlo, fomentando el conocimiento y la investigación.
Deberíamos hacer examen de conciencia y darnos cuenta de la hipocresía de nuestros actos. ¡Viva el parón nuclear!. Pero compramos energía producida por centrales nucleares a Francia. ¿Qué pasa? Que si hay un accidente en Francia, ¿la nube nuclear se va a parar en la Junquera?
No sé, es un tema controvertido y cada uno tiene una opinión diferente (fíjate el pedazo mitin que acabo de soltar) pero primero habría que enfocarlo desde la lógica y no desde las entrañas.
Besos
Yo soy de los que en su momento, se oponía a la energía nuclear, más por miedo que por información.
Ahora no tengo tan clara que sea la mejor alternativa, pero soy consciente del problema energético que padecemos y que las soluciones aportadas hasta el momento, no aportan nada. Así que habrá que considerer otras alternativas.
Un abrazo
Silvia cuando digo miserables nunca me refiero a gente sin dinero.
Turu, lo sé. Ni yo he dicho que te refieras a ellos.
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