Museo del Ejército
Llevo varios días pensando en hacerme una escapada al museo del Ejército en Toledo. Coger un tren por la mañana, visitar el museo, comer y pasar el resto del día paseando por una ciudad que me encanta. Hoy, ¡¡por fin!! abren el museo pero creo que la escapada tendrá que esperar que se caen los pajarillos del calor.
Cuando tenía 6 años, en una excursión de mi colegio, visité por primera vez el antiguo museo del Ejército, en el Salón de Reinos. Nos lo pasamos pipa y recuerdo que a todos nos gustó mucho la Tizona. Y es que todos habíamos visto una serie de dibujos animados sobre El Cid...
Visité el museo en muchas más ocasiones. Unas con el colegio, otras con mi abuelo y un amigo suyo (ambos combatientes en la Guerra Civil, cada uno en un bando) y en mi última visita, con mi sobrina Ainhoa, que tenía poco más de tres años. Siempre disfruté como la primera vez, quizás más, porque iba descubriendo cosas nuevas o mirándolas con distinto enfoque.
Ahora tengo curiosidad y miedo por saber que han hecho en el Museo, con la estupidez esa de la (des)memoria histórica. Sé que han eliminado episodios de la historia del ejército (y de España) que no gustan a la progresía políticamente correcta. Algo que a mí me espanta.
Hace tiempo le comentaba a un amigo que me habían llamado "fachina", el femenino de fachín (que es una forma de decirte facha pero con cariño).
Llevo una bandera de España en el llavero (desde hace muchísimos años, independientemente de la victoria de la Selección Nacional de Fútbol); aunque no entiendo demasiado, me gustan los toros; tengo ciertas ideas que no cuadran con la progresía políticamente correcta y ademas, siempre he sentido aprecio y admiración por los Ejércitos.
En fin, a ver si se atenúan estos calores y puedo hacerme la deseada escapadita.
4 comentarios:
Buena facha tienes, pero no lo eres. Sólo que hay mucho gilipollas suelto por el mundo, con mucho complejo políticamente correcto.
Siempre me ha llamado la atención que siendo chica y sin provenir de una familia de militares, te guste el tema.
Me acercaré con la familia a verlo y si te animas, te bajas a comer con nosotros, que seguro que alguna cosa nos sabes explicar.
Que disfrutes del museo. Me gustaría llegarme a Toledo con mis hijos a verlo aunque las vacaciones ya se gastaron en sus dispendios de plata por lo que habrá de esperar otra ocasión.
No tengo prisa porque esta permantente convivencia con la corrección política tiene fecha de caducidad como todo lo que uno ve nacer.
Lastima que después vendrá algo quién sabe cómo de similar, pero lo importante es lo que uno se lleve por dentro para disfrutar.
Si pasas por el Toletum imaginario que me gustaria haber vivido quizá encontraras frases tales como
"Stultorum infinitus est numerus"
o esta que dice que
"Historia magistra vitae et testis temporum"
un abrazum, Blas
Fran, mi gusto por el tema viene desde muy pequeña.
Tendría unos cuatro años. Recuerdo un libro, del que ignoro el título (y que me gustaría encontrar). Sería de los años 40-50, que trataba sobre héroes españoles, muy patriótico él. Viriato o El Cid me encantaron, pero me enamoré de un dibujo de Zumalacárregui vestido de uniforme.
Si recuerdas lo que hablé de mis amores literarios en otro artículo, casi todos se dedicaban a la milicia.
Una imagen muy romántica e idealizada.
La realidad y la normalidad vino más tarde.
Mi colegio estaba al lado de un cuartel. Desde las clases del piso de arriba, se veían el patio del cuartel, con los tanques y los soldados haciendo la instrucción. Me encantaba perder la mirada y observar.
Blas, ya he visitado ese Toletum imaginario. Nada como la complicidad de la noche para ello...
Besos
Toledo es una de las ciudades donde viví. Cuestión de familia, que nos da por vivir en sitios con historia; mi abuelo vivió con su mujer y sus doce hijos durante unos años en la Sinagoga del Tránsito, guardándola, y yo me dediqué a aprender todo lo posible del Castillo de San Pedro, en el que viví durante siete años.
Toledo tiene un ambiente mágico durante la noche, desde el ocaso hasta el alba. Perderse por calles vacías de casi todo menos de historia y suspiros es bañarse en sueños y susurros.
Mi padre estudió en El Alcazar; fue cadete externo, pues vivía en la sinagoga. Yo formé en su patio muchos años más tarde. Y aún más tarde, presencié como juraba bandera la XXXIII promoción del Arma -la suya- tras 50 años de Servicio, formando juntos, según lo hicieron al ingresar, rojos y nacionales. Y recordé sus palabras..
"Nos guiamos por ideales. Hoy creen que entonces morimos sin sentir nada noble. No te engañes. No permitas nunca que la Institución sea utilizada por quienes solo gozan con el poder y la ambición, pues llenarán de sangre España y luego revolcarán tu nombre en el cieno".
Dicen en África que cuando muere un anciano desaparece una biblioteca. Quienes no creen en la Historia, manejan museos.
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