viernes, 5 de mayo de 2006

Mirar a los ojos

Nunca entendí como nadie reconocía a Superman como el tímido periodista Clark Kent. Sólo se quitaba las gafas y se echaba el pelo hacia atrás y parecía que se había hecho la cirugía estética. La verdad es que me daba un poco de lástima, porque si no le reconocían es porque nadie se molestó en mirarle a los ojos. ¡Pobre!

Para mí, los ojos son el primer rasgo físico que me llama la atención en una persona. No es tanto el color o el tamaño, sino la forma de mirar. Si no hay cierta chispa que no sabría definir (pero que reconozco cuando la veo), no me siento cómoda.

Cuando no conoces a alguien, mirar a los ojos puede suponer una intromisión en la intimidad de ese alguien (a mí personalmente me gustan las personas que me miran así, de frente, incluso provocándome). Pero si pasa el tiempo y se supone que hay confianza y aprecio, yo busco los ojos de esa otra persona. Necesito 'corroborar' lo que me transmite con su lenguaje, mirándole a los ojos.

Sé que también se puede mentir con ellos, pero hoy poy hoy, me suelo fíar de lo que me cuentan. Es como la risa. Si sólo se ríe con la boca y no se ríe con los ojos, esa risa es más falsa que una moneda con mi cara.

¿Las mejores miradas? Me gustan las miradas de los niños, tan limpias.

Pero mis 'favoritas' son las que compartes con la persona a la que quieres. Te pierdes en sus ojos y no hay nada alrededor, sólo tú y él. Sabes que has llegado a casa y podría estar desatándose el Apocalipsis, que no te enteras.

Yo daría todo lo que tengo por volver a esa casa que encontré detrás de unos ojos color chocolate...aunque solo fuera un minuto.

4 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

Los ojos son la ventana del alma, dicen. Es poético y cierto a la vez pero te aseguro que hay gente que puede hacer que su mirada no refleje su alma sino sus intenciones... e intenciones las hay buenas y peores.

Saludos

Turulato dijo...

¡Qué difícil comentar tus palabras, qué difícil!. Has tratado varios asuntos, diría que esenciales, y me has dejado pensativo..
Supermán.. No reparé nunca en lo elemental de su cambio de personaje. Desde niño, y aún hoy, me puede la fantasía; y para soñar hay que saber abandonar la realidad, dejarse llevar, no detenerse en detalles. Entonces crees, creía; abría los ojos, como platos, y vivía posibilidades maravillosas... Según me he ido haciendo adulto, he ido olvidando mi abandono; firmes los pies en tierra, tanto que más que adulto parezco un "Ent". Por eso leo, pues ya que he ahogado mi fantasía, siso, ávido, la de otros.
Los ojos y el mirar.. Uno mira, otro también, ¿pero cuantos ven?. Los ojos gritan "Elo". El problema radica en que muchas personas no saben ver luces en el aire; en que muchas personas, miren lo que miren, sólo ven hacia si mismas, lo mismo, siempre.
Creo que las miradas más pofundas de los niños son las que dirigen a aquellos de quienes dependen; miradas de perro fiel.. "Estoy en tus manos", confío en tí, espero de tí.. Ayer ví una así. En el hospital.
Y demuestras algo. Has estado enamorada. Se dicen muchas cosas sobre el Amor, sobre como vivirlo,..
Quien se ha inundado de él sabe que vive en la mirada, que es, sin duda, el órgano del Amor..
Parafraseando a San juan de la Cruz...:
"Sí debo callar y no susurro palabras, clamarán de Amor mis miradas..".

Silvia dijo...
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Silvia dijo...

Dianora, ya te dijimos por aquí en una ocasión que tienes unos ojos preciosos. Y me reafirmo en ese comentario :-)

Cabo, he conocido a alguna de esas personas y aunque he mantenido una relación cordial con ellos, nunca me sentí totalmente cómoda. Aunque casi me siento más incómoda con las personas que directamente te esquivan la mirada. Al menos con las primeras, puedes intentar averiguar sus intenciones.

Turu, pasa el tiempo y la capacidad de soñar se va diluyendo, pero nunca se va del todo. Y si vemos que se escapa, hay que agarrarla con fuerza, tomarse un tiempo y mandar a la realidad un poco a hacer puñetas. Aunque la realidad es a veces tan extraña como un sueño...
Diferencias entre mirar y ver. Yo llevo toda mi vida intentando ver y alguna vez lo he logrado. Espero lograrlo de nuevo.
La mirada más dulce que he visto en mi vida (en una persona de carne y hueso) fue en los ojos de una niña enferma. Ella sólo esperaba que la quisieses y a pesar de lo mal que lo estaba pasando, su mirada era un bálsamo para tu propio sufrimiento.

Un abrazo