miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Apocalipsis?

¡¡Que se acaba el mundo!!
¿Qué no lo sabían ustedes? Yo me he enterado esta mañana, en el bar, mientras daba vueltas a mi cola cao. Lo han dicho en la televisión y una amable señora me ha dado una charla con tintes apocalípticos sobre el asunto. Que yo me pregunto, si había veinte personas más en todo el bar, ¿por qué a mí?.
Ganas sentí de contestarle y decirle que ya me han dicho eso más veces y que aquí sigo dando guerra, pero tenía demasiado sueño como para discutir.

Por lo visto, el responsable esta vez iba a ser esto y el experimento que hoy se está llevando a cabo, en el que pretenden descubrir algunos aspectos sobre el origen del universo y la formación de materia.
Algunos científicos, como el bioquímico alemán Otto Rossier, cuestionaron la seguridad del proyecto, afirmando que se podría crear un agujero negro que engullera la tierra y a todo el Universo. Y que los medios de comunicación han recogido, algunos con mayor alarmismo que otros.

Al comentarle, entre risas, la noticia a una amiga, comenzó a hablarme de los millones de cosas que haría antes de que se acabara el mundo: que si viajar a no se dónde, que si liarse con no sé quien, que si cantarle las cuarenta al de más allá...
Quizás yo ya esté mayor, pero no creo que me fuera a replantear mi vida, cometer locuras y tratar de hacer lo que no he hecho en estos últimos treinta y tres años.

Soy algo más simple. Después de pasado el cabreo inicial, que ya procuraría que me durase poco, dedicaría el tiempo que me quedase a disfrutar de los míos y a despedirme de aquellos a quien no tuviera cerca (iba a dar un par de collejas a algunos petardillos que me iba a quedar de un a gusto...). Y ya. Ni grandes viajes, ni lujos, ni cantar las cuarenta, ni nada del otro mundo.
Metida en un velero (si lograse convencer a mi familia) o en casa, cocinando juntos, procurando reirnos lo más que pudiéramos y con su compañía, intentar superar ese miedo a lo que hay después.

Ahora que lo pienso, no es malo vivir con un poquito (pero poquito, para que azuce y no paralice) de ese miedo a que todo se puede ir a hacer puñetas en cualquier momento. Para valorar un poquito más esas pequeñas cosas, esas rutinas que componen nuestra ¿felicidad? y dejarnos de tanta chorrada banal.
Aunque quizás, descubriésemos que somos más superficiales de lo que realmente creemos que somos.

No sé...

7 comentarios:

Mamiloca dijo...

Qué disparate, Elo. No cabe en mi cabeza que una cosa así pueda ser cierta, y si lo fuera ¿Qué clase de locos harían un experimento así y poner en peligro a toda la humanidad así de un plumazo, y sin permiso? (lease esto último en plan sarcástico y tal, por supuesto)
Leí tu artículo sobre Sintra, por una casualidad de esas que a veces ocurren, y me encantó, Sintra es una maravilla y tú la describes estupendamente.
Besos!

Blas de Lezo dijo...

Creo que a esa señora deberías haberle espetado que el fin del mundo está aquí, seguramente tras la cama de un hospital de la seguridad social, aunque eso si, sin fecha establecida. Por ello creo que es de cuerdos plantearse que hacer antes de que llegue.

Ese ejercicio es verdaderamentre peligroso, pues acabaría haciendo uno lo que esta deseando en tantos momentos y que no da el salto.

En mi caso creo que abandonaría esta vida sin sentido a veces para perderla abordo de un velero no muy gtande sobre la cresta de alguna ola que me diese el privilegio de observar la mar por última vez antes de ser engullido por ella y volver al origen de mis sueños.


No es mi mejor época y me has tocado.

Un abrazo, Blas

Anónimo dijo...

Sólo pensamos en que vamos a desaparecer cuando nos lo ponen a lo grande... no sabemos ya de antemano que la muerte llega? Pues eso, a vivir que cada día cuenta

Besos

Fran dijo...

¿Qué por qué a ti? ¿Por qué va a ser? Pues por tu don para que te hable todo tipo de gente.

Yo me anoto esa colleja por si llega el fin del mundo y procuraré tomarme todos los días una dosis de ese miedo y disfrutar de lo que importa.

Un abrazo

Silvia dijo...

Mamiloca, me alegra leerte y que te gustara Sintra. ¿Para ser científico no hay que estar, como para ser poeta, un poco loco? Y arriesgarse a destruir el mundo...como que no lo hiciéramos a diario.

Blas, pensándolo ahora, la señora lo único que quería es que alguien la escuchara poner en voz alta su miedo y me tocó a mí.
Yo creo que la vida tiene algún sentido, aunque aún no lo hayamos encontrado. Pero lo interesante que es mientras ir viviendo e investigando.
Ánimo para sobrellevar esta tormenta que te aflige y un abrazo.

Lúcida, se nos olvida. Eso no nos puede pasar a nosotros...hasta que pasa. Y perdemos a alguien a quien queremos. Así que a estrujar la vida. Que cada beso, abrazo, caricia o sonrisa que regalemos sea, lo hagamos pensando que puede ser la última, como si no hubiera un mañana.

Fran, algún día descubriré porque me pasa eso.
La colleja está bien (que seguro que algo has hecho jajajaja) y respecto a ese disfrute, amigo mío, tú ya sabes disfrutar de lo que importa.

Un abrazo

Turulato dijo...

Pues yo nada, lo de siempre. ¿Qué ganaría intentando hacer cosas durante breve tiempo que no he sido capaz de hacer durante mi vida?.
Te recordaría

SOMMER dijo...

La verdad es que tampoco pasaba nada si se acaba el mundo y nos hacen uno nuevo. Igual nos iba mejor...