miércoles, 14 de noviembre de 2007

¡Viva el romanticismo!

"Yo no me divorcio de mi marido por economía. Si tuviera dinero, me divorciaba y a vivir la vida".

No sé si me produce más náuseas o más ganas de llorar.

5 comentarios:

Mar dijo...

depende de quien la pronuncia. Hace años muy bien podían decirlo un 60% de las mujeres que se habían casado muy jóvenes y pensando que su vida era casarse y tener hijos (y que no habían trabajado jamás con una nómina y por tanto sin experiencia y sin seguridad social).
Hoy en día habría que ver cómo es la persona, pero aún así siempre hay casos... y ya ni te cuento de mujeres mayores...
A mis sobrinas siempre les "aconsejo" que cuiden de su economía, de su profesión, que miren por ellas, y luego ya...
Si es de las que son "felices" siendo mantenida... ni frío ni calor, es lo que quiere ¡ella sabrá!
Besillosss

BLAGDAROS dijo...

Yo es que al escuchar citas como esa, me viene a la mente el caso de muchas amas de casa que han sacrificado su vida profesional por la familia y que llegado un momento, se ven atrapadas por su dependencia del marido, sin otra posibilidad que la resignación. Un caso bastante frecuente y que me da bastante pena.

Turulato dijo...

No hay independencia posible, sin independencia económica; por lo menos en lo necesario para vivir con dignidad.
Por eso la frase no me gusta. Me suena a disculpa, a falta de entereza para asumir la propia vida.
Y, aún más. Me da el pálpito de que quien la pronuncia, más que del marido, se queja de que no vive como materialmente le gustaría.

Silvia dijo...

La frase se la he oído, casi idéntica, en el mismo día a dos mujeres distintas.

Una, un par de años mayor que yo. Ha tenido las mismas (o más) oportunidades que he tenido yo. Trabaja y tiene su independencia económica, pero decidió embarcarse en un matrimonio que sabía abocado al fracaso para poder pagar la hipoteca de su pedazo de piso. No es la primera ni la última persona que conozco que hace eso.
Priman más la parte económica del contrato matrimonial que la parte ¿emotiva? y luego protestan.

La otra mujer tiene cincuenta y muchos años. Tenía el sueño de que su marido la iba a tratar como una reina, pero los hijos llegaron demasiado pronto. Se acabó el sueño y tuvo que volver al mundo real. Pero en vez de adaptarse, se disculpa y acusa a otros de, como dice Turu, su "falta de entereza".

Anónimo dijo...

Yo también me divorciaria de mi marido si mi encomía me lo permitiera. Como no me lo permite, sigo casada. Ay, banquito de mi vida, cuánto te quiero :-S