The fog of war
Hace unos días, se ha conmemorado el aniversario de la caída del muro de Berlín. Por aquel entonces, yo estaba cursando primero de B.U.P. y mi profesora de historia nos había mandando hacer un trabajo sobre una noticia política que creyésemos que podría tener repercusión en la historia. Teníamos que seguir esa noticia en distintos periódicos (para ver los diferentes enfoques editoriales). Mi elección fue la Perestroika y la apertura económica y política de los países del Este de Europa. Como esa misma profesora nos enseñó, los hechos no están aislados, sino que tienen un contexto previo, con lo que, para entender mejor mi trabajo, tuve que estudiar sobre la Guerra Fría (aunque no muy ampliamente, siento decir).
Anoche estaba haciendo zapping, buscando algo ligero frente a lo que caer dormida. Pero al llegar a Ctk, me llamó la atención la película que emitían (y que da título a este artículo). Estaban hablando Robert S. McNamara. Y recordé ese trabajo de hace veinte años y la crisis de los misiles de Cuba. Me hubiera gustado ver el documental entero, pero Morfeo es un amante muy exigente últimamente.
Así que he aprovechado su redifusión y lo he visto esta mañana.
No sabía apenas nada de la carrera de McNamara, salvo el episodio que mencioné anteriormente. Pero es que además de Secretario de Defensa (y tener una participación importante en la guerra de Vietnam), fue asesor de la Fuerza Aérea en la II Guerra Mundial, presidente de la Ford y presidente del Banco Mundial durante trece años.
La verdad es que ha sido muy interesante poder escuchar, por boca de uno de sus protagonistas, su visión de algunos hechos históricos en los que se vió involucrado.
Recomiendo su visionado (en google videos, está en versión original subtitulada) para todo aquel que le interese un poco el mundo en el que vive.
3 comentarios:
Recomendación anotada.
Me alegra leer que tienes una buena relación con Morfeo.
Para un analista hay dos exigencias básicas: pensar con la mente de quien es objeto de su análisis y hacerlo en su contexto. Pero quien se ha visto en esos menesteres admitirá una tercera: acierto en la elección de las circunstancias en que fija su atención y en las que deja en segundo plano; algo parecido a lo que se hace al configurar un modelo económico.
McNamara fue analista en el único país que he conocido en el que realmente lo son, con independencia de otras actividades. Su base teórica fueron la Economía, las Matemáticas y la Filosofía, con aplicaciones de Defensa; si hubiese añadido la Historia, perfecto.
Durante la WWII trabajó en un organismo de análisis importantísimo para las operaciones de los Ejércitos de Tierra y Aire, dedicándose especialmente al Teatro del Pacífico, en el que se desarrolló la aplicación de la Prospectiva a la toma de decisiones operativas.
Y se encontró sumergido en The Fog of War, en la situación mental de profunda duda sobre la decisión a tomar que invade a todo aquel que tiene que decidir que hacer para salvar la vida, sabiendo que no existen reglas, sino instinto y baraka, hijos de la preparación profesional.
Participó en aquella partida de póker -Crisis de los misiles en Cuba- en que dos fulleros se jugaron una guerra atómica que nos hubiese afectado a todos y que debería recordarnos siempre que no basta declararnos pacifistas, pues es inútil cuando alguien quiere armarla, ya que no suele contar más que con quien puede pararle los pies, mientras desprecia a todos aquellos que puede someter, que sufrirán exactamente las mismas consecuencias que si se hubiesen dedicado a defenderse.
En los conflictos, las reglas y el ritmo lo establece y lo impone siempre el enemigo. Nuestros buenos propósitos son solo humo que hace llorar.
Los U.S.A. salieron victoriosos en conjunto de las operaciones militares en Vietnam, pero perdieron la guerra porque su gobierno no supo justificarla ante su sociedad, lo que hizo que esta admitiese de antemano la derrota, antes de que se produjese. El impacto fue brutal; por primera vez eran derrotados. Aunque aún no en su territorio continental...
Me he extendido más de lo debido porque quizá mis palabras colaboren a captar el ambiente de humo de la guerra en el que tuvo que moverse McNamara.
Muchas gracias Turulato.
En el documental se hace referencia a su trabajo en la WWII para mejorar la eficiencia de los bombarderos B-29. Al hablar del bombardeo de Tokio del 9 de marzo, que causó 100 mil muertes de civiles en una noche, habla también de la proporcionalidad, que debería ser una regla estricta en la guerra. (Por cierto, hay una película anime "La tumba de las luciérnagas", cuya acción tiene lugar durante los bombardeos a Kobe, que es altamente recomendable).
Cuando tenga tiempo me gustaría ver el dvd pues contiene un extra en el que McNamara matiza y amplia sus palabras, las once reglas de las que habla en el documental. Y leer su libro sobre la Guerra de Vietnam.
Publicar un comentario