domingo, 26 de marzo de 2006

Maternidad


"La pequeña Anne chupándose el dedo, abrazada por su madre(1897)"
Mary S. Cassatt. Musée d'Orsay, París.

A raíz de este artículo en el blog de Turulato, recordé una conversación que tuve a principios de año con un amigo.

En el transcurso de esa conversación, mencioné que ya no tenía tan claro lo de ser madre, cosa que le sorprendió bastante, porque siempre he expresado mi deseo de serlo.

Empezamos a hablar del tema y él me dijo que todo el problema se reduce a que ahora no tengo pareja estable y que en cuanto me echara novio, las dudas se disiparían y querría volver a formar una familia. Yo le reconocí que en parte tenía razón, pero que no era lo más importante.

Si yo quiero tener un niño, el hecho de no tener pareja no me va a frenar, pero hay otras cosas que puede que sí lo hagan. Una de ellas es el trabajo.
Sé que no se me van a caer los anillos a la hora de currar para dar una estabilidad a mi familia, pero eso sería a costa de sacrificar tiempo con ellos.
Y el tiempo es vital para poder educar a los niños. Lo que no estoy dispuesta a hacer, es traer un niño al mundo para que me lo me lo eduquen mis padres o una niñera.
¿Y cómo compaginar el trabajo y la vida familiar? Hay épocas del año en las que estoy más relajada y no habría problema, pero, ¿qué hago en esas épocas en las que trabajo 12 o más horas diarias?¿Renuncio a mi trabajo?
Hace años habría contestado que sí, sin dudarlo, pero ahora...He invertido muchos esfuerzos para que la agencia salga adelante y siento que si abandono, habría luchado en balde. Una parte de mí, sentiría que me estoy traicionando a mi misma, pero otra parte de mí, no se quiere levantar una mañana dentro de unos años y echarse las manos a la cabeza al ver a todo lo que ha tenido que renunciar por el trabajo.

Pero por encima del tema de la pareja o del trabajo, lo que más dudas me genera es mi capacidad para educar a alguien. Sobre ciertos temas, no me siento con la autoridad moral necesaria para dar lecciones a nadie. ¿Y si me convierto en una de esas madres hiperprotectoras y algo neuróticas?¿O en el sargento de hierro?. ¡Qué mal rollo me entra solo de pensarlo!

Al acabar de contarle todas esas dudas, él se rió y adoptando la pose de 'Pepito Grillo' (es el mío particular, aunque en vez de verde y pequeñito, es grandote y con barba) empezó a 'abroncarme'.
"¡Cómo te va la marcha! Como ahora no tienes estrés, te lo generas pensando y adelantando acontecimientos. Acabarás organizando tu tiempo para que puedas con todo y si ves que no puedes, pues renunciarás a trabajar. Aunque conociéndote como te conozco, te llevarás a los 'peques' a la oficina y acabarán aprendiendo lo que es el 'overbooking' antes que a andar.
Y qué, ¿vas a ser madre soltera? Más que nada, porque pareces olvidarte de que tendrás un marido que tendrá que colaborar en algo, ¿no?
Por lo de sargento o neurótica no te preocupes, que ya lo eres un poquito y parece que no se te agrava con los años.
Así que déjate de historias y échate novio de una vez que quiero ir a tu boda. ¿Te acuerdas de Carlos, mi compañero de trabajo? Es un tío muy majo ..."
(¡Horror! El espíritu de la Celestina estaba poseyendo a mi' Pepito Grillo' ante mis ojos).

Aunque sé que este amigo tiene razón (en lo de que salga con su compañero de trabajo, no) no puedo evitar agobiarme. Estamos hablando de criar a un niño, no de comprarse unos zapatos(que los zapatos los cambian y te devuelven el dinero, pero los niños no).

6 comentarios:

Turulato dijo...

Querida "Eloryn": Hay dos cosas que muchos hombres hacen rematadamente mal; holgar, que decía el arcipreste, y educar.
Para ambas se requieren dos cosas. La primera, amar tiernamente; la segunda, tener el menor número de complejos.
En ambas no se necesita mayor técnica; sólo ir despacio, saber mirar, acariciar y dar lo que el otro precisa, antes que recibir lo que deseas.
Serás una madre excelente.
Un beso

Silvia dijo...

Dianora: el problema es que muchas mujeres lo queremos todo y es muy complicado. Aunque ahora tenga dudas, sé que puestos a elegir, primará la familia, que para mí es el pilar más importante que hay en mi vida. Además, me encantan los niños. Has mencionado algo que yo había olvidado: el reloj biológico. A mí me pedía el cuerpo ser madre hace 5 o 6 años, y aunque me siento joven, sé que el paso del tiempo, incrementan esas dudas.

Turulato, esos dos requisitos son fundamentales, no solo para holgar o educar, sino para vivir. Si finalmente disipo estas dudas y me convierto en madre, espero no olvidarme de ellos.

Besos para ambos

Ana María dijo...

Lo que más valoro hoy en día es poder escoger. Esa es la diferencia principal, la mujer puede elegir si quiere o no quiere ser madre. ¡Es importantísimo!.
Nadie debe tener hijos si no le apetece, ninguna mujer es menos por no tenerlos ni querer tenerlos. Además todo el mundo no es ni buen padre ni buena madre, más de "uno y de una" debería de pensárselo y estarse quietecito.
Dicho esto, también es una lástima que la que quiera no pueda por su trabajo, aunque más bien creo que puede ser una buena excusa, se puede compaginar. Y nos lo demuestran montones de casos.

Y otra cosa Eloryn, hay que dejarse ayudar, no puede una hacerlo todo y además hacerlo perfecto, eso sí que es un fallo de la mujer actual. Hay que aprender a delegar. No pasa nada porque en la educación de "tus hijos" contribuyan los abuelos, o tu ayudante o tu pareja, seguro que su educación será más rica.
Además es verdad que no importa la cantidad sino la calidad.
Que una madre esté todo el día detrás de sus niños no quiere decir que esa educación será mejor y te lo digo con mucho convencimiento.

Leodegundia dijo...

Puedes escuchar atentamente todos los consejos que en un sentido u otro te vayan dando, pero sólo tú puedes tomar esa decisión tan importante. Mi opinión es prácticamente igual que la de una maruja en internet, así que no es cosa de repetir.
Un abrazo y que la decisión que tomes te haga feliz.

Silvia dijo...

Maruja, yo siempre quise tener hijos y me creía capacitada para compaginar trabajo y familia. Sólo que ahora, entre otras cosas, no sé si seré capaz de hacerlo o al menos, no con la calidad que quiero darle a mi familia. Turulato dice al final de suy artículo "Sus hijos son los que llegan solos a un piso vacío...". Bien, pues yo no quiero que mis hijos pasen por eso.
Tienes razón en lo de que hay que dejarse ayudar (yo peco mucho de querer hacerlo todo yo solita), pero una cosa es que tu entorno contribuya a la educación de tus hijos (en mi caso tengo que agradecer mucho a mis abuelos) y otra, que les cargues con el marrón porque tú no tienes tiempo. Para poder dar esa calidad en la educación que dices, necesitas una mínima cantidad de tiempo.
Y si ves a tus hijos media hora al día, como le pasa a muchos de mis amigos, poca educación puedes darles.

Leodegundia: cuando tenga que tomar la decisión sopesaré pros y contras de todas las opciones y me acordaré de todos los consejos útiles que me han dado. Espero acertar.

Besos para ambas

Luis Caboblanco dijo...

Me gustó la pintura y me encantó el comentario. Y menos mal que los hijos no se pueden descambiar... por la parte que me toca.