Ya desde pequeñitos...
Este mediodía estaba jugando con mi sobrino Félix. Le tenía sobre mis rodillas, haciéndole cosquillas y gugus porque me gusta muchísimo su risa.
En un momento, el niño se incorpora, agarra mi camiseta por el cuello y la baja, dejando a la vista buena parte de mi escote. Se queda contemplandolo y con una sonrisa de oreja a oreja, va a echarle mano y suelta un sonoro ¡¡¡Oooohhhhhh!!!.
Pronto empieza...
3 comentarios:
¡Casta y buen gusto!
Qué espabilado! Aunque coincido con Turulato, buen gusto el de tu sobrino.
Llevo toda la puñetera mañana intentando acceder a los comentarios y no había manera.
Un beso
Hombres...!
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